sábado, 23 de febrero de 2013

No tengas miedo


El verdadero origen de los “espíritus malignos”

«Había una madre que no conseguía que su hijo pequeño regresara a casa de jugar antes de anochecer. Para asustarlo, le dijo que había unos espíritus que salían al camino tan pronto se ponía el sol. Desde aquel momento, el niño ya no volvió a retrasarse. Pero cuando creció tenía tanto miedo a la oscuridad y a los espíritus que no había manera de que saliera de noche. Entonces su madre le dio una medalla y le convenció de que mientras la llevara consigo los espíritus no se atreverían a atacarle. El muchacho salió a la oscuridad bien asido a su medalla. Su madre había conseguido que, además del miedo que tenía a la oscuridad y a los espíritus, se le uniese el miedo a perder la medalla». La buena religión te enseña a liberarte de los fantasmas, y la mala a fiarte de las medallas. No metamos a Dios en los fantasmas.[1]

Quiero comentar esta corta enseñanza de Tony[2]

Antes de entrar en el camino del despertar espiritual, pertenecí –incluso llegue a ser uno de los líderes- de una secta religiosa [3]donde el miedo era un factor fundamental para controlar a los miembros. Allí nos enseñaron que el mundo estaba plagado de demonios, espíritus malignos y ángeles caídos que siempre estaban buscando atacarnos y destruirnos.

Como en la historia de Tony, esos fantasmas no existían, quiero explicarte cuál es el origen psíquico de estos fenómenos: cuando una persona reprime el miedo, la ira o cualquier otra emoción toxica, está se alojan en el inconsciente por algún tiempo. Durante ciertas situaciones, estas energías reprimidas emergen y toman el control de la persona. Muchas personas relacionan está energía súbita que emerge del inconsciente con la injerencia de espíritus inmundos, cuando en realidad se trata de una proyección de su propia ira o miedo reprimido.

En psicología existe una terapia llamada “Psicodrama de Moreno”, este consiste en recrear simbólicamente situaciones conflictivas que el individuo no ha procesado adecuadamente (duelos, traumas, etc.) para poder efectuar un “cierre” adecuado. El fenómeno del exorcismo es un psicodrama religioso en el cual el “poseso” y el “exorcista” adoptan inconscientemente los papeles del bien y del mal para poder darle cierre a un conflicto psíquico del sujeto. Si el “exorcista” tiene una personalidad fuerte y proyecta autoridad, el “poseso” permitirá que sus energías conflictivas sean conjuradas por él durante el drama psíquico llamado exorcismo.

Las personas que no han logrado resolver sus conflictos inconscientes, ven al mundo como son ellos: lleno de demonios y fantasmas. Este es el caso de la secta religiosa de mi historia, ellos funcionan igual a la madre del cuento: primero inventan unos fantasmas que no existen como tal y luego nos dan la cura, que consiste en un sinnúmero de oraciones, rituales y mantras que hay que repetir diariamente para que la persona pueda sentirse “protegida”. Se trata de un juego cruel en el cual hacen que las personas pierdan su libertad y se conviertan en dependientes de la religión y sus ritos.

Cuando pertenecía a la secta religiosa, a veces escuchaba ruidos, en sueños aparecían demonios y en algunas ocasiones era acosado por fantasmas. Una vez renuncié al miedo, nada de esto volvió a molestarme, todos los fantasmas desaparecieron y ahora mis sueños son placidos y llenos de paz. Ese es el resultado de la libertad. No temas, libérate del miedo, no dejes que ningún temor controle tu vida y menos aún tu relación con Dios.

“El perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.” (1 Jn. 4:18) Dios es dicha, es verdad y es consciencia, cualquier cosa diferente a esto que te sea inculcada por la religión, es una estrategia para controlarte, programarte, manipularte y hacerte infeliz. Al respecto, el viejo Tony dice lo siguiente:

Con la religión nos han metido muchos miedos que están ahí y que hay que solucionar. «No tengáis miedo», dice Jesús en el Evangelio. Todo el
Evangelio está lleno de estas advertencias: «No temáis..., no os preocupéis..., no os aflijáis...». Pero nosotros hemos hecho una religión llena de tabúes y temores, llena de ideas falsas y de falsos ídolos.[4]

Libérate, no temas, reconoce que eres uno en Dios y que ese Dios es un océano de dicha infinita. Si tú religión o creencia no te ofrece la dicha Divina y la paz, es mejor que te preocupes, es muy posible que te estén engañando.



[1] La iluminación es la Espiritualidad, De Mello.
[2] Anthony de Mello
[3] Secta religiosa: Grupo de personas, generalmente dirigidos por un líder, que son seguidores de una doctrina religiosa que se separa de la considerada ortodoxa.
[4] Ibíd.

viernes, 22 de febrero de 2013

¿Cómo consumir el inconsciente?


El inconsciente, que se hizo popular en 1900 con los estudios de Sigmund Freud, es como una especie de pozo donde va todo aquello que no queremos reconocer en la consciencia. Imagina que tu madre hizo algo que te molestó mucho y sientes ira hacía ella, como la religión y la cultura (superyó) te dicen que no debes odiar a tu madre, entonces reprimes ese odio en el inconsciente. De esta manera, aprendemos a reprimir en el inconsciente miles de ideas, pensamientos y emociones durante toda nuestra vida. Con el tiempo, esa carga se va haciendo insoportable y la “olla a presión” del inconsciente busca por donde liberar la energía reprimida. Toda esa energía es liberada en la forma de neurosis, enfermedades, depresión, ansiedad o cualquier otra clase de patologías que afectan nuestra vida.

La religión es quizá la mayor responsable de nuestro contenido inconsciente. Desde niños nos enseñan a reprimir la ira o el deseo sexual para ser un “buen cristiano”, eso causa una gran carga emocional que se devuelve en contra nuestra. Por ejemplo, los “demonios” o “espíritus posesos” que aquejan a muchas personas son la proyección de sentimientos agresivos que se vuelven luego contra nosotros acusándonos como espíritus malévolos.

Freud practicó la catarsis como una forma de liberar nuestras emociones reprimidas. Un ejemplo de catarsis es cuando una persona deja salir, con ayuda de un terapeuta o no, la ira, miedo o cualquier otra emoción. El mismo Freud se decepcionó de la catarsis al ver que no producía un efecto duradero sobre sus pacientes. Aunque muchas terapias alternativas y algunos psicólogos todavía la usan, estudios científicos han demostrado que recurrir a la catarsis para liberar una emoción es como echar gasolina al fuego.

El problema con el inconsciente es que los deseos y temores que hay allí reprimidos entran en conflicto con los ideales de la mente consciente. De esta manera la mente se divide y se establece una lucha entre dos facciones. Por un lado está lo que es (la emoción o pensamiento inconsciente), la cual entra en guerra contra lo que la mente cree que debería ser (un pensamiento más puro o elevado). Este conflicto mental genera estrés y ansiedad y no le permite a la persona alcanzar la paz.

Una manera de liberar el contenido del inconsciente es mediante la autoobservación. Esta consiste en observar cada pensamiento y emoción que aparece en la mente como si le estuviera sucediendo a otra persona, como si fuéramos un observador externo. Lo importante es no juzgar nunca el pensamiento o emoción, simplemente observarlo de forma ecuánime. Cuando juzgamos lo que aparece en la mente como “bueno” o “malo”, es la mente que sigue dividida luchando contra sí misma. Ese juicio mental no es autoobservación, más bien se trata de un autoanálisis que no lleva a ningún lado.

Cuando observas la mente y su funcionamiento sucede algo muy poderoso: que te desidentificas de la mente y adquieres consciencia de que eres el observador, es decir, el Ser infinito. Al hacer esto se activa la Consciencia de lo que eres, y esa misma consciencia consume el pensamiento o emoción que aparecen en la mente.
Repito, lo más importante es que nos juzgues los pensamientos que aparecen como “buenos” o “malos”. Cuando haces esto, los pensamientos “malos” son reprimidos inmediatamente al inconsciente, así nunca podrán ser consumidos. Cuando no hay juicio, los pensamientos y emociones inconscientes empiezan a aflorar libremente para ser consumidos por la luz de la Consciencia.

No temas pensando que al dejar de juzgar tus pensamientos estos van a tomar el control de tu mundo. Algo muy importante de esto es que al observarlos como si fueras un testigo externo te desidentificas de la mente y el ego, y estos ya no pueden controlarte. Es justamente cuando te identificas con ellos que estos te controlan.

A medida que practicas esto, el contenido inconsciente va desapareciendo y la mente empieza a dejar de estar dividida entre lo que es y lo que cree que debería ser, de esta manera hay integridad mental, cesa la división, y hay paz. La autoobservación es, quizás  la puerta más directa hacía nuestro despertar, ya que esta nos conduce a tomar consciencia de nosotros como el Observador  es decir, el Ser Puro y perfecto que no nace ni muere.


jueves, 21 de febrero de 2013

Piensa por ti mismo



Cuando el hombre se hace religioso es capaz de cometer las mayores crueldades por defender un concepto de verdad creyendo que cumple la voluntad de Dios. El comunista adoctrinado se molesta mucho cuando se critica al comunismo. Los religiosos adoctrinados también se molestan cuando se critica la religión. Ellos se creen no sólo los poseedores de la verdad, sino los vengadores y justicieros de quien no la cumple. Se sienten los guardianes de Dios, sus abogados, y en nombre de esa fanática creencia, hay que reconocer las enormes crueldades que se producen aun en los conventos. Se hace de forma inconsciente, creyendo que es un servicio a Dios.

El que piensa como marxista, no piensa; el que piensa como budista, no piensa; el que piensa como musulmán, no piensa... y el que piensa como católico, tampoco piensa. Ellos son pensados por su ideología.  Tú eres un esclavo en tanto y en cuanto no puedes pensar por encima de tu ideología. Vives dormido y  pensado por una idea. El profeta no se deja llevar por ninguna ideología, y por ello es tan mal recibido. El profeta es el pionero, que se atreve a elevarse por encima de los esquemas, abriendo camino.

Anthony de Mello

martes, 12 de febrero de 2013

Aunque la mona se vista de seda...




Según el Bhagavad Gita, una de las obras cumbre de la literatura hindú:

El Espíritu es indestructible e imperecedero; todo lo penetra. Nadie puede destruir ese Ser Inmutable.
El Espíritu nunca nace y nunca muere: es eterno. Nunca ha nacido, está más allá del tiempo; del que ha pasado y el que ha de venir. No muere cuando el cuerpo muere.
Ningún arma puede herir al Espíritu, ni el fuego puede quemarlo, ni el agua puede mojarlo, ni el viento puede arrastrarlo.
Más allá del poder del fuego, de la espada, del agua y del viento, el Espíritu es eterno, inmutable, omnipresente, inamovible, y siempre uno.
El Espíritu está más allá del cambio y del pensamiento; los ojos mortales no pueden verlo. Reconoce que el Espíritu es lo único que permanece y cesa de sollozar.
(Bhagavad Gita capítulo 2).

Krishna habla aquí acerca de tu naturaleza Divina, tu Ser real o tu verdadera identidad. Sabiendo que lo que eres no puede ser dañado o afectado por nada en este mundo, entonces ¿por qué el ser humano sufre?

El sufrimiento empezó en el momento en que la humanidad dejó de identificarse con su Ser y empezó a desarrollar un sentido de identidad basado en la mente. Es en esa mente que es mortal y limitada que existe la ilusión del dolor y la tragedia.

La mente es memoria, es el almacén donde se guardan los recuerdos, las experiencias y los condicionamientos que recibe del medio que la rodea. A medida que la memoria va almacenando información, se va construyendo una identidad humana con una historia personal basada en esa memoria. Esa identidad es el ego.

Como el ego es la memoria del pasado, entonces es afectado por su pasado: abusos, abandono, y todo un sinfín de experiencias con alto contenido emocional que quedan grabadas en la memoria. A esto es a lo que se ha denominado heridas psicológicas. Pero tú no eres el ego. Recuerda que eres el Ser eterno que no puede ser afectado por nada ni por nadie.

La gran mayoría de terapias psicológicas modernas y terapias alternativas de la Nueva Era trabajan al nivel del ego. Es por ello que esas terapias se interesan tanto en tu pasado, en aquello que sólo existe como un recuerdo en la memoria.

El ego es de por sí disfuncional, pero cuando esa disfuncionalidad se va la extremo, le es imposible adaptarse al mundo y tener una vida normal de hogar, familia, trabajo, etc. Así que el psicoanálisis, las regresiones a vidas pasadas, la recuperación de los fragmentos del alma y muchas otras terapias que se conocen hoy en día ayudan al ego a ser más funcional en el mundo, a adaptarse a la vida en sociedad. Pero… “aunque la mona se vista de seda, mona queda”.

El despertar espiritual es la clave para la sanación de los desórdenes psicológicos. Cuando despiertas pierdes toda identificación con el ego y la mente, que es donde residen estos desordenes, y regresas a tu identidad verdadera: el Ser que nunca ha sido afectado por las experiencias de la mente.

Por medio de la autoobservación, de la cual hemos hablado en este blog, se consumen los registros de memoria del ego y de la mente, tanto a nivel consciente con inconsciente. Cuando observas la mente y las emociones sin juzgar ni calificar lo que sale a flote, entonces estas pueden emerger sin restricciones para poder ser consumidas por la luz de la Consciencia.

Selección de las mejores obras de Anthony de Mello


El mundo apenas está descubriendo la inmensa grandeza del viejo Tony, como lo solían llamar sus amigos. Para muchos que nunca estudiaron sus obras a profundidad, era “sólo un curita más". Pero este Cura, en verdad enseñó la cura para el sufrimiento humano, él enseñó a las personas de todas las religiones como despertar espiritualmente, como iluminarse.

Anthony de Mello está a la misma talla de los grandes Maestros de la humanidad, bendito sea que decidió ser sacerdote para elevar la consciencia del pueblo católico poniendo las enseñanzas de Jesús, Buda o Krishna a un nivel tan sencillo que hasta un niño lo pudiera comprender.

He aquí el enlace a una extensa bibliografía suya que recoge una selección de sus mejores obras. Allí encontrarás un tesoro maravilloso que te ayudará a Ser el Ser.

martes, 5 de febrero de 2013

“Está todo vacío; no hay nada sagrado.”

Bodhidharma

El término despierto es una palabra que uso para significar el estado donde aceptas la unidad con el Todo. Pero no se trata de un nuevo rotulo o una nueva etiqueta que deberías usar. Cualquier etiqueta que te pongas se convierte en un obstáculo, en una trampa. Si les dices a otros que estás despierto entonces generas una expectativa sobre ti mismo, y para sostener tu nueva imagen, debes hablar, caminar y comportarte como un ser iluminado, entonces dejarás de ser tú mismo y te convertirás en un imitador.

La mente necesita afanosamente ponerle una etiqueta a lo que eres. En este Blog uso las palabras Dios, Consciencia o Ser únicamente porque no tengo otra forma de expresarme. Pero las palabras son muy limitadas, ninguna de ellas se acerca siquiera un poco a la realidad que quiero que veas. Lo que quiero que descubras, tu verdadera esencia, está más allá de cualquier palabra o descripción que pueda darte. En la medida en que evites que tu mente cree una etiqueta para definirte podrás ser libre para ver.

Se cuenta que Bodhidharma, un antiguo maestro del Zen, se entrevistó una vez con el emperador Wu de Liang de China. El emperador le contó todas las cosas que había hecho para expandir el Budismo en su país y le preguntó qué mérito había ganado con ello. Bodhidharma le dijo en tono brusco: "¡Absolutamente ningún mérito!" El emperador se sintió confundido y le preguntó: "¿Cuál es, entonces, el primer principio de la doctrina sagrada?" Bodhidharma replicó: "Está todo vacío; no hay nada sagrado." Entonces preguntó el emperador: "¿Y quién eres tú para estar aquí ante nosotros?" Bodhidharma replicó: "No sé."

“No sé”, que respuesta más profunda! Bodhidharma no sabía quién era él, no había permitido que su mente creara una etiqueta o una definición de sí mismo. Esto es el vacío. A la mente occidental le aterra la idea del vacío porque necesita siempre aferrase a algo para sentir que existe. Pero el despertar no se trata de acumular objetos o conocimientos, es despertar se trata de vaciarte de tanta basura. Cuando no hay mente, no hay ego y no hay etiquetas solamente queda el vacío.

A la pregunta del emperador sobre la esencia de la verdad Bodhidharma respondió: “Está todo vacío; no hay nada sagrado.” No hay nada sagrado significa que la esencia de la verdad no se trata de encontrar algo especial, sobrenatural o sagrado. Solamente se trata de apreciar lo que está a tu alrededor directamente, quitándote los lentes miopes de la mente humana o de tus creencias preconcebidas. En ese sentido podemos entender que todo es sagrado.