"Cuando nos sentamos sin pedirle nada al momento presente, sin esperar el siguiente, sin esperar obtener algo (sea lo que sea), cuando dejamos de esperar la iluminación, el amor, la paz o una mente tranquila y dejamos de pedirnos nada, lo sagrado surge sin más, pues no tiene que responder a ninguna exigencia. La verdadera relación sagrada con este momento florece cuando no esperamos que sea ninguna otra cosa. Es entonces cuando la belleza hace explosión. Pero si esperamos lo más mínimo del momento, empezamos a perdernos la belleza. Nuestra petición distorsiona lo que podemos ver y experimentar en nosotros mismos".
Adyashanti
domingo, 21 de octubre de 2012
Disfrutar lo que es
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sábado, 20 de octubre de 2012
Sanándote en el Aquí y el Ahora
Víctor Frankl,
fue un neurólogo y psiquiatra austriaco de origen judío que fue hecho
prisionero por los nazis durante la segunda guerra mundial. Fue llevado al
campo de concentración de Auschwitz donde fue sometido a las más terribles
torturas. Sus padres, su hermana y su esposa murieron en las cámaras de gas, y
Víctor esperaba su turno lleno de terror.
Un día mientras
estaba en el campo de concentración empezó a darse cuenta de que los nazis
podían haberle quitado su libertad, podían controlar su comida, maltratarlo e
incluso hacer lo que quisieran con su cuerpo; pero había algo que ellos no
podían quitarle: la libertad de pensar. Así que se enfocó en pensar en cosas
positivas: se imaginaba estando libre y dando clases a sus alumnos y
enseñándoles cómo sobrevivir a la tortura. Víctor empezó a experimentar la
libertad de pensar y sentir de forma positiva, se convirtió en inspiración y
apoyo para sus compañeros del campo de concentración, y llegó a ser más libre
que sus propios carceleros. Víctor Frankl sobrevivió y enseñó al mundo el
significado de la palabra Proactividad.
Después
de ser liberado del campo de concentración, Víctor Frankl desarrolló la
logoterapia para ayudar a las personas a encontrar el balance psicológico. A diferencia
del psicoanálisis y otros enfoques que buscan las causas de los problemas en el
pasado, la logoterapia –que busca ayudarles a las personas a encontrar el
sentido espiritual de sus vidas- se enfoca en el momento presente.
Según
Frankl, cuando buscamos el por qué de nuestros problemas, es
decir, cuando miramos el pasado, en realidad estaríamos buscando excusas para
justificar nuestro comportamiento o estaríamos buscando a quién culpar de
nuestro presente. Al buscar el por qué hurgando en el pasado podemos
llegar a asumir el papel de víctimas: “yo soy así por qué mi papá me abandonó”.
En su
logoterapia Frankl busca el qué, es decir, qué es lo que me tiene en
esta situación, qué pasa conmigo que sigo allí anclado. Por ejemplo, si estoy
en una relación toxica con otra persona, en vez de preguntar por
qué estoy en esta situación, preguntaría qué carencias psicológicas
tengo yo para permanecer en esta relación. Preguntarme el qué es asumir la
responsabilidad por lo que me sucede.
Una
vez encuentro el qué puedo buscar el para qué, o sea, para
qué me sirve está situación, qué lecciones me enseña, qué he aprendido
de ella. Una vez aprendida la lección, estoy listo para no repetirla más.
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viernes, 19 de octubre de 2012
Reencarnación y Despertar
Todas las
preguntas que se suscitaron aquel día en la reunión pública estaban referidas a
la vida más allá de la muerte. El Maestro se limitaba a sonreír sin dar una
sola respuesta. Cuando, más tarde. Los discípulos le preguntaron por qué se
había mostrado tan evasivo, él replico:
- ¿no
habéis observado que los que no saben qué hacer con esta vida son precisamente
los que más desean otra vida que dure eternamente?
- Pero
¿hay vida después de la muerte o no la hay?, insistió un discípulo.
- ¿Hay
vida antes de la muerte? ¡Esta es la cuestión! – replico enigmáticamente el
Maestro.
Anthony de Mello
Hoy en día muchas personas buscan
afanosamente conocer sobre sus vidas anteriores. Ellos todavía necesitan ir a
ese lugar inexistente llamado pasado. Lo único real que existe es nuestro Ser
que es eterno, puro, que nunca ha nacido y nunca morirá. Toda nuestra
experiencia por fuera de este Ser es una ilusión, es como un sueño del que despertamos
a través del conocimiento verdadero de nosotros mismos. Cuando comprendemos que
somos ese Ser eterno y no un cuerpo que sufre, una mente que piensa o un ego
que reencarna, entonces llegamos al momento de nuestro despertar.
Muchas personas creen en el poder
de las regresiones para sanar aspectos de su psicología. Sin embargo, lo que
muchas personas no saben es que en las terapias de regresión se ha encontrado a
muchas personas que reclaman ser Juana de Arco, María Magdalena o muchas otras
personalidades de la historia. ¿Cómo pueden tantas personas diferentes ser la
reencarnación de un mismo personaje? Si queremos ser investigadores
espirituales serios, y no creyentes dogmáticos ciegos, debemos estar dispuestos
a poner incluso nuestras creencias más queridas bajo la luz de la duda y el
fuego de la verdad.
Existen muchos testimonios de
sanaciones de fobias y odios por medio de las terapias regresivas. Esto es
cierto, ya que las fobias y odios se encuentran presentes en la mente y estas
terapias trabajan al nivel de la mente. Por ello una mujer que necesita fuerzas
para afrontar una situación difícil puede “recordar” haber sido Juana de Arco
en una vida previa. Por medio de este recuerdo, ella se identifica con Juana de
Arco y con su determinación y traslada esto a su vida actual para afrontar
mejor su situación presente. Desde este punto de vista, las regresiones tienen
un efecto terapéutico, aunque nos brindan un bienestar, no nos llevan al despertar
espiritual entendido como el reconocimiento pleno de nuestro Ser.
En otros casos las regresiones
pueden ser dañinas como cuando una persona “recuerda” haber sido un violador en
serie o el rey de alguna nación. Estos recuerdos lo pueden llevar de la culpa
al orgullo, sin generar ningún beneficio en ninguno de los casos.
La reencarnación y el recuerdo de
vidas anteriores ejercen una gran fascinación sobre muchos buscadores
espirituales. Muchos de ellos todavía necesitan investigar sobre esas cosas y
eso está bien. Sin embargo, el despertar espiritual viene cuando la persona
renuncia al pasado y al futuro y se enfoca a vivir de manera plena el momento
presente.
Muchos se preguntarán cómo puede
uno sanar su psicología sin mirar al pasado. El psiquiatra y filósofo alemán Karl
Jaspers (1883-1969) ya había trabajado en esto. A él le importaba más el “cómo”
del comportamiento humano que el “por qué”. Es decir, él no veía al hombre como
un irremediable resultado de su pasado, sino como un ser que podía expresar su
potencial en el ahora. Cuando él veía a un paciente con alguna clase de desorden,
no preguntaba por qué sucedió, sino cómo se manifiesta en el ahora.
En su libro “El poder del Ahora”, Eckhart Tolle nos enseña una técnica
para vivir nuestras emociones, miedos, ira, etc. en el ahora y consumirlos a
través de la Presencia. Este tema será tratado en posteriores artículos. Por el
momento quiero dejarlos con un extracto de “YO SOY ESO”, conversaciones
con Sri Nisargadatta Maharaj quien es reconocido como uno de los muchos
seres iluminados que ha pisado esta Tierra:
Interlocutor:
Cuando un hombre ordinario muere, ¿qué le acontece?
Maharaj: Según su creencia, así acontece. Como la vida antes de la muerte es solo imaginación, así es la vida de después. El sueño continúa.
Int: ¿Y qué hay sobre el jnani (iluminado)?
Mah: El jnani no muere debido a que nunca ha nacido.
Int: Pero a los demás sí se lo parece.
Mah: Pero no a sí mismo. En sí mismo es libre de las cosas —físicas y mentales.
Int: No obstante usted debe conocer el estado del hombre que ha muerto. Al menos por las propias vidas pasadas de usted.
Mah: Hasta que encontré a mi gurú, yo sabía muchas cosas. Ahora no sé nada, pues todo conocimiento está solo en el sueño y no es válido. Yo me conozco a mí mismo y no encuentro ninguna vida ni muerte en mí, solo puro Ser —no ser esto o eso, sino solo Ser. Pero en el momento en que la mente, sacando su provisión de recuerdos, comienza a imaginar, llena el espacio de objetos y el tiempo de aconteceres. Como yo no conozco ni siquiera este nacimiento, ¿cómo puedo conocer nacimientos pasados? Es la mente la que, ella misma en movimiento, ve todo en movimiento, y habiendo creado el tiempo, se inquieta por el pasado y el futuro. Todo el universo está contenido en la consciencia, la cual surge donde hay orden y armonía perfectos. Como las olas están en el océano, así están todas las cosas físicas y mentales en la presenciación (estado de Presencia o de estar centrado en el Ser). De aquí que lo más importante es la presenciación misma, no su contenido. Profundice y ensanche su presenciación de usted mismo y fluirán todas las bendiciones. Usted no necesita buscar nada, todo vendrá a usted de la manera más natural y sin esfuerzo. Los cinco sentidos y las cuatro funciones de la mente —memoria, pensamiento, entendimiento y sí mismidad; los cinco elementos —tierra, agua, fuego, aire y éter; los dos aspectos de la creación —materia y espíritu, todos están contenidos en la presenciación.
Int: Sin embargo, usted debe creer en haber vivido antes.
Mah: Las escrituras dicen eso, pero yo no sé nada sobre ello. Yo me conozco a mí mismo como Yo Soy; como yo aparezco o apareceré no está dentro de mi experiencia. No es que yo no recuerde. Es que no hay nada que recordar. La reencarnación implica un sí mismo que se reencarna. No hay ninguna cosa tal. El paquete de recuerdos y de esperanzas, llamado el «yo», se imagina a sí mismo existiendo perennemente y crea el tiempo para dar acomodo a su falsa eternidad: Para Ser, yo no necesito ningún pasado ni ningún futuro. Toda experiencia nace de la imaginación; yo no imagino, de modo que a mí mismo ningún nacimiento ni muerte acontecen. Solo aquellos que se piensan a sí mismos nacidos pueden pensarse a sí mismos renacidos. Usted me está acusando de haber nacido — ¡yo no me reconozco culpable! Todo existe en la presenciación y la presenciación ni muere ni renace. Es la realidad inmutable misma. Todo el universo de la experiencia nace con el cuerpo y muere con el cuerpo; tiene su comienzo y su fin en la presenciación, pero la presenciación no conoce ningún comienzo, ni ningún fin. Si usted lo piensa cuidadosamente y lo medita durante largo tiempo, usted llegará a ver la luz de la presenciación en toda su claridad y el mundo desaparecerá de su visión. Es como mirar a un bastoncillo de incienso encendido; usted ve el bastoncillo y el humo primero; cuando usted nota el punto ígneo, usted se da cuenta de que tiene el poder de consumir montañas de bastoncillos y de llenar el universo de humo.
Atemporalmente, el sí mismo se actualiza a sí mismo sin agotar sus posibilidades infinitas. En el símil del bastoncillo de incienso, el bastoncillo es el cuerpo y el humo es la mente. Mientras la mente está ocupada con sus contorsiones, no percibe su propia fuente. Entonces viene el gurú y vuelve su atención hacia la chispa de dentro. Por su naturaleza misma la mente está vuelta hacia fuera; siempre tiende a buscar la fuente de las cosas entre las cosas mismas; el que se le diga a uno que busque la fuente dentro es, de alguna manera, el comienzo de una nueva vida. La presenciación ocupa el lugar de la consciencia; en la consciencia hay el «yo», que es consciente, mientras que la presenciación es indivisa; la presenciación es consciente de sí misma. El «yo soy» es un pensamiento, mientras la presenciación no es un pensamiento; no hay ningún «yo soy consciente» en la presenciación. La consciencia es un atributo, mientras la presenciación no lo es; uno puede ser presenciación de ser consciente, pero no consciente de ser presenciación. Dios es la totalidad de la consciencia, pero la presenciación es más allá de todo —del ser y del no ser.
Maharaj: Según su creencia, así acontece. Como la vida antes de la muerte es solo imaginación, así es la vida de después. El sueño continúa.
Int: ¿Y qué hay sobre el jnani (iluminado)?
Mah: El jnani no muere debido a que nunca ha nacido.
Int: Pero a los demás sí se lo parece.
Mah: Pero no a sí mismo. En sí mismo es libre de las cosas —físicas y mentales.
Int: No obstante usted debe conocer el estado del hombre que ha muerto. Al menos por las propias vidas pasadas de usted.
Mah: Hasta que encontré a mi gurú, yo sabía muchas cosas. Ahora no sé nada, pues todo conocimiento está solo en el sueño y no es válido. Yo me conozco a mí mismo y no encuentro ninguna vida ni muerte en mí, solo puro Ser —no ser esto o eso, sino solo Ser. Pero en el momento en que la mente, sacando su provisión de recuerdos, comienza a imaginar, llena el espacio de objetos y el tiempo de aconteceres. Como yo no conozco ni siquiera este nacimiento, ¿cómo puedo conocer nacimientos pasados? Es la mente la que, ella misma en movimiento, ve todo en movimiento, y habiendo creado el tiempo, se inquieta por el pasado y el futuro. Todo el universo está contenido en la consciencia, la cual surge donde hay orden y armonía perfectos. Como las olas están en el océano, así están todas las cosas físicas y mentales en la presenciación (estado de Presencia o de estar centrado en el Ser). De aquí que lo más importante es la presenciación misma, no su contenido. Profundice y ensanche su presenciación de usted mismo y fluirán todas las bendiciones. Usted no necesita buscar nada, todo vendrá a usted de la manera más natural y sin esfuerzo. Los cinco sentidos y las cuatro funciones de la mente —memoria, pensamiento, entendimiento y sí mismidad; los cinco elementos —tierra, agua, fuego, aire y éter; los dos aspectos de la creación —materia y espíritu, todos están contenidos en la presenciación.
Int: Sin embargo, usted debe creer en haber vivido antes.
Mah: Las escrituras dicen eso, pero yo no sé nada sobre ello. Yo me conozco a mí mismo como Yo Soy; como yo aparezco o apareceré no está dentro de mi experiencia. No es que yo no recuerde. Es que no hay nada que recordar. La reencarnación implica un sí mismo que se reencarna. No hay ninguna cosa tal. El paquete de recuerdos y de esperanzas, llamado el «yo», se imagina a sí mismo existiendo perennemente y crea el tiempo para dar acomodo a su falsa eternidad: Para Ser, yo no necesito ningún pasado ni ningún futuro. Toda experiencia nace de la imaginación; yo no imagino, de modo que a mí mismo ningún nacimiento ni muerte acontecen. Solo aquellos que se piensan a sí mismos nacidos pueden pensarse a sí mismos renacidos. Usted me está acusando de haber nacido — ¡yo no me reconozco culpable! Todo existe en la presenciación y la presenciación ni muere ni renace. Es la realidad inmutable misma. Todo el universo de la experiencia nace con el cuerpo y muere con el cuerpo; tiene su comienzo y su fin en la presenciación, pero la presenciación no conoce ningún comienzo, ni ningún fin. Si usted lo piensa cuidadosamente y lo medita durante largo tiempo, usted llegará a ver la luz de la presenciación en toda su claridad y el mundo desaparecerá de su visión. Es como mirar a un bastoncillo de incienso encendido; usted ve el bastoncillo y el humo primero; cuando usted nota el punto ígneo, usted se da cuenta de que tiene el poder de consumir montañas de bastoncillos y de llenar el universo de humo.
Atemporalmente, el sí mismo se actualiza a sí mismo sin agotar sus posibilidades infinitas. En el símil del bastoncillo de incienso, el bastoncillo es el cuerpo y el humo es la mente. Mientras la mente está ocupada con sus contorsiones, no percibe su propia fuente. Entonces viene el gurú y vuelve su atención hacia la chispa de dentro. Por su naturaleza misma la mente está vuelta hacia fuera; siempre tiende a buscar la fuente de las cosas entre las cosas mismas; el que se le diga a uno que busque la fuente dentro es, de alguna manera, el comienzo de una nueva vida. La presenciación ocupa el lugar de la consciencia; en la consciencia hay el «yo», que es consciente, mientras que la presenciación es indivisa; la presenciación es consciente de sí misma. El «yo soy» es un pensamiento, mientras la presenciación no es un pensamiento; no hay ningún «yo soy consciente» en la presenciación. La consciencia es un atributo, mientras la presenciación no lo es; uno puede ser presenciación de ser consciente, pero no consciente de ser presenciación. Dios es la totalidad de la consciencia, pero la presenciación es más allá de todo —del ser y del no ser.
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lunes, 15 de octubre de 2012
El Reino de Dios está adentro de vosotros
El Evangelio de Tomás es uno de los textos gnósticos
que fueron encontrados en las cuevas de Nag Hammadi (Egipto). En este texto en
particular Ieoshúa (Jesús) nos habla de la importancia de buscar nuestro Ser
real dentro de nosotros. Esto es importante, más aun cuando hoy en día hay
miles de voces que nos dicen que debemos buscar a Dios en el cielo (naves espaciales),
en la persona de un gurú, en un ritual o en una religión o creencia particular:
“Ieoshúa
ha dicho: Si aquellos que os guían os dijeran, "¡Ved, el Reino está en el
Cielo!", entonces las aves del Cielo os precederían. Si os dijeran,
"¡Está en el mar!", entonces los peces del mar os precederían. Más
bien, el Reino de Dios está adentro de vosotros y está fuera de vosotros.
Quienes llegan a conocerse a sí mismos lo hallarán y cuando lleguéis a
conoceros a vosotros mismos, sabréis que sois los Hijos del Padre viviente.
Pero si no os conocéis a vosotros mismos, sois empobrecidos y sois la pobreza”.
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domingo, 14 de octubre de 2012
Jim Carrey: El despertar de la Consciencia
¿Qué es el despertar de la consciencia? He aquí lo que el comediante Jim Carrey nos trasmite sobre este tema:
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Maestros espirituales
La palabra gurú significa “aquel que te guía de la
obscuridad a la luz”. En la tradición oriental existen muchas personas que han
sido reconocidos como verdaderos gurús. Sin embargo, en occidente, muchas
personas han abusado de este término y se han autonombrado gurús. Muchos de
ellos se alejan del verdadero sentido de lo que es un gurú y su necesidad de
poder los lleva a buscar el control en las vidas de las personas diciéndoles lo
qué deben y lo qué no deben hacer. Esto crea relaciones codependientes donde
las personas sienten que avanzan espiritualmente pero nunca alcanzarán el
despertar espiritual ya que esta relación con el gurú no les permite llegar a
conocerse a sí mismos como Dios. Pueden ver a Dios en el Gurú en forma plena,
pero se ven a sí mismos como personas que están en proceso de formación, de
convertirse en algo.
Uno de los más grandes gurús de todos los tiempos fue
Jesús. Él nos mostró con su ejemplo la marca de un maestro espiritual
verdadero. Después de llevar varios años con los discípulos, estos podían ver a
Dios plenamente en su gurú, pero no podían verlo en ellos. Se había formado una
relación codependiente. Entonces Jesús les dijo lo siguiente:
"Pero Yo les digo la
verdad: les conviene que Yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no
vendrá a ustedes; pero si me voy, se Lo enviaré”. Juan 16:7
Observen la frase “les conviene que Yo me vaya”. Jesús
estaba diciendo que era mejor que él –su gurú- no estuviera más con ellos
porque así soltarían la dependencia y buscarían a Dios en su propio interior. Al
contrario de esto, muchos que se llaman gurús hoy en día buscan hacer que las personas
dependan de ellos hasta la misma muerte.
Buda tuvo seis gurús a los cuales abandonó sistemáticamente
hasta alcanzar la iluminación debajo del árbol Bo. Y una vez se convirtió en un
iluminado buscó cualquier cosa, excepto generar dependencia en las personas. Al
discípulo que se inclinó ante él le dijo: “No te inclines ante el Buda ¡Conviértete
en el Buda!”. Desafortunadamente, después de su partida, los hombres crearon
una religión centrada en la persona de Gautama muy en contra de lo él que él
enseñó.
Pero es cierto también que existen personas con una
necesidad psicológica de caer en relaciones codependientes. Ellos son felices
cuando alguien les “lee sus vidas pasadas” o les dice cuántas horas al día
meditar, qué deben comer, etc. cada cual tiene el maestro que necesita, así que
habrá un maestro dispuesto a decirte lo que quieres oír en cualquier lugar
donde vayas.
Volviendo al tema del gurú, quiero finalizar con un extracto
del evangelio del Maharshi, donde Ramana nos muestra de forma clara y directa
cuál es la función del verdadero gurú:
Discípulo. ¿Qué es
Gurú-kripa? ¿Cómo conduce a la realización del Sí mismo?
Maestro. El Gurú es el Sí
mismo… A veces en su vida un hombre deviene insatisfecho con ella, y, no
contento con lo que tiene, busca la satisfacción de sus deseos, por medio de la
oración a Dios, etc. Su mente es gradualmente purificada hasta que anhela
conocer a Dios, hasta que anhela más obtener Su Gracia que satisfacer sus deseos
mundanos. Entonces, la Gracia de Dios comienza a manifestarse. Dios toma la
forma de un Gurú y se aparece al devoto, le enseña la Verdad, y, además, purifica
su mente por asociación. La mente del devoto gana fuerza y entonces es capaz de
volverse hacia dentro. Por la meditación se purifica y permanece quiescente sin
la menor agitación. Esa Expansión calma es el Sí mismo.
El
Gurú es a la vez «externo» e «interno». Desde el exterior, Él da un empuje a la mente
para que se vuelva hacia dentro; desde el «interior», Él empuja la mente hacia
el Sí mismo y ayuda en el aquietamiento de la mente. Eso es Gurú-kripa. No
hay diferencia entre Dios, el Gurú, y el Sí mismo.
Discípulo. En la Sociedad Teosófica, meditan para buscar Maestros que los guíen.
Maestro. El Maestro está
dentro: la meditación está para eliminar la idea ignorante de que Él está solo
fuera. Si Él es un extraño al que usted espera, Él está destinado a desaparecer
también. ¿Dónde está la utilidad de un ser transitorio como ese? Pero mientras
que usted piensa que está separado o que usted es el cuerpo, el Maestro «exterior»
también es necesario, y Él aparecerá como si fuera un cuerpo. Cuando cesa la
identificación errónea de uno mismo con el cuerpo, se encuentra que el Maestro
no es nadie más que el Sí mismo.
En conclusión sólo
hay un gurú: Dios. Este está presente dentro y fuera de nosotros. En cierta
etapa del caminar espiritual necesitaremos del gurú externo. Pero sólo podremos
reconocerlo como verdadero cuando este busca nuestro despertar espiritual y nos
desliga de cualquier dependencia.
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sábado, 13 de octubre de 2012
Nubes "misteriosas" en el cielo
Las montañas azules son por si mismas
montañas azules;
las nubes blancas son por si mismas
nubes blancas.
Poema zenrin
¿Es esta foto real? Diariamente aparecen en internet
fotografías de seres sobrenaturales que aparecen en las nubes, o en tazas de
chocolate. La mayoría de estas fotos son montajes hechos con Corel o photoshop
y otros, sólo necesitan algo de imaginación para ver lo que queremos ver.
La pregunta es ¿Por qué necesitamos que una nube adopte
una forma aparentemente sobrenatural para que nos fijemos en ella? Las nubes ya
son perfectas por lo que son, su forma responde a un diseño divino perfecto. En
el momento en que podamos admirar la naturaleza por insignificante que parezca,
estaremos viendo el mundo con los ojos de un niño.
Una de las cosas Más preciadas que podemos perder es
nuestra capacidad de asombro, esa capacidad de percibir la esencia misma de las
cosas. Podemos regresar a ella cuando aprendemos a valorar el momento presente
enfocando todos nuestros sentidos (vista, tacto, oído, gusto y olfato) en él. Cuando
logramos eso no necesitamos que una nube parezca algo diferente a una nube para
sorprendernos. Aprenderemos a ver la nube como nube y a sorprendernos por ello
en cualquier instante.
Antes de estudiar el zen durante
treinta años, veía las montañas como montañas y las aguas como aguas. Cuando llegué
a un conocimiento más íntimo, alcancé el punto en el que vi que las montañas no
son montañas y las aguas no son aguas. Pero ahora que he llegado a la
substancia misma estoy tranquilo, porque justamente veo las montañas una vez
más como montañas y las aguas una vez
más como aguas.
Ch'ing-yüan (Maestro Zen)
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viernes, 12 de octubre de 2012
La preeminencia del Amor
“Aunque yo hablara todas las lenguas de los
hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o
un platillo que retiñe.
Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.
Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.
Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.
El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas.
Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.
Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí.”
Carta de San Pablo a los Corintios 13, 1-13
Gurús
Las personas dependen de los gurús
para que las ayuden a alcanzar la iluminación espiritual: los gurús se
convierten entonces no solo en el ‘maestro’, sino también en el ‘dios’.
Esto era especialmente cierto en la
India, aunque en mi país las cosas no eran muy diferentes: nosotros también
tenemos esas ideas como la infalibilidad del Papa. En cada religión siempre
parece haber un líder y desafortunadamente hay que depender totalmente de que
el líder sea una buena persona, de manera similar a como sucede en los
regímenes totalitarios.
La manera más útil
de pensar sobre esto es darnos cuenta de que somos responsables de nuestras
experiencias; sin culparnos por las malas, pero somos la fuente. Con este
control podemos hacer de nuestras vidas un cielo. Debemos sostener el poder del
espíritu dentro de nosotros. Debemos hacernos responsables de nuestras vidas y
de nuestra conexión con el universo, y ser los dueños de nuestra propia
iluminación.
Se trata de tener
tu propio sentido de la espiritualidad, la que es correcta para ti, no por lo
que alguien dice, sino por lo que sientes tú mismo.
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jueves, 11 de octubre de 2012
Un solo Ser, millones de formas
Existe un solo Ser, sólo una
Consciencia. Pero esta se manifiesta en millones de formas. Todo es Uno, la
separación es una ilusión. Pero cuando vemos el Universo a través de los ojos
del ego, percibimos las cosas y los seres vivientes como unidades independientes,
separadas las unas de las otras.
Existe sólo una Consciencia. Esta se
manifiesta a través de ti, pero no es diferente de la Conciencia que se
manifiesta en la forma de insectos, plantas, anímales, galaxias. Es tu ego el
que te hace creer que estás separado del Todo, es tu ego el que te hace creer
que eres inferior a una estrella o superior a una cucaracha. Por eso sientes
envidia, o te enojas con otras partes de la vida.
Si vez a un león cazando una
gacela, y sientes tristeza o alegría –ya sea que te pongas de parte del león o
la gacela- estás en la dualidad. ¿Qué son el león y la gacela? Son la misma Conciencia
trasladándose de un lugar a otro, es la misma energía que sale del león y entra
en la gacela, es la energía del Universo que está en perpetuo movimiento, pero
al mismo tiempo está quieta.
Pero una vez despiertas ya no hay
dualidad. Si te encontrarás al Buda o a Jesús, no los adorarías, simplemente sentirías
alegría y dirías: “es una parte de mí que ha despertado”. Si ves a un drogadicto,
dirás: “es una parte de mí que necesita despertar”, si tu vecino compra un
nuevo auto te alegrarás porque una parte tuya está experimentando abundancia, igual
sentirás al ver los insectos, las plantas, las estrellas. ¡Tú eres el Universo!
Imagina el gran océano. En él hay
millones de olas, unas más grandes, otras más chicas. ¿Puede una ola estar
separada del océano? Sólo se separa en tu mente cuando la ves con el ego. Pero el
Ser sólo percibe un océano. Desde un nivel superficial, puedes sentir que eres
una ola de ese océano, pero en un nivel más profundo sabrás que tú eres el océano
mismo, eres la totalidad de Dios. ¿Cómo podría ser de otra manera?
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Ya eres eso que buscas
Ramana Maharshi (30 de diciembre de 1879 – 14 de abril
de 1950) fue un maestro hindú del Vedanta. Él nos muestra de una forma
clara y directa nuestra verdadera identidad. Según él, el Ser (al que denomina
el “Sí mismo”) ha sido, es y será lo único real en nosotros. Si sufrimos es
porque vivimos en la ilusión de que somos un ego separado del todo. He aquí un extracto
del Evangelio del Maharshi, libro uno:
Discípulo:
¿Puede un hombre casado realizar el Sí mismo?
Maestro:
ciertamente. Casado o soltero, un hombre puede realizar el Sí mismo; porque Eso
es aquí y ahora. Si ello no fuera así, sino obtenible por algún esfuerzo en
algún momento, y si fuera algo nuevo que tuviera que ser adquirido, no sería
digno de buscar. Porque, lo que no es natural no es permanente tampoco. Pero lo
que yo digo es que el Sí mismo es aquí y ahora, y solo.
Un punto importante que toca Ramana es en lo referente
al esfuerzo. Estamos acostumbrados a que nos digan que debemos esforzarnos para
destruir el ego, que debemos esforzarnos para controlar la lujuria, etc. pero
el esfuerzo lleva en sí la semilla de la lucha, de la dualidad. Lo que se logra
por medio del esfuerzo es reprimir en el inconsciente nuestra ira y nuestra lujuria,
lo que se logra es disfrazar el ego para que luzca más bello, más espiritual,
pero por este medio no se alcanzar el verdadero despertar.
En vez del esfuerzo, podemos hablar de la entrega absoluta
a Dios. Podemos usar la analogía de ver a Dios como un río y a nosotros comouna criatura que debe soltarse de la orilla para dejarse llevar por él. Se trata
de Ser lo que somos realmente, pero de una forma natural, no artificial. Cuando
eso sucede, la ira, la lujuria y el ego desaparecen naturalmente porque ya no
les estamos dando poder, ya no les damos nuestra atención.
Cuando realizamos al Sí mismo, como diría Ramana, aparece
la bondad sin buscar ser bondadosos, aparecer el amor sin buscar ser amorosos, aparece
la virtud sin buscar ser virtuosos. Porque es el ego el que desea cultivar las
virtudes para mostrarse ante el mundo como una persona virtuosa. Pero aquel que
ha realizado el Ser, no necesita mostrarse virtuoso ante nadie, él simplemente
Es.
Quiero terminar con un último extracto donde el
estudiante todavía se niega a aceptar que siempre ha sido el Ser y que nunca
dejará de serlo. Eso sucede porque la mente y el ego sólo pueden existir
temporalmente en la medida en que nos hagan creer que nosotros somos ellos. Esa
es la trampa más grande, por eso el ego y la mente se resisten a que aceptemos
lo que realmente somos aquí y ahora.
El ego y la mente nos dirán: “¡Espera! ¡Espera!,
todavía no estás listo. Debes saldar primero tu karma y debes pasar ciertas
iniciaciones para lograrlo, sigue intentándolo”. Sí, el ego quiere que
posterguemos la hora de su muerte. Pero el futuro no existe, el ego solo puede
morir aquí y ahora. Solo puedes realizar tu Ser verdadero aquí y ahora porque
este es el único momento que es real, no pienses si en el futuro el ego volverá
o no, lo importante es que seas quien eres aquí, en este momento. Y de instante
en instante irás matando al ego, porque él no resiste la luz de la Consciencia
por mucho tiempo.
Discípulo: ¡(…)
desafortunadamente, yo todavía no he realizado el Sí mismo!
Maestro: Eso es justo el
obstáculo en su camino. Debe deshacerse de la idea de que usted es un ajnani
(persona no realizada espiritualmente) y de que todavía tiene que realizar el
Sí mismo. Usted es el Sí mismo.
¿Ha habido nunca un tiempo
en que usted no fuera conocedor de ese Sí mismo?
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miércoles, 10 de octubre de 2012
¿Es posible conocer la verdad?
Nota:
Los párrafos entre comillas fueron tomados del libro “Teoría del Conocimiento”
de Johannes Hessen.
¿Es posible conocer a
Dios? ¿Es posible conocer la verdad? Desde tiempos milenarios
filósofos y teólogos se han hecho esta pregunta. Así mismo han existido
diferentes posturas buscando responderlas. Johannes Hessen, filósofo
cristiano, resumió en su libro “Teoría del Conocimiento”, la forma como las
personas abordan la búsqueda de la verdad. Quisiera compartir con ustedes estas
posturas, ya que les permite saber de qué manera aborda cada uno la búsqueda de
la verdad.
1. El dogmatismo
Dogmatismo,
del griego: doctrina fijada.
La primera postura ante la
búsqueda del conocimiento es el dogmatismo. El dogmático dice que sí es posible
conocer la verdad. Pero ¿qué es la verdad para el dogmático? Como su nombre lo
indica, su verdad son los dogmas enseñados por su iglesia o su líder religioso.
Hoy en día vemos muchas
personas dogmáticas que aceptan ciegamente lo que les enseñan sus líderes
religiosos o los libros que consideran sagrados. El dogmático no se pregunta
sobre la posibilidad de que lo que le enseñan pueda ser falso. El “traga
entero” y acepta ciegamente las enseñanzas de su pastor religioso o gurú. El dogmático
no experimenta la verdad, simplemente se conforma con la versión subjetiva de
la verdad que su sistema de creencias le ofrece, es un seguidor ciego.
Por su puesto, el dogmático dirá que sigue su
creencia por todos los beneficios que ha recibido, los cambios que ha experimentado
en su vida, etc. Sin embargo algunos estudios psicológicos han demostrado que cuando
una persona ha gastado tiempo y esfuerzo en una religión o creencia, tiende a
exagerar los resultados benéficos que la misma ha tenido en su vida. Él no
quiere siquiera pensar que ha perdido su tiempo, así que cae en un autoengaño
exagerando los beneficios y negando las desventajas. Al respecto Hessen dice:
“Como actitud del hombre ingenuo, el dogmatismo es la posición
primera y más antigua, tanto psicológica como históricamente”.
2. El escepticismo
La segunda postura es el
escepticismo. El escéptico dice que es imposible conocer la verdad. Por eso el
escéptico dice que debemos absteneros de pronunciar ningún juicio. Sin embargo:
“El escepticismo metódico consiste en empezar poniendo en duda
todo lo que se presenta a la conciencia natural como verdadero y cierto, para
eliminar de este modo todo lo falso y llegar a un saber absolutamente seguro”.
“Es palmario que el escepticismo radical o absoluto se
anula a sí mismo. Afirma que el conocimiento es imposible. Pero con esto
expresa un conocimiento. En consecuencia, considera el conocimiento como
posible de hecho y, sin embargo, afirma simultáneamente que es imposible. El
escepticismo incurre, pues, en una contradicción consigo mismo”.
“Por errado que el escepticismo sea, no se le puede negar cierta
importancia para el desarrollo espiritual del individuo y de la humanidad. Es,
en cierto modo, un fuego purificador de nuestro espíritu, que limpia éste de
prejuicios y errores y le empuja a la continua comprobación de sus juicios”.
3. El subjetivismo y el relativismo
“El escepticismo enseña que no hay ninguna verdad. El subjetivismo
y el relativismo no van tan lejos. Según éstos, hay una verdad; pero esta
verdad tiene una validez limitada. No hay ninguna verdad universalmente
válida”.
“El relativismo está emparentado con el subjetivismo. Según
él, no hay tampoco ninguna verdad absoluta, ninguna verdad universalmente
válida; toda verdad es relativa, tiene sólo una validez limitada”.
“El subjetivismo y el relativismo incurren en una contradicción
análoga a la del escepticismo. Este juzga que no hay ninguna verdad, y se
contradice a sí mismo. El subjetivismo y el relativismo juzgan que no hay
ninguna verdad universalmente válida; pero también en esto hay una
contradicción”.
“El subjetivismo y el relativismo son, en el fondo, escepticismo.
Pues también ellos niegan la verdad, si no directamente, como el escepticismo,
indirectamente, atacando su validez universal”.
4. El pragmatismo
Según el pragmatismo sólo
es verdadero aquello que es útil y benéfico para las personas. Aquello que no
sea útil, no puede ser verdadero.
“Pero en su opinión no alcanzamos nunca esta concordancia. No hay
ningún juicio verdadero, sino que nuestra conciencia cognoscente trabaja con
representaciones conscientemente falsas. Esta posición es evidentemente
idéntica al escepticismo y se anula, por ende, a sí misma.
El error fundamental del pragmatismo consiste en no ver la esfera
lógica, en desconocer el valor propio, la autonomía del pensamiento humano”.
5. El criticismo
“El subjetivismo, el relativismo y el pragmatismo son, en el fondo,
escepticismo. La antítesis de éste es, como hemos visto, el dogmatismo. Pero
hay una tercera posición que resolvería la antítesis en una síntesis. Esta
posición intermedia entre el dogmatismo y el escepticismo se llama criticismo
(de χρίνειν = examinar)”.
“El criticismo comparte con el dogmatismo la fundamental confianza
en la razón humana. El criticismo está convencido de que es posible el
conocimiento, de que hay una verdad. Pero mientras esta confianza induce al
dogmatismo a aceptar despreocupadamente, por decirlo así, todas las
afirmaciones de la razón humana y a no reconocer límites al poder del
conocimiento humano, el criticismo, próximo en esto al escepticismo, une a la
confianza en el conocimiento humano en general la desconfianza hacia todo
conocimiento determinado. El criticismo examina todas las afirmaciones de la razón
humana y no acepta nada despreocupadamente. Dondequiera pregunta por los
motivos y pide cuentas a la razón humana. Su conducta no es dogmática ni
escéptica sino reflexiva y crítica. Es un término medio entre la temeridad
dogmática y la desesperación escéptica”.
“Kant dice que: (el criticismo es) "aquel método de filosofar
que consiste en investigar las fuentes de las propias afirmaciones y objeciones
y las razones en que las mismas descansan, método que da la esperanza de llegar
a la certeza".
Como el lector podrá
intuir, el criticismo es la aposición que nos lleva al conocimiento directo de
la verdad puesto que dice, hay una verdad, pero debemos conocerla cara a cara,
poniendo en duda lo que nuestra mente define como cierto. Esta es la
experiencia directa con la verdad que va más allá de los dogmas y sistemas de
creencias.
Muchas enseñanzas
espirituales nos invitan a creen en una serie de mitos, fabulas y teorías que
nunca podremos comprobar. Sólo un “gurú” o un “maestro” con poderes especiales
tiene acceso a ese supuesto conocimiento y nadie más lo puede comprobar. Solamente
debes creer ciegamente en ello. Pero ¿de qué nos sirven todas esas teorías? ¿De
qué sirve que nos digan nuestras vidas pasadas o nuestro supuesto nivel de
desarrollo espiritual? Hay personas a las que les encanta que les digan esa
clase de cosas. Eso los hace susceptibles a vivir en el engaño, a ellos les gusta
ser engañados --e incluso pagan por ello.
Hay una verdad a la que
podemos llamar Dios, Ser o Consciencia. Esa verdad puede ser conocida aquí y
ahora, pero para conocerla hay que ver la vida sin los filtros que la mente y
el ego nos ofrecen. Debemos ver la verdad tal cual es.
Podemos acceder a la verdad
del Ser en este mismo instante, sin iniciaciones ni preparación previa, podemos
hacerlo aquí y ahora enfocando nuestra atención en la respiración… respira
normalmente pero hazte consciente del proceso. Inhala y exhala aquí y ahora, hazlo
conscientemente para que no le des espacio a tu mente. Por este medio Gautama
alcanzó su iluminación y se convirtió en Buda.
¿Demasiado fácil? Sí,
personas que están acostumbradas a rituales complejos, meditaciones llenas de
visualizaciones, música espacial, postura especial y toda una gran cantidad de
adornos no pueden creer que sólo respirando puedan acceder a la verdad de su
Ser, que no es otra cosa que el Universo mismo.
Menos es más ¿Estás
abierto a la sencillez? ¿O eres de los que dicen: “para que hacerlo fácil, si
difícil también se puede”?
En resumen, el dogmático
acepta todo sin preguntar. El escéptico niega todo. Subjetivista y el
relativista dicen que la verdad es relativa. El pragmático sólo acepta como verdadero
aquello que es práctico y el criticista cree que hay una verdad, pero examina
todo cuidadosamente para llegar a ella. El criticista no se conforma con lo que
otros le dicen, él encuentra la verdad cara cara. ¿Con cuál de ellos te
identificas?
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No pierdan su tiempo
“Su tiempo tiene límite, así que no lo pierdan viviendo la vida de
otra persona. No se dejen atrapar por dogmas – es decir, vivir con los
resultados del pensamiento de otras personas. No permitan que el ruido de las
opiniones ajenas silencien su propia voz interior. Y más importante todavía,
tengan el valor de seguir su corazón e intuición, que de alguna manera ya saben
lo que realmente quieren llegar a ser. Todo lo demás es secundario”.
Steve Jobs.
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lunes, 8 de octubre de 2012
Jesús y el Ahora
Jesús, como uno de los seres
iluminados que ha venido a mostrarnos el camino del despertar, también enseño
sobre la importancia de vivir conscientemente el momento presente:
Mateo 6 (...) 25 "Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida Más que el alimento, y el cuerpo Más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho Más valor que ellas?
27 ¿Quién de vosotros Podrá, por Más que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 ¿Por qué os Afanáis por el vestido? Mirad los lirios del campo, Cómo crecen. Ellos no trabajan ni hilan; 29 pero os digo que ni aun Salomón, con toda su gloria, fue vestido como uno de ellos.
30 Si Dios viste Así la hierba del campo, que hoy Está y mañana es echada en el horno, ¿no Hará mucho Más por vosotros, hombres de poca fe? 31 "Por tanto, no os afanéis diciendo: '¿Qué comeremos?' o '¿Qué beberemos?' o '¿Con qué nos cubriremos?' 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas, pero vuestro Padre que Está en los cielos sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Más bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os Serán añadidas. 34 Así que, no os afanéis por el Día de mañana, porque el Día de mañana Traerá su propio Afán. Basta a cada Día su propio mal.
La respiración consciente
Programa
para hoy: espirar, inspirar, espirar.
Somos la Consciencia Divina pura,
perfecta, eterna; pero nos sentimos abrumados por la duda, la ira, la ansiedad únicamente
porque nos identificamos con algo que no somos: la mente y el ego. ¿Cómo
podemos regresar a nuestra esencia que es dicha y paz perpetua? Hay varias
formas de hacerlo, una de ellas, quizá una de las más importantes, es vivir el
ahora. La mente y el ego sólo pueden vivir en el pasado o en el futuro, pero
ellos no pueden existir en el ahora.
Eckhart Tolle escribió un libro bello
y profundo que toda persona interesada en el despertar espiritual puede leer:
El Poder del Ahora. Allí explica muy bien los principios del ahora por medio de
ejemplos de la vida cotidiana.
Por el momento puedo decirte que una
de las puertas más directas para entrar al ahora es la respiración consciente. Es
muy sencilla y cualquier persona la puede hacer. Consiste simplemente en poner
tu atención en el proceso de la respiración. No necesitas visualizar nada ni
respirar de una forma especial, únicamente debes poner tu espalda recta y
enfocar tu atención en la respiración.
Cuando inspiras te haces
consciente de que estás inspirando. Cuando exhalas, te haces consciente de que
estás exhalando. ¿Cómo una técnica tan sencilla te puede ayudar en tu despertar
espiritual? Para le mente esto puede ser un choque porque quizás puede estar
acostumbrada a que las practicas espirituales deben ser complejas, visualizando
luces, colores, etc. pero la meditación en la respiración –que es tan antigua
como la existencia del yoga- es diferente.
Buda alcanzó la iluminación por
medio de esta práctica. Él anduvo durante años estudiando con gurús, con los samanas
del bosque y nadie lograba darle lo que él buscaba: la iluminación. Hasta que
un día se cansó de todo eso y decidió sentarse a meditar y no pararse hasta obtener
las respuestas que buscaba sobre el fin del sufrimiento humano. Pues bien, Buda
meditó todo el tiempo en su respiración y por este medio logró su iluminación o
despertar espiritual.
Pero si tú haces la respiración
consciente buscando la iluminación no la alcanzarás. ¿Sabes por qué? Porque tu
mente te estará ubicando en una meta futura. El futuro no existe y cualquier cosa
que busques allí, incluso el despertar, se convertirá en una atadura.
La clave consiste en que respires únicamente
por respirar. Nada más. No busques nada, ni paz mental, ni relajarte, ni nada. Simplemente
respira por respirar, enfocando toda tu atención en ello. Esa es la forma de
escapar de la mente y el ego, recuerda que ellos sólo tiene poder mientras te
enfocas en el pasado y en el futuro, pero cuando vives el presente ellos
mueren, desaparecen porque no tiene de qué alimentarse.
No puedo decirte lo que lograrás
al practicar la respiración consciente, porque al hacerlo estaría condicionándote.
Debes descubrirlo por ti mismo. Lo mejor de esto es que puedes hacer en
cualquier momento del día o de la noche. Es una buena idea empezar el día con
diez o más respiraciones, y terminar el día de la misma manera. Si quieres
dedicar más tiempo puedes hacerlo. Pero las personas ocupadas pueden hacerlo en
cualquier momento, en el semáforo, mientras esperan en la cola del banco, en
cualquier sitio. Y sólo necesitas hacer una respiración consciente para entrar
en contacto con lo que tú eres realmente. Además es una cura muy poderosa
contra el estrés y la ansiedad.
Es una práctica muy sencilla y
profunda, pero sólo funciona si la utilizas. Hazla cada vez que puedas y te
acuerdes. La constancia es la clave del éxito en cualquier cosa que quieras
lograr.
domingo, 7 de octubre de 2012
Apegos
Los apegos son pesadas cadenas que
nos impiden ser felices. Desde niños, las personas desarrollan apegos, y si
cuentan con padres que refuerzan esas conductas, estos niños tendrán el
potencial para vivir con muchos problemas como adultos.
Si un padre o una madre le ponen
el chupo en la boca a su bebé cada vez que llora, está desarrollando apegos.
Una madre o un padre que cada vez que hay un viaje carga con la cobija
preferida del niño porque sin ella él no puede dormir, está generando apegos.
El mayor problema de estos
comportamientos que son reforzados durante la niñez, es que de adultos, esto
niños van a trasladar sus apegos a personas creando relaciones patológicas o
enfermizas. Este es el tipo de persona que dice: “Sin ti no puedo vivir”, “mi felicidad
eres tú”, “si tú no estás, no tengo vida”. Todo esto puede sonar muy romántico,
pero lo único que significa es que tenemos un apego que nos impide ser felices
en el aquí y el ahora. Indica que tenemos una felicitad artificial que depende
de que “X” o “Y” suceso o persona esté presente en nuestras vidas. Y si esto no
ocurre, la persona será infeliz y desgraciada.
En la medida en que estamos
dispuestos a ser felices, lo que significa estás dispuestos a quitarnos los
apegos, podremos alcanzar el despertar espiritual. En mi pueblo hay una mujer a
la que llaman “la señora de las bolsas” porque vive cargando un gran número de
bolsas llenas de basura. Ella se llega tornar muy violenta si alguien trata de
quitarle uno de estos objetos inútiles. Esta mujer es una gran maestra que nos
enseña cómo somos nosotros, ella es un espejo que refleja la forma en que actúan
la mayoría de las personas. Los humanos quieren ser libres y felices, pero a la
vez cargan una gran cantidad de apegos (a lugares, personas, rituales, condiciones
o cosas) que no los dejan ser felices. Pero se tornan iracundas cuando alguien
trata de hacerle ver que un apego le está haciendo daño. ¿Te parece familiar
esta historia?
El despertar espiritual o
iluminación no requiere adquirir o ganar nada. Tú ya eres iluminado, lo único
que necesitas es quitarte esa gran cantidad de bolsas llenas de basura o
apegos, que has cargado inútilmente desde que eras un niño. En la medida en que
dependas de algo externo a ti para estar alegre, estarás cada vez más lejos de
ser realmente feliz.
No os
apeguéis a nada, ni siquiera a la verdad.
Shunryu
Suzuki
sábado, 6 de octubre de 2012
Despertar
Las verdades espirituales han sido
enseñadas desde épocas milenarias por los grandes maestros como Buda, Jesús,
Lao Tsé o Bodhidharma. Ellos enseñaron la verdad de una forma sencilla,
práctica, comprensible. Al respecto los maestros zen solían decir que la verdad
desnuda sólo podía ser encontrada:
Fuera
de la enseñanza; aparte de la tradición.
No se
funda en palabras ni en letras.
Apunta
directamente a la mente humana.
Penetra
en la naturaleza humana y alcanza el conocimiento búdico.
A pesar de que sus enseñanzas
fueron básicas y apuntaban directamente a la verdad, muchos hombres que
vinieron después decidieron hacerlas complicadas, difíciles y mentales.
Lo que encontramos hoy en día en
el campo espiritual es una serie de conceptos mentales basados en experiencias
subjetivas. Se enseña que para alcanzar el despertar espiritual hay que aceptar
una serie de dogmas, rituales que iniciaciones que sólo algunas personas
supuestamente muy especiales pueden otorgar. Ellos creen tener el monopolio de
Dios y la verdad y mantienen a las personas atrapadas por medio del miedo, la
culpa o la promesa de una salvación futura.
Pero el futuro simplemente no
existe. La salvación o iluminación sólo se puede alcanzar en el único momento
que es real: el Ahora. La iluminación no está más lejos que nuestra
respiración. Esto es lo que los grandes Maestros han enseñado, la verdadera
libertad de Ser en Dios aquí y ahora.
La libertad consiste en ser
felices. Pero me refiero a la felicidad verdadera y no a esa felicidad
artificial que se alcanza mediante la acumulación de objetos, personas o
relaciones. Si tu felicidad depende de que tengas un buen empleo, o una
familia, o un gurú que dice cosas maravillosas, entonces no es felicidad en el sentido
verdadero. Cuando eres feliz a pesar de que todo tu mundo se derrumbe, de que
tus seres queridos te abandonen, cuando tu felicidad no depende de nada externo
a ti, serás realmente feliz.
¿Crees que vivir una felicidad así
es imposible? Eso es lo que nos han enseñado. Pero es real porque muchas
personas lo han alcanzado antes de ti. Ellos y ellas lo alcanzaron no por medio
de la lucha y la guerra contra el ego, sino siendo uno con la naturaleza, con
la consciencia divina que todo lo penetra con el gran Tao.
Sigue
tu naturaleza y acuerdo con el Tao;
continúa
vagando y deja de preocuparte.
Si
tus pensamientos están ligados arruinas
lo genuino...
No te
opongas al mundo de los sentidos,
pues
cuando no te opones a él,
resulta
ser igual al completo Despertar.
La
persona sabia no se esfuerza;
el
ignorante se sujeta a sí mismo...
Si
obras con tu mente sobre tu mente,
¿cómo
podrás evitar una inmensa confusión?
Seng-ts'an
Para alcanzar el despertar
espiritual no necesitas aprender nada o adquirir nada ni pasar ninguna clase de
iniciaciones. Al contrario, necesitas soltar, liberarte de ideas, prejuicios y
conceptos, que son lo que se opone a tu pleno despertar.
De hecho, tú ya eres un Ser
iluminado, ya eres eternamente feliz, dichoso y despierto. ¿Por qué no lo
notas? Porque tus creencias y apegos te hacen creer que eres otra cosa
diferente a tu verdadera naturaleza. No tienes que convertirte en nada -por eso
digo que las iniciaciones son innecesarias- simplemente debes aceptar aquello
que eres desde el principio. Medita en la siguiente pregunta: ¿Quién eras tú
antes de habitar por primera vez un cuerpo humano? La respuesta a eso es tu
verdadera naturaleza.
El despertar espiritual no es un
algo que puede ser obtenido. Simplemente es aceptar lo que ya eres. No se trata
de ganar algo artificial por medios artificiales. Se trata de ser genuino, original,
sencillo, se trata de ser tú mismo.
Muchas personas como yo, que han
gastado tiempo y energía siguiendo –y enseñando- senderos complejos y
difíciles, entran en shock cuando se dan cuenta de que todo ese tiempo que
gastamos en teorías y rituales no nos llevó a la realización espiritual. Pero
no fue un tiempo perdido, de hecho, haber pasado por eso y el cansancio y
decepción que ello genera, es lo que nos ha traído de nuevo a la sencillez y la
simplicidad de la verdad.
En el momento de su despertar
espiritual, Ha-kuin gritó:
"¡Qué
maravilla, qué maravilla: No hay nacer y morir del que tengamos que escapar, ni
ningún conocimiento supremo por el cual tengamos que luchar!"
Hsiang-yen lo expresó así:
¡De
golpe olvidé todo mi saber!
De
nada sirve la artificial disciplina,
porque,
para cualquier lado que me vea, manifiesto el antiguo Camino.
Y Sokei-an Sasaki lo dijo de esta
manera:
Un
día borré de mi mente todas las nociones. Abandoné todos los deseos. Descarté
todas las palabras con las que pensaba y me quedé quieto. Me sentí un poco
raro, como si fuera llevado hacia algo, o como si fuera tocado por algún poder
extraño a mí... cuando ¡paf! entré. Perdí los límites de mi cuerpo físico. Desde
luego tenía mi piel, pero sentía que estaba en el centro del cosmos. Hablaba,
pero mis palabras habían perdido sentido. Vi gente que venía hacia mí, pero
todos eran el mismo hombre, ¡todos eran yo mismo! Nunca había estado en
este mundo. Había creído que yo había sido creado, pero ahora tengo que cambiar
mi opinión: nunca fui citado. Yo era el cosmos. No existía ningún señor Sasaki individual.
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