Las montañas azules son por si mismas
montañas azules;
las nubes blancas son por si mismas
nubes blancas.
Poema zenrin
¿Es esta foto real? Diariamente aparecen en internet
fotografías de seres sobrenaturales que aparecen en las nubes, o en tazas de
chocolate. La mayoría de estas fotos son montajes hechos con Corel o photoshop
y otros, sólo necesitan algo de imaginación para ver lo que queremos ver.
La pregunta es ¿Por qué necesitamos que una nube adopte
una forma aparentemente sobrenatural para que nos fijemos en ella? Las nubes ya
son perfectas por lo que son, su forma responde a un diseño divino perfecto. En
el momento en que podamos admirar la naturaleza por insignificante que parezca,
estaremos viendo el mundo con los ojos de un niño.
Una de las cosas Más preciadas que podemos perder es
nuestra capacidad de asombro, esa capacidad de percibir la esencia misma de las
cosas. Podemos regresar a ella cuando aprendemos a valorar el momento presente
enfocando todos nuestros sentidos (vista, tacto, oído, gusto y olfato) en él. Cuando
logramos eso no necesitamos que una nube parezca algo diferente a una nube para
sorprendernos. Aprenderemos a ver la nube como nube y a sorprendernos por ello
en cualquier instante.
Antes de estudiar el zen durante
treinta años, veía las montañas como montañas y las aguas como aguas. Cuando llegué
a un conocimiento más íntimo, alcancé el punto en el que vi que las montañas no
son montañas y las aguas no son aguas. Pero ahora que he llegado a la
substancia misma estoy tranquilo, porque justamente veo las montañas una vez
más como montañas y las aguas una vez
más como aguas.
Ch'ing-yüan (Maestro Zen)
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