viernes, 14 de octubre de 2016

Somos Uno

Por Walter Javier Velásquez


 Mucho se ha hablado hoy en día acerca del concepto de la unidad de todas las cosas. Para explicar este concepto a veces se recurre a dilucidaciones metafísicas complejas, cuando en realidad, la Unidad de todas las cosas es algo evidente en la naturaleza. Si a las personas les cuesta darse cuenta de ello, es por el condicionamiento que han recibido en una sociedad que promueve el individualismo y la competencia y que ve a la naturaleza como un territorio al que hay que conquistar, en vez de verla como una extensión de nosotros mismos.

Desde el punto de vista de la mente, puede ser complejo entender que todos los seres somos Uno. Una buena analogía sería la siguiente: piensa en la comunidad de aproximadamente 37 billones de células que componen tu cuerpo. Existen tipos de células muy variadas como las neuronas del sistema nervioso y los osteocitos que conforman los huesos. Cada célula cumple una función específica y necesita de las demás para funcionar. Existen algunos trastornos del funcionamiento del organismo como el cáncer y las enfermedades autoinmunes, donde las células se atacan entre ellas destruyendo el cuerpo, y por tanto, destruyéndose a sí mismas.

Ahora pensemos en el Planeta como un organismo, una gran comunidad compuesta por billones de células de tipos muy variados (plantas, animales y humanos). Si las células de este organismo llamado Tierra trabajan en armonía con las demás, el planeta en sí mismo estará saludable. Pero, si las células empiezan a aniquilarse entre ellas, como un cáncer que hace metástasis en todos los órganos, deviene la enfermedad y la muerte. De alguna manera, muchos seres humanos se comportan como un cáncer destruyendo al mismo cuerpo que le da la posibilidad de existir. El consumismo exagerado, las guerras, la desigualdad social, y la destrucción de la naturaleza están llevando al organismo llamado Planeta Tierra a su límite de una manera acelerada.

Con lo dicho anteriormente no quiero generar una imagen pesimista de la humanidad. De hecho, estamos en un momento de la historia donde está ocurriendo un despertar global como nunca antes se había visto. Los avances en la ecología, la teoría general de los sistemas y la medicina holística están generando la comprensión de que no somos individuos separados del todo. De hecho somos parte de ese todo y nuestras decisiones afectan a ese gran organismo llamado Tierra.

Las guerras y la destrucción son un reflejo de lo que hay en el inconsciente colectivo de la humanidad. Por ello, la mejor forma de ayudar es haciéndonos cada vez más Conscientes ya que el inconsciente colectivo es afectado por cada persona que empieza a darse cuenta de la Unidad. El despertar de un individuo afecta a todas las células denominadas “raza humana”, lo cual a su vez genera un impacto en las demás células llamadas “arboles”, “ballenas” u “osos andinos”, por citar algunos ejemplos.

Para entender esto podemos utilizar la Teoría del Campo, la cual sugiere que la humanidad es la suma de individuos que están organizados e interconectados de una forma interdependiente donde cada decisión individual afecta a los demás por medio de un efecto dominó, que muchas veces no es perceptible a simple vista. La Teoría del Campo dice que ningún hecho debe tomarse como algo aislado. Si alguien hace explotar una bomba en alguna ciudad, ese alguien no lo hizo simplemente por que sí. Detrás de ese individuo existe toda una conexión con los factores culturales y sociales donde se desarrolló. Y a su vez, su conducta de hacer explotar la bomba, afecta el Campo alrededor de ese suceso de una forma directa. De igual manera, aunque en sentido inverso, sucede cuando alguien lleva a cabo un acto de amor a favor de otro ser humano, planta o animal.

Así que piensa en el impacto que generas cuando maltratas o humillas a alguien. Ese individuo descargará su frustración con otras personas y así sucesivamente en una cadena interminable. De igual manera cuando brindas apoyo, amor o compasión, si quien lo recibe es suficientemente receptivo, transmitirá ese sentimiento a otros que a su vez lo llevarán a otros generando un impacto global como en la película “Cadena de favores”.

Para la Terapia Gestalt, el individuo es visto como un organismo en relación constante con su entorno. De hecho, cada vez que respiramos, excretamos o ingerimos alimentos estamos interactuando con el entorno que nos rodea. ¡Nadie, por más independiente que se crea, puede existir sin interactuar con el entorno!

Así que si te percibes a ti mismo, no como un individuo separado, sino como parte de un Todo más grande puedes empezar a hacerte consciente de cómo tus decisiones afectan ese organismo llamado Tierra. Si con tus hábitos de consumo estás destruyendo a otros organismos, ten en cuenta de que puedes estar actuando como el cáncer que destruye a otras células sin saber que al matar el cuerpo en realidad se está matando a sí mismo.

El concepto de que somos Uno no se queda únicamente en nuestra existencia dentro de la Tierra. De hecho, la vida en este planeta se ha desarrollado debido a su interacción constante con el Universo. Por ejemplo, los minerales que facilitan la existencia de la vida proceden de estrellas que han explotado o han llegado provenientes de otros mundos a través de los meteoritos que han impactado la superficie terrestre a lo largo de millones de años. Tampoco existiría la vida sin los rayos del sol que provienen de la estrella más cercana, el sol, ni tendríamos mareas sin la influencia magnética de la luna. Por lo tanto, todo el Universo ha conspirado de una u otra manera para que podamos estar sentados Aquí y Ahora leyendo este artículo.

Así que cuando decimos que somos Uno, no estamos hablando en sentido metafórico, se trata de una realidad que no puede rebatirse. Detrás de los billones de personalidades humanas, de las diversas especies de plantas o de las estrellas que viajan por el Universo hay Una sola Consciencia, un solo Campo, una sola vida. Por ello la mejor comprensión que podemos tener del Yo Soy, es cuando nos damos cuenta en silencio de que Yo Soy el Universo.

Así que la próxima vez que veas a un vagabundo durmiendo debajo de un puente, no lo mires con desdén o lastima. Más bien recuerda: “Es una parte mía que no ha despertado”, y cuando encuentres a un Buda al caminar por la playa, piensa: “Es una parte mía que ya despertó”. Así derribas la brecha mental de la separación y entiendes que eres Uno con el Todo porque eres el Todo. Entonces te darás cuenta de que la urgencia suprema es hacerte Consciente para transmitir Consciencia al Universo, que es tu cuerpo extenso.