sábado, 20 de octubre de 2012

Sanándote en el Aquí y el Ahora

Víctor Frankl, fue un neurólogo y psiquiatra austriaco de origen judío que fue hecho prisionero por los nazis durante la segunda guerra mundial. Fue llevado al campo de concentración de Auschwitz donde fue sometido a las más terribles torturas. Sus padres, su hermana y su esposa murieron en las cámaras de gas, y Víctor esperaba su turno lleno de terror.

Un día mientras estaba en el campo de concentración empezó a darse cuenta de que los nazis podían haberle quitado su libertad, podían controlar su comida, maltratarlo e incluso hacer lo que quisieran con su cuerpo; pero había algo que ellos no podían quitarle: la libertad de pensar. Así que se enfocó en pensar en cosas positivas: se imaginaba estando libre y dando clases a sus alumnos y enseñándoles cómo sobrevivir a la tortura. Víctor empezó a experimentar la libertad de pensar y sentir de forma positiva, se convirtió en inspiración y apoyo para sus compañeros del campo de concentración, y llegó a ser más libre que sus propios carceleros. Víctor Frankl sobrevivió y enseñó al mundo el significado de la palabra Proactividad.

Después de ser liberado del campo de concentración, Víctor Frankl desarrolló la logoterapia para ayudar a las personas a encontrar el balance psicológico. A diferencia del psicoanálisis y otros enfoques que buscan las causas de los problemas en el pasado, la logoterapia –que busca ayudarles a las personas a encontrar el sentido espiritual de sus vidas- se enfoca en el momento presente.

Según Frankl, cuando buscamos el por qué de nuestros problemas, es decir, cuando miramos el pasado, en realidad estaríamos buscando excusas para justificar nuestro comportamiento o estaríamos buscando a quién culpar de nuestro presente. Al buscar el por qué hurgando en el pasado podemos llegar a asumir el papel de víctimas: “yo soy así por qué mi papá me abandonó”.

En su logoterapia Frankl busca el qué, es decir, qué es lo que me tiene en esta situación, qué pasa conmigo que sigo allí anclado. Por ejemplo, si estoy en una relación toxica con otra persona, en vez de preguntar por qué estoy en esta situación, preguntaría qué carencias psicológicas tengo yo para permanecer en esta relación. Preguntarme el qué es asumir la responsabilidad por lo que me sucede.

Una vez encuentro el qué puedo buscar el para qué, o sea, para qué me sirve está situación, qué lecciones me enseña, qué he aprendido de ella. Una vez aprendida la lección, estoy listo para no repetirla más.


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