Por Walter Javier Velásquez
Desde el punto de vista de la
mente, puede ser complejo entender que todos los seres somos Uno. Una buena
analogía sería la siguiente: piensa en la comunidad de aproximadamente 37
billones de células que componen tu cuerpo. Existen tipos de células muy
variadas como las neuronas del sistema nervioso y los osteocitos que conforman
los huesos. Cada célula cumple una función específica y necesita de las demás
para funcionar. Existen algunos trastornos del funcionamiento del organismo como
el cáncer y las enfermedades autoinmunes, donde las células se atacan entre
ellas destruyendo el cuerpo, y por tanto, destruyéndose a sí mismas.
Ahora pensemos en el Planeta como
un organismo, una gran comunidad compuesta por billones de células de tipos muy
variados (plantas, animales y humanos). Si las células de este organismo
llamado Tierra trabajan en armonía con las demás, el planeta en sí mismo estará
saludable. Pero, si las células empiezan a aniquilarse entre ellas, como un
cáncer que hace metástasis en todos los órganos, deviene la enfermedad y la
muerte. De alguna manera, muchos seres humanos se comportan como un cáncer destruyendo
al mismo cuerpo que le da la posibilidad de existir. El consumismo exagerado,
las guerras, la desigualdad social, y la destrucción de la naturaleza están llevando
al organismo llamado Planeta Tierra a su límite de una manera acelerada.
Con lo dicho anteriormente no
quiero generar una imagen pesimista de la humanidad. De hecho, estamos en un
momento de la historia donde está ocurriendo un despertar global como nunca
antes se había visto. Los avances en la ecología, la teoría general de los
sistemas y la medicina holística están generando la comprensión de que no somos
individuos separados del todo. De hecho somos parte de ese todo y nuestras decisiones
afectan a ese gran organismo llamado Tierra.
Las guerras y la destrucción son un
reflejo de lo que hay en el inconsciente colectivo de la humanidad. Por ello,
la mejor forma de ayudar es haciéndonos cada vez más Conscientes ya que el inconsciente
colectivo es afectado por cada persona que empieza a darse cuenta de la Unidad.
El despertar de un individuo afecta a todas las células denominadas “raza
humana”, lo cual a su vez genera un impacto en las demás células llamadas “arboles”,
“ballenas” u “osos andinos”, por citar algunos ejemplos.
Para entender esto podemos utilizar
la Teoría del Campo, la cual sugiere que la humanidad es la suma de individuos
que están organizados e interconectados de una forma interdependiente donde
cada decisión individual afecta a los demás por medio de un efecto dominó, que
muchas veces no es perceptible a simple vista. La Teoría del Campo dice que ningún
hecho debe tomarse como algo aislado. Si alguien hace explotar una bomba en
alguna ciudad, ese alguien no lo hizo simplemente por que sí. Detrás de ese
individuo existe toda una conexión con los factores culturales y sociales donde
se desarrolló. Y a su vez, su conducta de hacer explotar la bomba, afecta el
Campo alrededor de ese suceso de una forma directa. De igual manera, aunque en
sentido inverso, sucede cuando alguien lleva a cabo un acto de amor a favor de
otro ser humano, planta o animal.
Así que piensa en el impacto que
generas cuando maltratas o humillas a alguien. Ese individuo descargará su
frustración con otras personas y así sucesivamente en una cadena interminable. De
igual manera cuando brindas apoyo, amor o compasión, si quien lo recibe es
suficientemente receptivo, transmitirá ese sentimiento a otros que a su vez lo
llevarán a otros generando un impacto global como en la película “Cadena de favores”.
Para la Terapia Gestalt, el
individuo es visto como un organismo en relación constante con su entorno. De hecho,
cada vez que respiramos, excretamos o ingerimos alimentos estamos interactuando
con el entorno que nos rodea. ¡Nadie, por más independiente que se crea, puede
existir sin interactuar con el entorno!
Así que si te percibes a ti mismo,
no como un individuo separado, sino como parte de un Todo más grande puedes
empezar a hacerte consciente de cómo tus decisiones afectan ese organismo
llamado Tierra. Si con tus hábitos de consumo estás destruyendo a otros organismos,
ten en cuenta de que puedes estar actuando como el cáncer que destruye a otras células
sin saber que al matar el cuerpo en realidad se está matando a sí mismo.
El concepto de que somos Uno no se
queda únicamente en nuestra existencia dentro de la Tierra. De hecho, la vida
en este planeta se ha desarrollado debido a su interacción constante con el
Universo. Por ejemplo, los minerales que facilitan la existencia de la vida proceden
de estrellas que han explotado o han llegado provenientes de otros mundos a
través de los meteoritos que han impactado la superficie terrestre a lo largo
de millones de años. Tampoco existiría la vida sin los rayos del sol que
provienen de la estrella más cercana, el sol, ni tendríamos mareas sin la
influencia magnética de la luna. Por lo tanto, todo el Universo ha conspirado
de una u otra manera para que podamos estar sentados Aquí y Ahora leyendo este
artículo.
Así que cuando decimos que somos
Uno, no estamos hablando en sentido metafórico, se trata de una realidad que no
puede rebatirse. Detrás de los billones de personalidades humanas, de las
diversas especies de plantas o de las estrellas que viajan por el Universo hay
Una sola Consciencia, un solo Campo, una sola vida. Por ello la mejor
comprensión que podemos tener del Yo Soy, es cuando nos damos cuenta en
silencio de que Yo Soy el Universo.
Así que la próxima vez que veas a
un vagabundo durmiendo debajo de un puente, no lo mires con desdén o lastima. Más
bien recuerda: “Es una parte mía que no ha despertado”, y cuando encuentres a
un Buda al caminar por la playa, piensa: “Es una parte mía que ya despertó”. Así
derribas la brecha mental de la separación y entiendes que eres Uno con el Todo
porque eres el Todo. Entonces te darás cuenta de que la urgencia suprema es
hacerte Consciente para transmitir Consciencia al Universo, que es tu cuerpo
extenso.