Por nadie
Consciencia y conciencia
Consciencia
y conciencia son cosas diferentes que suelen confundirse.
La consciencia (con “s” antes de “c”) es la capacidad que tiene el
ser humano de percibir la realidad y reconocerse en ella. Es por medio de la
consciencia que se perciben los estímulos externos como los sonidos, formas,
olores; y los procesos internos como los pensamientos o sentimientos. Cuando la
palabra Consciencia se escribe con “C” mayúscula se refiere a la Consciencia
cósmica. Este término implica que el Universo tiene la capacidad de reconocerse
a sí mismo.
Por
otro lado, la palabra conciencia (sin “s” antes de “c” y en minúscula), se
refiere al conocimiento moral de lo que está bien y lo que está mal. El bien y
el mal son conceptos subjetivos que dependen de cada individuo.
La
conciencia se encuentra en el campo de la moral y es una facultad de la mente.
En cambio la Consciencia es la capacidad de percibir la realidad trascendiendo
el campo de la mente. La conciencia juzga lo que observa y lo ubica dentro de
las categorías de “bueno” y “malo”; en cambio la Consciencia percibe sin
juzgar.
Las etapas de la Consciencia
En
el Universo, la Consciencia está en un proceso constante de expansión. En la
Tierra, los únicos seres capaces de Ser Conscientes son los humanos, ya que
poseen estructuras cerebrales más complejas que las demás especies. Para
entender el proceso de desarrollo de la Consciencia en la Tierra, se puede
dividir en tres etapas: Inconsciencia, Preconsciencia y Consciencia.
En
la etapa de inconsciencia se
encuentran aquellas personas egocéntricas que sólo piensan por su propio
bienestar. Ellos no están interesados en solucionar el cambio climático ni se
preocupan por el sufrimiento de los demás. Algunas veces son personas
impulsivas y carentes de empatía, los cuales consideran que la violencia es la
forma legítima de solucionar las diferencias. Aquí se encuentran las personas
con pensamientos radicales y marcada agresividad.
En
esa misma etapa, pero en un nivel más alto, se ubican las personas religiosas
que defienden la moral y constantemente señalan lo que para ellos es el “bien”
y el “mal”. Aunque quieren hacer el bien, discriminan a aquellos que piensan diferente
o cuyos comportamientos no estén dentro de sus estándares morales. Estos
individuos ven el mundo en blanco y negro, es decir que para ellos las personas
solamente pueden ser “buenas” o “malas”, desconociendo cualquier matiz entre
estos dos extremos. Cuando realizan obras de caridad, lo hacen para calmar sus sentimientos de
culpa o asegurar algún tipo de salvación en un cielo espiritual.
En
la etapa de preconsciencia las personas se empiezan a interesar por mejorar su
autoestima, son más empáticos con el sufrimiento de los demás, se preocupan por
el cuidado del medio ambiente y buscan alternativas para mejorar las cosas.
Estas
personas tienen una visión sistémica y global del mundo. Están en proceso de
pasar de la culpa a la responsabilidad. Aquí se ubican las tradiciones místicas
de las grandes religiones, muchos de los movimientos de la Nueva Era y el
movimiento del potencial humano de la psicología. Aquellos que están en esta
etapa ya no se preocupan tanto por juzgar a los demás sino por mirar dentro de
ellos mismos y buscar el cambio.
Finalmente,
en la etapa de la Consciencia se
ubican aquellos que han despertado a la realidad. Allí están los budas, los
iluminados y aquellos que perciben el sentimiento oceánico. En este nivel las
fronteras entre el yo y el mundo se diluyen. El individuo se da cuenta de que
todo es Uno y la división es un sinsentido.
Advertencia
El
conocimiento de las tres etapas no obedece a un interés por catalogar o juzgar
a las personas entre los “inferiores” y los “superiores”. Lo más maravilloso de
todo esto es que todos los seres humanos son ya la totalidad de la Consciencia.
Nadie es mejor ni peor que nadie, la Consciencia es una sola y dentro de ella
no existen grados.
Lo que quiere mostrar este esquema de las etapas es el nivel de identificación de los diferentes individuos, ya sea con el ego o con la Consciencia. Pero esto no quiere decir que aquel que esté profundamente identificado con el ego sea “menos” que un buda. Ambos son expresiones de la misma Consciencia y todos los seres tienen el mismo potencial de despertar.
A
medida que se avanza en la comprensión de la Consciencia, se va perdiendo el hábito
de juzgar a otros. Más bien se empieza a mirar a las personas desde otra perspectiva:
como budas en potencia. Entonces el mundo ya no se divide entre los “buenos” y
los “malos” sino entre los budas que todavía están dormidos y aquellos que ya
despertaron o están en proceso de hacerlo.
El
Universo todo lo hace perfecto, el hecho de que haya muchos budas dormidos es
parte del proceso, es una etapa necesaria. Por ello en vez de juzgarlos, más
bien podemos enfocar esa energía en ser más Conscientes cada día, ya que al
despertar, arrastramos a la Consciencia a todos los que vienen detrás de
nosotros.
Estatua de Buda dormido |
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