viernes, 13 de mayo de 2016

La Ley de Atracción desde la perspectiva del Ser

Por Walter J. Velásquez



A raíz de un escrito de Jeff Foster que fue colocado en la página de Facebook de Ser el Ser, surgió la pregunta de un lector. Aquí está la transcripción de la frase, de la pregunta y de la respuesta:

Deja que todos tus pensamientos, imágenes mentales, sueños, fragmentos de historia estén aquí, también. 

Permite que se queden, permite que se vayan. 
Permite que sean olas en el océano de Ti. 
Renuncia a la agotadora lucha de cambiar 'lo que ya es.’

- Jeff Foster


Pregunta: “Pero la ley de atracción dice que uno puede atraer o ser aquello en lo que imagina. Acá nos dice que la vida debe fluir sola... Me confundo.”

Respuesta: La Ley de Atracción, tal como ha sido interpretada en los últimos tiempos, plantea que las personas con su mente pueden atraer a sus vidas todo lo que deseen. Esto puede generar un conflicto con el Universo ya que la mente es un ente limitado que está programado por el pasado y por las mentiras de la sociedad en dónde se ha formado.

Dejar que la mente decida es peligroso. Puede pedir aquello que parece bueno y que al final terminará produciendo confusión y hará que el individuo pierda de vista su verdadero propósito en este Universo.

Lo que se propone aquí es dejar que el Tao –la inteligencia Universal- nos muestre lo que en verdad necesitamos. Esto es difícil para muchos ya que implica dejar atrás los deseos del “yo” para conectarse con los deseos del Todo. En términos cristianos esto sería algo así como abandonar la voluntad personal para abrazar la voluntad de Dios. Esto parte de la certeza suprema de que el Universo es más sabio que nuestra mente y siempre quiere lo mejor para nosotros, aunque a veces eso implique llevarnos por caminos desconocidos.

Esto no quiere decir que abandonemos nuestros planes y deseos. Por su puesto es importante planear y tener metas. La diferencia está en que haremos lo que sea necesario para lograr las metas, estando abiertos sinceramente a que el Universo en cualquier momento nos muestre una alternativa diferente. Sería como cuando Jesús oraba en el huerto de Getsemaní y dijo: “Si quieres aparta de mí esta copa, pero que se haga Tu Voluntad y no la mía”.

Ahora, cuando hemos dejado a nuestro yo personal en un segundo plano en nuestras vidas, resulta que nuestros deseos son iguales a los deseos del Universo ya que estamos sintonizados con él. Cuando esta sintonía ocurre, nuestros deseos –que en realidad son los deseos del Universo- se cumplen y todas las puertas se abren frente a nosotros. Es una forma mágica de vivir en la cual todo empieza a conectarse sin ningún esfuerzo personal.

Otras personas buscan que “El Universo conspire a su favor” y lo hacen desde la mente. Ellos no están en sintonía con el Todo, ellos quieren imponer su voluntad personal y para ello se enfrentan al Universo. Aquí entran muchas personas que creen en la ley de atracción y la aplican desde su ego.


Cuando observas tus emociones (dolor, tristeza, miedo) sin juzgarlas, entras en otro nivel de consciencia. En ese momento trasciendes el nivel del ego y te sintonizas con el Universo. La Autoobservación y la respiración consciente son puertas para establecer la sintonía con lo Absoluto y encontrar la paz real.