Nota:
Los párrafos entre comillas fueron tomados del libro “Teoría del Conocimiento”
de Johannes Hessen.
¿Es posible conocer a
Dios? ¿Es posible conocer la verdad? Desde tiempos milenarios
filósofos y teólogos se han hecho esta pregunta. Así mismo han existido
diferentes posturas buscando responderlas. Johannes Hessen, filósofo
cristiano, resumió en su libro “Teoría del Conocimiento”, la forma como las
personas abordan la búsqueda de la verdad. Quisiera compartir con ustedes estas
posturas, ya que les permite saber de qué manera aborda cada uno la búsqueda de
la verdad.
1. El dogmatismo
Dogmatismo,
del griego: doctrina fijada.
La primera postura ante la
búsqueda del conocimiento es el dogmatismo. El dogmático dice que sí es posible
conocer la verdad. Pero ¿qué es la verdad para el dogmático? Como su nombre lo
indica, su verdad son los dogmas enseñados por su iglesia o su líder religioso.
Hoy en día vemos muchas
personas dogmáticas que aceptan ciegamente lo que les enseñan sus líderes
religiosos o los libros que consideran sagrados. El dogmático no se pregunta
sobre la posibilidad de que lo que le enseñan pueda ser falso. El “traga
entero” y acepta ciegamente las enseñanzas de su pastor religioso o gurú. El dogmático
no experimenta la verdad, simplemente se conforma con la versión subjetiva de
la verdad que su sistema de creencias le ofrece, es un seguidor ciego.
Por su puesto, el dogmático dirá que sigue su
creencia por todos los beneficios que ha recibido, los cambios que ha experimentado
en su vida, etc. Sin embargo algunos estudios psicológicos han demostrado que cuando
una persona ha gastado tiempo y esfuerzo en una religión o creencia, tiende a
exagerar los resultados benéficos que la misma ha tenido en su vida. Él no
quiere siquiera pensar que ha perdido su tiempo, así que cae en un autoengaño
exagerando los beneficios y negando las desventajas. Al respecto Hessen dice:
“Como actitud del hombre ingenuo, el dogmatismo es la posición
primera y más antigua, tanto psicológica como históricamente”.
2. El escepticismo
La segunda postura es el
escepticismo. El escéptico dice que es imposible conocer la verdad. Por eso el
escéptico dice que debemos absteneros de pronunciar ningún juicio. Sin embargo:
“El escepticismo metódico consiste en empezar poniendo en duda
todo lo que se presenta a la conciencia natural como verdadero y cierto, para
eliminar de este modo todo lo falso y llegar a un saber absolutamente seguro”.
“Es palmario que el escepticismo radical o absoluto se
anula a sí mismo. Afirma que el conocimiento es imposible. Pero con esto
expresa un conocimiento. En consecuencia, considera el conocimiento como
posible de hecho y, sin embargo, afirma simultáneamente que es imposible. El
escepticismo incurre, pues, en una contradicción consigo mismo”.
“Por errado que el escepticismo sea, no se le puede negar cierta
importancia para el desarrollo espiritual del individuo y de la humanidad. Es,
en cierto modo, un fuego purificador de nuestro espíritu, que limpia éste de
prejuicios y errores y le empuja a la continua comprobación de sus juicios”.
3. El subjetivismo y el relativismo
“El escepticismo enseña que no hay ninguna verdad. El subjetivismo
y el relativismo no van tan lejos. Según éstos, hay una verdad; pero esta
verdad tiene una validez limitada. No hay ninguna verdad universalmente
válida”.
“El relativismo está emparentado con el subjetivismo. Según
él, no hay tampoco ninguna verdad absoluta, ninguna verdad universalmente
válida; toda verdad es relativa, tiene sólo una validez limitada”.
“El subjetivismo y el relativismo incurren en una contradicción
análoga a la del escepticismo. Este juzga que no hay ninguna verdad, y se
contradice a sí mismo. El subjetivismo y el relativismo juzgan que no hay
ninguna verdad universalmente válida; pero también en esto hay una
contradicción”.
“El subjetivismo y el relativismo son, en el fondo, escepticismo.
Pues también ellos niegan la verdad, si no directamente, como el escepticismo,
indirectamente, atacando su validez universal”.
4. El pragmatismo
Según el pragmatismo sólo
es verdadero aquello que es útil y benéfico para las personas. Aquello que no
sea útil, no puede ser verdadero.
“Pero en su opinión no alcanzamos nunca esta concordancia. No hay
ningún juicio verdadero, sino que nuestra conciencia cognoscente trabaja con
representaciones conscientemente falsas. Esta posición es evidentemente
idéntica al escepticismo y se anula, por ende, a sí misma.
El error fundamental del pragmatismo consiste en no ver la esfera
lógica, en desconocer el valor propio, la autonomía del pensamiento humano”.
5. El criticismo
“El subjetivismo, el relativismo y el pragmatismo son, en el fondo,
escepticismo. La antítesis de éste es, como hemos visto, el dogmatismo. Pero
hay una tercera posición que resolvería la antítesis en una síntesis. Esta
posición intermedia entre el dogmatismo y el escepticismo se llama criticismo
(de χρίνειν = examinar)”.
“El criticismo comparte con el dogmatismo la fundamental confianza
en la razón humana. El criticismo está convencido de que es posible el
conocimiento, de que hay una verdad. Pero mientras esta confianza induce al
dogmatismo a aceptar despreocupadamente, por decirlo así, todas las
afirmaciones de la razón humana y a no reconocer límites al poder del
conocimiento humano, el criticismo, próximo en esto al escepticismo, une a la
confianza en el conocimiento humano en general la desconfianza hacia todo
conocimiento determinado. El criticismo examina todas las afirmaciones de la razón
humana y no acepta nada despreocupadamente. Dondequiera pregunta por los
motivos y pide cuentas a la razón humana. Su conducta no es dogmática ni
escéptica sino reflexiva y crítica. Es un término medio entre la temeridad
dogmática y la desesperación escéptica”.
“Kant dice que: (el criticismo es) "aquel método de filosofar
que consiste en investigar las fuentes de las propias afirmaciones y objeciones
y las razones en que las mismas descansan, método que da la esperanza de llegar
a la certeza".
Como el lector podrá
intuir, el criticismo es la aposición que nos lleva al conocimiento directo de
la verdad puesto que dice, hay una verdad, pero debemos conocerla cara a cara,
poniendo en duda lo que nuestra mente define como cierto. Esta es la
experiencia directa con la verdad que va más allá de los dogmas y sistemas de
creencias.
Muchas enseñanzas
espirituales nos invitan a creen en una serie de mitos, fabulas y teorías que
nunca podremos comprobar. Sólo un “gurú” o un “maestro” con poderes especiales
tiene acceso a ese supuesto conocimiento y nadie más lo puede comprobar. Solamente
debes creer ciegamente en ello. Pero ¿de qué nos sirven todas esas teorías? ¿De
qué sirve que nos digan nuestras vidas pasadas o nuestro supuesto nivel de
desarrollo espiritual? Hay personas a las que les encanta que les digan esa
clase de cosas. Eso los hace susceptibles a vivir en el engaño, a ellos les gusta
ser engañados --e incluso pagan por ello.
Hay una verdad a la que
podemos llamar Dios, Ser o Consciencia. Esa verdad puede ser conocida aquí y
ahora, pero para conocerla hay que ver la vida sin los filtros que la mente y
el ego nos ofrecen. Debemos ver la verdad tal cual es.
Podemos acceder a la verdad
del Ser en este mismo instante, sin iniciaciones ni preparación previa, podemos
hacerlo aquí y ahora enfocando nuestra atención en la respiración… respira
normalmente pero hazte consciente del proceso. Inhala y exhala aquí y ahora, hazlo
conscientemente para que no le des espacio a tu mente. Por este medio Gautama
alcanzó su iluminación y se convirtió en Buda.
¿Demasiado fácil? Sí,
personas que están acostumbradas a rituales complejos, meditaciones llenas de
visualizaciones, música espacial, postura especial y toda una gran cantidad de
adornos no pueden creer que sólo respirando puedan acceder a la verdad de su
Ser, que no es otra cosa que el Universo mismo.
Menos es más ¿Estás
abierto a la sencillez? ¿O eres de los que dicen: “para que hacerlo fácil, si
difícil también se puede”?
En resumen, el dogmático
acepta todo sin preguntar. El escéptico niega todo. Subjetivista y el
relativista dicen que la verdad es relativa. El pragmático sólo acepta como verdadero
aquello que es práctico y el criticista cree que hay una verdad, pero examina
todo cuidadosamente para llegar a ella. El criticista no se conforma con lo que
otros le dicen, él encuentra la verdad cara cara. ¿Con cuál de ellos te
identificas?