viernes, 10 de julio de 2020

¿Cuál es la diferencia entre Consciencia y conciencia?

Por nadie


Consciencia y conciencia

Consciencia y conciencia son cosas diferentes que suelen confundirse. La consciencia (con “s” antes de “c”) es la capacidad que tiene el ser humano de percibir la realidad y reconocerse en ella. Es por medio de la consciencia que se perciben los estímulos externos como los sonidos, formas, olores; y los procesos internos como los pensamientos o sentimientos. Cuando la palabra Consciencia se escribe con “C” mayúscula se refiere a la Consciencia cósmica. Este término implica que el Universo tiene la capacidad de reconocerse a sí mismo.

Por otro lado, la palabra conciencia (sin “s” antes de “c” y en minúscula), se refiere al conocimiento moral de lo que está bien y lo que está mal. El bien y el mal son conceptos subjetivos que dependen de cada individuo.

La conciencia se encuentra en el campo de la moral y es una facultad de la mente. En cambio la Consciencia es la capacidad de percibir la realidad trascendiendo el campo de la mente. La conciencia juzga lo que observa y lo ubica dentro de las categorías de “bueno” y “malo”; en cambio la Consciencia percibe sin juzgar.


Las etapas de la Consciencia

En el Universo, la Consciencia está en un proceso constante de expansión. En la Tierra, los únicos seres capaces de Ser Conscientes son los humanos, ya que poseen estructuras cerebrales más complejas que las demás especies. Para entender el proceso de desarrollo de la Consciencia en la Tierra, se puede dividir en tres etapas: Inconsciencia, Preconsciencia y Consciencia.

En la etapa de inconsciencia se encuentran aquellas personas egocéntricas que sólo piensan por su propio bienestar. Ellos no están interesados en solucionar el cambio climático ni se preocupan por el sufrimiento de los demás. Algunas veces son personas impulsivas y carentes de empatía, los cuales consideran que la violencia es la forma legítima de solucionar las diferencias. Aquí se encuentran las personas con pensamientos radicales y marcada agresividad.

En esa misma etapa, pero en un nivel más alto, se ubican las personas religiosas que defienden la moral y constantemente señalan lo que para ellos es el “bien” y el “mal”. Aunque quieren hacer el bien, discriminan a aquellos que piensan diferente o cuyos comportamientos no estén dentro de sus estándares morales. Estos individuos ven el mundo en blanco y negro, es decir que para ellos las personas solamente pueden ser “buenas” o “malas”, desconociendo cualquier matiz entre estos dos extremos. Cuando realizan obras de caridad,  lo hacen para calmar sus sentimientos de culpa o asegurar algún tipo de salvación en un cielo espiritual.

En la etapa de preconsciencia las personas se empiezan a interesar por mejorar su autoestima, son más empáticos con el sufrimiento de los demás, se preocupan por el cuidado del medio ambiente y buscan alternativas para mejorar las cosas.

Estas personas tienen una visión sistémica y global del mundo. Están en proceso de pasar de la culpa a la responsabilidad. Aquí se ubican las tradiciones místicas de las grandes religiones, muchos de los movimientos de la Nueva Era y el movimiento del potencial humano de la psicología. Aquellos que están en esta etapa ya no se preocupan tanto por juzgar a los demás sino por mirar dentro de ellos mismos y buscar el cambio.

Finalmente, en la etapa de la Consciencia se ubican aquellos que han despertado a la realidad. Allí están los budas, los iluminados y aquellos que perciben el sentimiento oceánico. En este nivel las fronteras entre el yo y el mundo se diluyen. El individuo se da cuenta de que todo es Uno y la división es un sinsentido.

Advertencia

El conocimiento de las tres etapas no obedece a un interés por catalogar o juzgar a las personas entre los “inferiores” y los “superiores”. Lo más maravilloso de todo esto es que todos los seres humanos son ya la totalidad de la Consciencia. Nadie es mejor ni peor que nadie, la Consciencia es una sola y dentro de ella no existen grados.

Lo que quiere mostrar este esquema de las etapas es el nivel de identificación de los diferentes individuos, ya sea con el ego o con la Consciencia. Pero esto no quiere decir que aquel que esté profundamente identificado con el ego sea “menos” que un buda. Ambos son expresiones de la misma Consciencia y todos los seres tienen el mismo potencial de despertar.

A medida que se avanza en la comprensión de la Consciencia, se va perdiendo el hábito de juzgar a otros. Más bien se empieza a mirar a las personas desde otra perspectiva: como budas en potencia. Entonces el mundo ya no se divide entre los “buenos” y los “malos” sino entre los budas que todavía están dormidos y aquellos que ya despertaron o están en proceso de hacerlo.

El Universo todo lo hace perfecto, el hecho de que haya muchos budas dormidos es parte del proceso, es una etapa necesaria. Por ello en vez de juzgarlos, más bien podemos enfocar esa energía en ser más Conscientes cada día, ya que al despertar, arrastramos a la Consciencia a todos los que vienen detrás de nosotros.

Estatua de Buda dormido

 

 

 

 


jueves, 9 de julio de 2020

Todo es Consciencia

Representación artística del bosón de Higgs
(Crédito imagen shutterstock.com)
Por nadie

Dividir el Universo entre lo espiritual y lo material es la raíz del conflicto entre la ciencia y la espiritualidad. Un científico que se asombra ante la magnificencia de una galaxia o la perfección de una célula está viviendo una experiencia tan espiritual como la del monje budista que contempla su respiración o la de una madre que abraza a su hijo.

El Universo, que a los ojos humanos parece tan sólido, está constituido por unidades más pequeñas llamadas moléculas. Las moléculas a su vez están formadas por átomos y estos están compuestos por protones, electrones y neutrones. Pero aquí no termina la historia, los protones y neutrones a su vez están constituidos por partículas más pequeñas.

Aunque se denominan “partículas subatómicas”, los científicos saben que en realidad no son partículas. De hecho, dependiendo del observador pueden comportarse como ondas o partículas. Una partícula es una manifestación de un campo más amplio presente en todo el Universo. Por ejemplo un electrón es una manifestación del campo electrónico y un bosón de Higgs es una excitación del campo de Higgs.

Las partículas se generan por excitaciones locales de un campo. Esto nos permite entender que las llamadas partículas no son materia. La paradoja es que el Universo, que parece sólido, a nivel subatómico no es materia sino energía. Si equiparamos la palabra energía con espiritualidad, llegamos a la conclusión de que todo, absolutamente todo en el Universo es espiritual.

Esos impulsos de energía e información, que se mueven en el vacío de todos los estados posibles de información y energía son la Consciencia pura. Todo lo que se forma a partir de allí son manifestaciones de la Consciencia. Entonces ¿Cómo podríamos separar el espíritu de la materia?

Nisargadatta Maharaj, un vendedor de cigarrillos de Bombay que obtuvo el despertar hace muchos años lo expresó de esta manera:

“Cuando ves el mundo, ves a Dios. No hay que ver a Dios aparte del mundo. Más allá del mundo ver a Dios es ser Dios”.

Para Nisargadatta, no tenía ningún sentido separar al mundo de la Consciencia. Él la llamaba “Dios”, únicamente para que su audiencia de esa época pudiera comprenderlo.

miércoles, 8 de julio de 2020

Aforismos de la Consciencia I

Por nadie

Más allá del karma, ¿Por qué le pasan cosas “malas” a la gente “buena”?, traumas y ego.

 

La ilusión del trauma

No eres la mente, tampoco los pensamientos y sentimientos que surgen de esta. Los pensamientos y sentimientos están en ti, pero tú no estás en ellos. Lo que eres, la Consciencia Cósmica, es anterior incluso a la existencia de este Planeta.

A los humanos les gusta identificarse con algo: una nacionalidad, un partido político, una religión o un equipo de fútbol. Esto hace que la mente pueda desarrollar un sentido de identidad -más o menos estable- llamado ego.

Para darle identidad al ego, a la mente le encanta crear historias basadas en las experiencias del pasado. Esas historias permiten a la mente justificar los comportamientos o adicciones del ego, escudándose en los traumas.

Los traumas son experiencias dolorosas vividas por el ser humano, a los cuales la mente les ha aportado un significado especial que hace que perduren a través del tiempo. Para la Consciencia no existe el concepto de trauma ya que esta no se define a partir de historias del pasado. La Consciencia sólo se percibe a sí misma a través de la interacción con el Presente.

 

El karma son los pensamientos y emociones

La creencia en el karma se basa en el hecho de que el pasado puede afectar el presente. Pero el karma son los recuerdos, pensamientos y emociones que las personan acumulan en su psiquis. Por ejemplo: recuerdos, pensamientos y emociones de pobreza harán que el individuo siga viviendo en la pobreza.

Cuando el individuo se hace consciente de que esos recuerdos, pensamientos y emociones no son reales, cuando es capaz de observarlos sin juzgarlos, despierta a la Consciencia. Al hacer esto, esos pensamientos y el poder que ejercen se desvanecen.

Cuando un individuo, atrapado en un determinado estado de inconsciencia daña a otros, es perseguido por las consecuencias de sus acciones en la medida en que sigue inmerso en el mismo nivel de inconsciencia en el que los realizó. Las personas lo observan y lo llaman karma: la consecuencia de las acciones.

Más que la consecuencia de las acciones, el karma es lo que se atrae a la vida al estar imbuido en un determinado estado de inconsciencia. Es decir, si a nivel de la mente y las emociones se repiten patrones de odio, injusticia o crueldad; estas mismas cosas serán atraídas constantemente a la vida del individuo.

Si alguien odia al mundo y le declara la guerra; el mundo le declarará la guerra a esa persona. No porque el mundo sea vengativo, sino porque este es una proyección de la misma mente del individuo.

La respuesta a ¿Por qué le pasan cosas malas a la gente buena? Es que esa persona que quiere ser “buena”, aloja en su inconsciente muchos patrones tóxicos de pensamiento y emoción. Así que no importa cuán “bueno” quiera ser en la superficie, en el fondo “cree” que merece sufrir y la vida actúa de acuerdo a ello.

Las cosas que alguien haya hecho en el pasado no lo definen, a menos que continúe atrapado en el mismo nivel de inconsciencia que lo llevó a hacer esas cosas. Al no superar el nivel de inconsciencia parecerá que el pasado persigue a esta persona de forma implacable.

Cuando una persona supera el nivel de inconsciencia en el cual realizó ciertos comportamientos, ya no necesita seguir experimentando las consecuencias de estos. Como la Consciencia es atemporal y no puede dañar ni ser dañada, al identificarte con ella empezarás a atraer a tu vida experiencias de bienestar.

 

Exhortación al Ahora

Así que deja ya de identificarte con el pasado. Es hora de perdonarte y soltar toda culpa. Si crees que hiciste algo terrible, recuerda que era lo único que podías hacer debido al estado de inconsciencia en el que te encontrabas en ese momento.

No te definas por las cosas que hiciste o dejaste de hacer. El pasado ya no existe. Lo importante es observar los pensamientos y emociones que te impulsaron a hacer esas cosas, sabiendo que no son reales. Luego mira cómo se disuelven ante la luz de la Consciencia.

Tu verdadero ser no es esa persona que ha dañado y su vez ha sido dañada por otros. Tu verdadero Ser es la Consciencia Cósmica que es anterior al Universo y seguirá existiendo cuando este desaparezca.

Sólo hay un momento y un lugar en el que podrás despertar a tu verdadero Ser: Aquí y Ahora. La Consciencia es atemporal, por lo tanto no se puede conocer pensando en el pasado o el futuro. Sólo al entrar en el Presente puedes sentir aquello que es eterno y está más allá de los conceptos del bien y del mal.

Al darte cuenta en este momento de una respiración ya estás dando el primer paso para despertar a la Consciencia. Recuerda que el primer paso es el último también. No hay escalones ni grados para llegar a la Consciencia. Es más, no necesitas llegar a ningún lado porque ella siempre está en el Presente.

Respira… observa el aire que entra y sale de tus pulmones… toma consciencia de los sonidos que hay a tu alrededor… siente los aromas… observa todo lo que te rodea con la mente de un niño pequeño, como si miraras por primera vez… bienvenido a la Consciencia…


viernes, 3 de julio de 2020

Jesús, Maestro del Amor

Por Nadie


Dos niveles de enseñanza                                                                                        

Siendo Jesús un ser despierto, tenía como objeto de su mensaje a un grupo de personas con un profundo nivel de inconsciencia. Es por ello que él necesitaba “bajar” su mensaje al nivel de la dualidad (sensación de estar separado de la Consciencia), para poder ser aceptado por los judíos de aquella época. 

El de Jesús no es un mensaje que conduce directamente a la iluminación como lo es el mensaje del Zen, por citar un ejemplo. El Mensaje de Jesús está dirigido a un grupo de personas que se habían dedicado a interpretar la Torá de manera literal, convirtiéndose en seguidores de la letra muerta (2 Corintios 3:6). El antiguo testamento enseñaba la ley del Talión: “ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie” (Éxodo 21: 24), la cual había llevado a muchos judíos a ser duros de corazón y faltos de compasión.

El de Jesús, es un mensaje radical de amor, compasión y misericordia. Su intención es despertar a las personas al amor verdadero, el cual proviene de la Consciencia Cósmica. Resaltemos algunas de las frases más notables de Jesús en este sentido:

Por tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti,  deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. (Mateo 5:23)

Habéis oído que se dijo: «Ojo por ojo y diente por diente». Pero yo os digo: no resistáis al que es malo; antes bien, a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Y al que quiera ponerte pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa.  Y cualquiera que te obligue a ir una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que desee pedirte prestado no le vuelvas la espalda. (Mateo 5; 38)

Habéis oído que se dijo: «Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo». Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos; porque Él hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tenéis? ¿No hacen también lo mismo los recaudadores de impuestos? Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis más que otros? ¿No hacen también lo mismo los gentiles? Por tanto, sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto. (Mateo 5; 43)


Paralelismos y diferencias del mensaje de Buda y Jesús

El mensaje de Jesús, a diferencia del de Buda, es un mensaje dualístico que parte de la creencia de aquella época de que los seres humanos están separados de la deidad. Ese mensaje provenía de la Consciencia Cósmica Universal, y había sido  coloreado por la cultura de una época y un lugar específicos.

Los paralelos entre estas dos figuras empiezan con sus historias de vida. Ambos comenzaron su misión espiritual después de los 30 años y se enfrentaron a la clase gobernante de su época. Así como Buda contradecía las costumbres sociales al relacionarse con ladrones y asesinos; Jesús generó mucha controversia en su momento por cenar con recaudadores de impuestos y prostitutas.

 

Borg, Marcus en su libro: Jesus & Buddha: The Parallel Sayings, ha recopilado frases que muestran que el mensaje de Jesús y Buda eran paralelos en muchos sentidos ya que provenían de la misma fuente (La Consciencia):

 

Jesús: hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedesMateo 7:12

Buda: Considera a los demás como a ti mismo. Dhammapada 10.1

 

Jesús: Ama a tus enemigos, haz el bien a los que te aborrecen, bendice a los que te maldicen, ruega por los que te abusan. Si alguien te quita la capa, no le impidas que se lleve también la camisa. Lucas 6:27-29

Buda: Los odios no cesan en este mundo por odio, sino por amor; Esta es una verdad eterna… Resolver la ira por el amor, vencer el mal por el bien. Supera al avaro dando, supera al mentiroso con la verdad. Dhammapada   1.5 & 17.3

 

Jesús: Ellos le dijeron: «Maestro, esta mujer fue capturada en el mismo acto de cometer adulterio. Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices? «Él les dijo: «Cualquiera de ustedes que está sin pecado que sea el primero en lanzar una piedra….” Juan 8: 4-7

Buda: No mires las faltas de los demás, ni lo que otros han hecho o no; Observa lo que tú has y no has hecho… Dhammapada 4.7

 

Así como existen muchos paralelos entre las enseñanzas de Jesús y Buda, también hay diferencias notables. Mientras que el mensaje de Buda era mucho más pasivo, Jesús era un profeta social que invitaba a amar, servir y actuar activamente. Jesús se atrevió a alzar su voz contra la élite dominante de su época para abogar por la justicia social. Y esta es quizá la principal razón de su muerte tan temprana.

¿Qué pasaría si combináramos la Consciencia pacifica y silenciosa enseñada por Buda, con el amor activo y social de Jesús? Probablemente saldría un Buda-Cristo, un Ser Consciente dispuesto a buscar la justicia social.


El reino de la Consciencia                                                                                           

Jesús, al igual que Gautama Buda, Lao-Tse, Rumí y muchos otros, fue un vehículo a través del cual se expresó la Consciencia Cósmica Universal. Cuando él exhortaba a sus discípulos de esta manera: 

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. (Mateo 6:33)

Los estaba invitando a entrar en contacto con la Consciencia Cósmica (el reino de Dios), que es la fuente de todas las cosas. Aunque en la tradición cristiana se cree que el reino de Dios es un lugar espiritual en el cielo, Jesús aclaró lo siguiente:

El Reino de Dios viene sin dejarse sentir. Y no dirán: "Vedlo aquí o allá", porque el Reino de Dios ya está entre vosotros. (Lucas 17. 20.21)

Cuando Jesús dice que «El Reino de Dios viene sin dejarse sentir», probablemente está queriendo mostrar que la Consciencia no se manifiesta de una manera espectacular o pomposa, sino que es algo tan natural y silencioso como nuestra respiración.

Luego prosigue: «Y no dirán: "Vedlo aquí o allá"», es decir que la Consciencia Cósmica no se manifiesta en un lugar específico como un templo o una montaña, ni tampoco a través de una determinada creencia religiosa. La Conciencia es el todo en Todo.

Finalmente Jesús expresa que «el Reino de Dios ya está entre vosotros.» Esta es una hermosa forma de expresar que la Consciencia Cósmica es el vacío cuántico que está dentro y fuera de todos los seres animados e inanimados.

Entonces cobra más sentido la primera frase: «Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas», ya que si entramos en contacto con ese reino de la Consciencia cuántica, donde están todos los estados posibles de información y energía, todo lo demás se producirá por añadidura.

Jesús enseñaba a sus discípulos a vivir en el Ahora y confiar en la Consciencia que es la Fuente Suprema de todo lo que es, ha sido y será:

Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio afán. (Mateo 6:34)

 

Jesús y la oración                                                                                                                   

Si lees con detenimiento, te darás  cuenta de que en algunos momentos el mensaje de Jesús puede parecer contradictorio. Aunque en unas partes invita a orar: 

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá (Mateo 7:7-8)

En otra parte da a entender que no es necesario pedir nada:

Porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes que vosotros le pidáis. (Mateo 6:8)

La razón de esta aparente contradicción es que su mensaje iba dirigido a diferentes públicos o niveles de Consciencia. En ese orden de ideas, Jesús enseña la oración del Padre Nuestro, la cual era adecuada para un grupo de personas que se sentían separadas de la Consciencia Cósmica:

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad 
en la tierra como en el cielo. 

Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos 
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén

Esa fue la oración adecuada en se momento y para ese estado de conciencia particular. Si Jesús enseñara el Padre Nuestro hoy en día a aquellos que están en proceso de despertar, tal vez lo enseñaría de otra manera. Así que te invito a probar una alternativa distinta. Antes de leerlo, toma consciencia de dos o tres respiraciones, después lleva la atención al corazón, y muy lentamente, pronuncia las siguientes palabras:

Consciencia Cósmica, que estás Aquí y Ahora, 
santifico tu nombre Yo Soy; 
el reino de la Consciencia está en el presente; 
la voluntad Consciente se hace tanto en la tierra como en el Cosmos 

Yo Soy Abundancia fluyendo a raudales en este día; 
Nos perdonamos por nuestra inconsciencia, así como perdonamos a los que actúan inconscientemente hacia nosotros; 
Estoy atento para no dejarme caer en la inconsciencia, 
Y vigilante para estar por encima de la dualidad del bien y el mal 
Hecho está

Al finalizar, date cuenta de cómo te sientes, observa si ha habido algún cambio en tu estado emocional o mental.

Supercúmulos de galaxias y los inmensos espacios vacíos de la Consciencia Cósmica

 


miércoles, 1 de julio de 2020

Religión, Misticismo y Nueva Era

Por nadie


Origen psicológico del dios padre y la diosa madre
La religión fue el elemento decisivo que encontraron los gobernantes en la antigüedad para unificar a diferentes clanes y tribus y hacer que cooperaran para construir imperios. La religión le permite al hombre llenar la necesidad de afiliación (pertenecer a un grupo), de reconocimiento (sentirse más importante que otros) y le da seguridad emocional al pensar que va a ser protegido por su deidad. Pero quizá lo más importante es que la religión le permite al hombre llenar sus vacíos emocionales. 


¿No te parece sospechoso que el dios judeocristiano, al tiempo que es amoroso y benevolente; también es celoso, vengativo y castigador? Estas características son propias de un padre terrenal. El dios judeocristiano es una proyección de la figura paterna a través de la cual sus adoradores buscan llenar el vacío dejado por un padre ausente, o por un padre con el que no pudieron establecer una conexión emocional. Para un niño su papá es un dios; para un adulto, Dios es una proyección del padre ideal.


De igual manera las diosas Isis, Venus, Lakshmi y la virgen María son proyecciones de la figura materna a través de las cuales los individuos llenan sus vacíos emocionales. El arquetipo de la madre está presente en todas las culturas. Incluso las iglesias protestantes que rechazan el culto a la madre, la proyectan en el amor y la entrega a su iglesia, a la cual están dispuestos a darle el diezmo y prestar servicio de voluntariado.

Misticismo como puerta a la Consciencia
Esto no quiere decir que la religión no pueda ayudar en el despertar a la Consciencia Cósmica. En la religión se distingue dos tipos de personas: los místicos y los religiosos. Mientras las personas religiosas se dedican a repetir rituales de manera mecánica, los místicos van a la esencia de las cosas.

Muchos místicos han logrado atravesar el velo del dios creado por los hombres y se han conectado con la Consciencia Cósmica Universal a través de las tradiciones místicas del hinduismo (Vedanta Advaita), del judaísmo (La Kabbalah), del islam (el Sufismo), del budismo (el Zen) y el misticismo cristiano con exponentes como Eckhart de Hochheim.

El concepto de Dios
Dentro del contexto de las grandes religiones, nótese que Gautama Buda y Lao-Tse, como inspiradores del budismo y el taoísmo respectivamente, son casi los únicos que no usaron el concepto de Dios. Ellos sabían que el concepto de dios es una trampa en la que la mayoría de las personas quedan atrapadas, siendo muy pocos los que pueden salir de ella a través del misticismo. Al no haber un concepto de una deidad a la cual adorar, las personas podrían conectarse con Aquello que está más allá del nombre, de la forma y del género.

Aunque en estas líneas nos referimos a Aquello como la Consciencia Cósmica, hay que entender que estas son sólo palabras que quieren indicar algo que no puede ser nombrado. Hay que evitar quedar atrapados en el plano de las palabras y usarlas solamente como lo que son: una señal. Por lo tanto, el mayor peligro es que la Consciencia Cósmica Universal se convierta en una deidad a la cual algunos quieran adorar en sus altares.

La mente es muy astuta para convertir cualquier cosa, incluyendo algo no conceptual, en un objeto de adoración. Miren a Buda, nunca habló de ningún dios, pero al morir sus seguidores lo convirtieron en dios. Por ello algunos místicos han decidido no usar la palabra Dios, sino otros términos como el Absoluto, lo Incognoscible, el Supremo o lo Uno. En la tradición Cabalística judía, por ejemplo, existe el término Ein Sof, que significa sin límites, y es el Todo Supremo. Ein Sof no es un ser, puesto que siendo auto-contenido y auto-suficiente, no puede ser limitado por la propia existencia, que limita a todos los seres.

La Nueva Era
Ahora pasemos a la Nueva Era. Entre los muchos canalizadores que hay allí, algunos se han conectado con la Consciencia Cósmica, pero dado que la información ha pasado a través del filtro de la mente que está limitada por sus creencias, cultura, prejuicios, etc., le han puesto un nombre a la Consciencia para poder identificarla. A la mente le encantan los nombres ya que le permiten tener una sensación de control sobre su entorno. Por ejemplo, Neal Donald Walsh le puso “Dios” y Helen Schucman identificó a la fuente que le reveló Un Curso de Milagros con Jesús.

Al igual que el dios cristiano o la virgen María, las entidades canalizadas por estas personas también tienden a llenar los vacíos emocionales de los seguidores. En este sentido funcionan Kryon, Ramtha, los Seres Uno y los Maestros Ascendidos. En esta última corriente existen cientos de maestros para llenar los múltiples vacíos emocionales de sus seguidores. Si quieres llenar el vacío materno puedes escoger de un amplio catálogo entre Kwan Yin, la Madre María, Lady Nada y muchas otras. Si necesitas sentirte amado y aceptado, invocas al Arcángel Chamuel; si te sientes vulnerable y desprotegido emocionalmente, llenas ese vacío con el Arcángel Miguel “el protector del cielo”.

Pero hay un Maestro Ascendido en especial del que quiero hablar para ejemplificar la manera como estos seres imaginarios han sido creados inconscientemente para llenar los huecos del alma. Este Maestro se llama El Morya. Según The Summit Lighthouse él fue el patriarca Abraham; el Rey Arturo, de Camelot y Thomas Becket, arzobispo de Canterbury, entre otras muchas encarnaciones siempre masculinas. Ellos enseñan que El Morya gobierna sobre el primer rayo, que es el rayo del Poder y la voluntad de Dios. Además de tener los atributos piadosos de un padre, también tiene coraje, poder, franqueza, autosuficiencia, confiabilidad, fe e iniciativa. 


A pesar de todo esto muchas personas se sentían incomodas con El Morya. La imagen que presentaban de él tenía una mirada intensa. Mucha gente sentía que su mirada podía escudriñar en sus pecados más ocultos, por ello a algunos les costaba mirarlo a los ojos. El Morya exigía a sus chelas (palabra que significaba esclavo) que dedicaran varias horas al día a dar un tipo de oración llamada decretos y literalmente se enojaba si las personas consumían chocolate. Este Morya tenía todas las características de un padre humano: exigente y a la vez amoroso. El Morya era la imagen idealizada de un padre perfecto. Era una creación mental diseñada para llenar el vacío emocional de la figura paterna.

No existe tal cosa como los Maestros Ascendidos. Ellos son ideas creadas de forma inconsciente por los canalizadores para suplir algún vacío del alma fragmentada. Algunos canalizadores bajan información de la Consciencia Cósmica, y al pasar a través de la mente del canalizador la información es coloreada por su propio estado de conciencia.

El hecho de que la información bajada por los canalizadores sea coloreado no es algo necesariamente dañino. Esto permite que personas de una cultura o estado de conciencia particular puedan comprender el mensaje. El peligro ocurre cuando el canalizador tiene, por ejemplo, creencias racistas o violentas, ya que alentará a sus seguidores a usar la violencia.

¿A dónde van los seres iluminados al morir?
Muchos estarán perplejos y se preguntarán: si no existen los Maestros Ascendidos, ¿Qué pasó con Buda, Jesús o Lao-Tse tras la muerte? Ellos, al igual que tú, son oscilaciones de la Consciencia Cósmica. Desde el punto de vista de la mente, parece que hubiera muchos seres, pero desde la perspectiva Cósmica existe una sola Consciencia. Algunas partes de la Consciencia están despiertas mientras que otras todavía están dormidas. Buda, por citar un ejemplo, sería una parte de esa Consciencia que ya despertó; mientras que Hitler sería otra parte de esa misma Consciencia, que estaba profundamente dormida.

Se trata de una única Consciencia que quiere experimentar el sentido de separación. En la Tierra hay siete billones de personas creyendo que están separadas unas de las otras y de la naturaleza. Imagina un único océano con billones de olas, cada una creyendo estar separada de las demás. Pero desde un nivel más profundo es una sola Consciencia, un solo océano, que ha decidido probar en el nivel más denso de la energía, que es lo que llamamos materia. Cada uno de estos siete billones de individuos tiene el potencial de despertar a la Consciencia, pero es un proceso lento y gradual.

De cuando en cuando, una oscilación de esa Consciencia despierta y jalona a las otras hacia ese nivel. Al despertar -el ego, el yo, la persona, o como lo quieras llamar- desaparece. Entonces el que antes se creía separado se da cuenta de pronto de que en realidad su naturaleza es el Todo. Por ello, si quieres encontrar a Buda o Jesús no puedes hacerlo buscando en el cielo; sino despertando a la Consciencia, hallando lo que ellos encontraron. Ahí te das cuenta de que todos los Maestros Iluminados están dentro la Consciencia. De hecho, incluso los asesinos más crueles están dentro de la Consciencia, sólo que ellos no lo saben dado su profunda identificación con el ego.

En la física cuántica se postula algo semejante. En el discurso que dio Richard Feynman cuando recibió el premio Nobel de Física en 1965, propuso que el Universo contiene solamente un electrón, el cual se propaga a través del tiempo y el espacio de tal manera que aparenta estar en múltiples posiciones de manera simultánea. Al igual que el electrón de Feynman, en el Universo existe una única Consciencia, la cual al propagarse crea la ilusión de estar dividida en muchas conciencias individuales. Así que cada maestro iluminado de la Tierra es una parte de la Consciencia que ya despertó, que se dio cuenta de que la dualidad es una mentira y sólo existe el Uno.

Canalizadores y pensamiento dualístico
Los canalizadores que se han conectado con la Consciencia Cósmica han logrado “bajar” información muy valiosa. Pero las canalizaciones no son el final del camino sino un punto intermedio en la evolución espiritual del Planeta Tierra. Para ser un canalizador, la persona necesita creer que está separado del Absoluto. Sólo alguien que ve al Ser Supremo como algo externo a él puede escuchar “voces” que le den indicaciones. Cuando el individuo comprende que su “yo” es una ilusión y solamente existe la Consciencia Cósmica, no escucha “voces” ya que toda la información la recibe desde un sentido de Unidad con el Todo. Allí no existe la dualidad entre la Consciencia que da el mensaje y el “yo” que lo recibe, sólo existe lo Uno.

El Movimiento de La Nueva Era es un paso necesario para el despertar de la humanidad. Antes de la Nueva Era las personas creían que Dios estaba en el cielo y que ellas eran unos viles pecadores. Con la Nueva Era llegó la noción del Dios interior o chispa divina, las personas dejaron de verse como simples pecadores y se dieron cuenta que dentro de ellas había un gran potencial.

En la Nueva Era ha habido movimientos y canalizadores que se han conectado de forma muy pura con la Consciencia Cósmica Universal. Estos movimientos han ayudado a muchas personas a avanzar en su despertar. El Universo Todo lo hace perfecto. Así que la existencia de las religiones y la Nueva Era son parte de esa perfección dentro del proyecto Cósmico.

El propósito de esta enseñanza
El objetivo de estas enseñanzas no es crear una “nueva religión” ni pretende ser la verdad. Lo que se busca es ayudar a las personas a tomar Consciencia de su verdadero Ser sin necesidad de vincularse a ninguna organización vertical ni seguir ciegamente a ninguna persona. Un seguidor ciego es aquel que no cuestiona ni pone a prueba lo que está aprendiendo.

Es importante advertir que al explicar algo que no es conceptual al nivel de las palabras, en ocasiones se puede caer en la dualidad. También es cierto que las experiencias previas y condicionamientos de quien escribe esto afectan el mensaje. Por lo tanto, lo ideal sería utilizar esta información para dar el salto cuántico al nivel no conceptual que es de donde proviene.

Ten claro lo siguiente: ningún libro, persona u enseñanza podrá darte jamás la verdad. La verdad es una experiencia y lo que se habla acerca de ella son descripciones de la verdad. No te quedes en las descripciones, mira qué es lo que ellas señalan y avanza hacia la experiencia directa de la verdad.

En este preciso momento toma consciencia de tu respiración… observa el aire que entra y sale de tu cuerpo… ¿Cómo te sientes…? Si experimentas una sensación de calma o bienestar, estas entrando a comprender por ti mismo la verdad que no pueden darte estas líneas ni ninguna persona en este mundo.