martes, 25 de septiembre de 2012

Los 14 principios de vida

Thich Nhat Hanh nació en Vietnam en 1926 ha sido monje budista durante más de cuarenta años además de poeta y activista por la paz. En Vietnam fundó la Escuela de la Juventud para los Servicios Sociales, la Universidad Budista de Vanh Hanh, la editorial Le Boi Press y la Orden del Interser. Ha enseñado en la Universidad de Columbia y la Sorbona y fue nominado por Martín Luter King Jr. Para el Premio Nobel de la Paz en 1967.

Actualmente vive en Plum Village, una comunidad budista cerca de Burdeos, Francia, que él fundó en 1982. Viaja constantemente por el mundo dando enseñanzas y ayudando a los refugiados en todas partes. Siempre preocupado por integrar las enseñanzas de la atención consciente en la vida diaria ha escrito más de 60 libros en inglés, francés y vietnamita. Muchos han sido traducidos al español.

He aquí parte de su legado:

Los 14 principios de vida
Por el maestro Zen Thich Nhat Hanh

1. No seas idólatra ni te ates a ninguna doctrina, teoría o ideología, incluso las budistas. Todos los sistemas de pensamiento son guías, no son la verdad absoluta.

2. No creas que el conocimiento que tienes ahora es absoluto, inmutable. Evita ser de mentalidad estrecha y atarte a los puntos de vista presentes. Aprende y practica el desapego de tus puntos de vista para estar abierto a recibir los puntos de vista de los demás. La verdad se encuentra en y no en el conocimiento conceptual. Prepárate para aprender a través de todo, a observar en ti mismo y en el mundo en todo momento.

3. No fuerces a los demás, ni siquiera a los niños, por ningún medio en absoluto, a adoptar tus puntos de vista, ya sea por autoridad, amenaza, dinero, propaganda o incluso educación. Sin embargo, por medio del diálogo compasivo, ayuda a los demás a renunciar al fanatismo y a la estrechez.

4. No evites el contacto ni cierres tus ojos al sufrimiento. No pierdas la conciencia de la existencia del sufrimiento en la vida y del mundo. Encuentra maneras de estar con aquellos que sufren por todos los medios. Incluyendo el contacto personal y las visitas, imágenes y sonido. Por tales medios despierta en ti mismo y en los demás la realidad del sufrimiento en el mundo.

5. No acumules riquezas mientras millones están hambrientos. No tomes como objetivo de tu vida la fama, el provecho, la riqueza o el placer sensual. Vive simplemente y comparte el tiempo, la energía y los recursos materiales con los que estén en necesidad.

6. No mantengas ira u odio. Tan pronto como surjan la ira o el odio practica la meditación sobre la compasión para comprender profundamente a las personas que han causado ira u odio. Aprende a ver a los otros seres con los ojos de la compasión.

7. No te pierdas en la dispersión ni en el ambiente que te rodea. Aprende a practicar la respiración para recuperar la compostura del cuerpo y de la mente, para practicar la atención, y para desarrollar la concentración y la comprensión.

8. No pronuncies palabras que puedan crear discordia y causar ruptura en la comunidad. Haz todos los esfuerzos para reconciliar y resolver todos los conflictos, aunque sean pequeños.

9. No digas cosas falsas por interés personal o para impresionar a los demás. No pronuncies palabras que causen desviación u odio. No difundas noticias que no sabes que no son ciertas. No critiques ni condenes cosas de las que no estás seguro. Habla siempre verdadera y constructivamente. Ten el valor de hablar sobre situaciones de injusticia, aún cuando hacerlo pueda amenazar tu propia seguridad.

10. No uses a la comunidad budista para ganancia o provecho personal, no transformes tu comunidad en un partido político. Una comunidad religiosa debe, sin embargo, tomar una actitud clara contra la opresión y la injusticia, y debe esforzarse por cambiar la situación sin engancharse en conflictos partidarios.

11. No vivas con una vocación que sea dañina para los humanos y la naturaleza. No inviertas en compañías que priven a los demás su oportunidad de vivir. Elige una vocación que te ayude a realizar tu ideal de compasión.

12. No mates. No permitas que otros maten. Encuentra todos los medios posibles para proteger la vida y prevenir la guerra.

13. No poseas nada que debería pertenecer a los demás. Respeta la propiedad de los demás pero evita que los demás se enriquezcan con el sufrimiento humano o el sufrimiento de otros seres.

14. No maltrates a tu cuerpo. Aprende a manejarlo con respeto. No veas a tu cuerpo simplemente como un instrumento. Preserva las energías vitales (sexual, respiración, espíritu) para la realización del camino. La expresión sexual no debería ocurrir sin amor y compromiso. En las relaciones sexuales, sé consciente del sufrimiento futuro que pueda causarse. Para preservar la felicidad de los demás, respeta los derechos y compromisos de los demás. Sé plenamente consciente de la responsabilidad de traer nuevas vidas al mundo. Medita sobre el mundo al que estás trayendo nuevos seres.

lunes, 24 de septiembre de 2012

¿Fue Buda ateo?


Alarmado por la tendencia del Maestro a desacreditar toda afirmación de creencia en Dios, un discípulo exclamó: «¡Me he quedado sin nada a lo que aferrarme!».
«Eso es lo que dice la cría cuando se ve forzada a dejar el nido», dijo el Maestro.
Y más tarde diría: «¿Imagináis que voláis cuando os mantenéis cómodamente instalados en el nido de vuestras creencias?  Eso no es volar. ¡Eso es batir las alas!».

Anthony de Mello



La mayoría de teólogos occidentales coinciden en una cosa: Gautama Buda, el fundador de una de las principales religiones de mundo fue ateo. ¿Es esto cierto? ¿Puede alguien, que es considerado un referente espiritual para millones de personas haber negado a Dios?

Pues bien, una cosa es cierta, en ninguna de las escrituras budistas –ninguna- se encuentra a Gautama Buda nombrado la palabra “Dios”, esta es una prueba reina para los detractores de Buda. Pero otra cosa también es cierta, en ninguna de las escrituras se haya que Buda haya negado a Dios.

Entonces, ¿Qué fue lo que enseñó Buda? Él enseñó el camino de la liberación del sufrimiento, el nirvana, la dicha más allá de toda dualidad. Él no se detuvo a describir en qué consistía el nirvana sino que indicó a las personas el camino para que lo descubrieran por ellos mismos. Buda también habló del vacío y del estado de no-mente.

Pero ¿Qué es ese vacío que él buscó y encontró? Aunque ninguna palabra puede describirlo, puedo indicar que se trata de un estado en el que no hay ego, no hay mente, no hay dualidad. ¿Qué queda en ti cuando el ego y la mente desaparecen? Queda la Consciencia, el Ser o como lo queramos llamar.

Para entender a Buda debemos entender el Vedanta, la filosofía espiritual más antigua de esta Tierra. El Vedanta habla de Brahman, el Dios sin atributos, es decir, del Dios más allá de toda descripción humana.

Dios es algo inefable e indescriptible, se le puede conocer, pero es imposible describirlo a otros una vez conocido, ya que Él está más allá del reino de las palabras y las imágenes mentales. Pero las personas son expertas en crear imágenes mentales de Dios, ideas acerca de lo que es Dios, descripciones que te limitan porque no te dejan ver a Dios por lo que Es, ya que tu mente crea una descripción, un paradigma acerca de la Divinidad.

Así que, lo que yo creo, es que Buda no habló de Dios porque Él no quería crear más imágenes mentales de Dios, no quería crear un nuevo paradigma. Él nos enseñó el sendero para que suprimiéramos la mente y el ego para llegar a ese estado de no-mente donde pudiéramos vernos cara a cara con el Vacío, el vacío de imágenes mentales, el vacío de teorías y dogmas donde podríamos encontrar al Dios sin atributos de los vendantistas. Al entender esto podemos inferir el significado profundo de la Biblia cuando dice:

No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. (Éxodo 20:4)

¿Qué clase de imágenes son las que no debemos construir? Si se tratara sólo de imágenes de piedra, en el sentido literal de la palabra, ¿entonces por qué mandó luego a construir un arca con dos querubines de oro? El tipo de imágenes que no quería que hiciéramos son las imágenes mentales acerca de Dios. Podemos conocerle cara a cara, podemos fundirnos con el Ser de Dios, pero no podemos describirlo, ya que al hacerlo estaremos creando una imagen de piedra. 

Pero los líderes religiosos crean imágenes de Dios y nos piden que las adoremos para evitar que busquemos por nosotros mismos la verdad, para que nos conformemos con la imagen que ellos quieren que veamos, la imagen de un Dios hecho a “imagen y semejanza” de los intereses de una religión particular, un Dios hecho a la medida del hombre.

Buda rechazó toda imagen mental de Dios y decidió hallarlo por sí mismo. Él no dejó imágenes mentales de Dios, ninguna descripción, porque  quiso que nosotros mismos lo encontráramos.

Nota: ¿Qué fue lo que hizo Buda para encontrar a Dios cara a cara? Eses será tema de futuras publicaciones.

¿Qué somos?


domingo, 23 de septiembre de 2012

Más allá de los condicionamientos



El Maestro afirmaba que el mundo que ve la mayor parte de las personas no es el mundo de la Realidad, sino un mundo creado por sus mentes. Cuando un sabio quiso contradecirle, el Maestro puso dos palos sobre el suelo formando la letra «T», y le preguntó:
«¿Qué ves ahí?»
«La letra T», respondió el otro.
«¡Lo que me suponía!», dijo el Maestro.
«No existe la letra T; no es más que un símbolo que hay en tu mente. Lo que hay ahí son dos pedazos de rama en forma de bastón».

Existe una realidad objetiva, pero observamos esa realidad a través de la lente de nuestras creencias y valores. Si eres hincha de un equipo de futbol, durante un partido tiendes a ver con mayor claridad las faltas y agresiones del equipo contrario que las de tu equipo. ¿Por qué? Porque no ves las cosas como son en realidad sino como quieres que sean.
Anthony de Mello dice lo siguiente:

El que piensa como marxista, no piensa; el que piensa como budista, no piensa; el que piensa como musulmán, no piensa... y el que piensa como católico, tampoco piensa. Ellos son pensados por su ideología. Tú eres un esclavo en tanto y en cuanto no puedes pensar por encima de tu ideología. Vives dormido y pensado por una idea.

Cuando has asumido un sistema de creencias religiosas o académicas por cierto tiempo, empiezas a pensar y a ver el mundo de acuerdo al paradigma planteado por dicho sistema. En ese momento dejas de pensar por ti mismo y alguien más –un sistema de creencias o un líder religioso- piensa a través de ti, entonces has dejado de ser tú para convertirte en la extensión de otro.

La imagen mental de Dios no es Dios

Dios ¿Qué es Dios? Si preguntas a personas de diferentes religiones cada uno dará una respuesta estando muy seguro y convencido de lo que dice. Pero, ¿Han visto ellos a Dios? ¿Por qué están tan seguros de esa descripción? Ellos están seguros porque su sistema de creencias describe a Dios de esa manera. Pero Dios es mucho más que la imagen mental condicionada que tenemos de Él. Cuando alguien tiene una experiencia espiritual en la cual conoce a Dios, y luego trata de explicarla, lo hace a través de su mente y sus condicionamientos, en ese momento lo que enseña se convierte para sus seguidores en una imagen mental de Dios.

Si el líder espiritual experimentó a Dios como una luz de color azul, y luego enseña esto, entonces sus seguidores se convencerán de que Dios es azul y a partir de ese momento buscarán una experiencia espiritual que les confirme lo que ellos ya creen, y su mente estará dispuesta a ofrecerles eso que buscan: un Dios azul.

Por eso las descripciones de la divinidad limitan a las personas y evitan que ellos encuentren  a Dios tal como Es, más allá de condicionamientos y paradigmas basados en sus sistemas de creencias.

Paradigmas

¿Qué es un paradigma? Es una forma particular de ver la vida. Un paradigma es como unos lentes a través de los cuales ves el mundo. Si tus lentes son rosa, ves la vida rosa, si son oscuros, verás todo oscurecido. Si eres comunista o liberal, católico o protestante, estás interpretando al mundo a través de los lentes de tu creencia política o religiosa, entonces no estás viendo al mundo por lo que es sino por lo que tus ideas preconcebidas te dicen que es.

Actualmente, científicos y filósofos han concordado en que la ciencia no es estrictamente objetiva. Los científicos no se limitan a ver la naturaleza y describirla tal cual; ellos interpretan la naturaleza usando sus propios paradigmas científicos.

Ante la pregunta: “¿Cuál es la naturaleza del ser humano?” un físico, un químico, un biólogo, un psicólogo, un sociólogo un filósofo y un teólogo te darán respuestas muy diferentes. ¿Por qué? La respuesta es que cada uno ve al ser humano desde su propio paradigma.

Siendo sincero contigo mismo podrás darte cuenta de que no ves al mundo por lo que es. Interpretas al mundo de acuerdo a los paradigmas y condicionamientos que has asumido desde la cuna. Miras e interpretas la vida a través de tu mente, y esta a su vez, piensa la vida basada en toda la información que ha acumulado en el pasado.

La cultura, la sociedad, la familia y la religión influyen directamente sobre nuestra forma de ver e interpretar la vida. Un mismo evento puede significar cosas diferentes para las personas, dado su condicionamiento previo. Así que no somos realmente libres para ver y disfrutar la vida por lo que es. La vida se convierte en un escenario que confirma y representa lo que nuestro paradigma nos dice.

Un líder espiritual o un sistema de creencias inculcan sus propias ideas en tu mente, de tal manera que llegas a pensar que esas ideas son tuyas. No estoy diciendo con esto que no deberíamos pertenecer a una iglesia o creencia, lo que digo es que debemos ir más allá de la creencia para conocer la realidad última, que dio origen a la misma.

Un ejemplo de esto fue el sacerdote católico Anthony de Mello, él era un pastor de su iglesia, pero siempre estuvo dispuesto a buscar la verdad dentro de sí mismo. Él no tragó entero todo lo que le enseñaron en el seminario. Pero tampoco tuvo que renunciar a su iglesia ni enfrentar su jerarquía para encontrar la iluminación espiritual.

Más allá de los condicionamientos

Volviendo al tema central de este artículo ¿Hay una forma de ver la vida sin condicionamientos, libres de nuestros paradigmas? Sí la hay, este ha sido el objeto de estudio de tradiciones milenarias como el budismo Zen, sobre el cual profundizaremos más adelante en este blog. Pero más recientemente Edmund Husserl y otros filósofos trabajaron en la fenomenología, una corriente filosófica que busca llevar al hombre más allá de las fronteras de sus condicionamientos.

La fenomenología no se trata de un conocimiento en el sentido estricto de la palabra, estamos hablando más bien de un conocimiento espiritual, más ligado a la intuición que a la percepción ordinaria. Se trata de observar la “esencia” de las cosas, para ello es necesario ver al objeto por lo que realmente es, es decir, observarlo en el ahora y no como un resultado de los recuerdos o condicionamientos que hemos almacenado en nuestras mentes.

La mente almacena información sobre los objetos e inmediatamente los califica de “buenos” o “malos”, “bonitos” o “feos”, “útiles” o “inútiles”. Esta clasificación mental de las cosas nos aleja de su esencia y no nos permite aprehender del objetivo. Un ejemplo de ello es un adulto que cruza cerca de un árbol e inmediatamente empieza a sentir un malestar y repugnancia hacía el árbol. Esto sucede porque le recuerda un tipo de árboles que estaban cerca de un camino por el cual cruzó varias veces en medio de un calor abrumador y con mucha sed y hambre. Es decir, el adulto ahora no está viendo al árbol por lo que es, sino por lo que significó en el pasado. Uno de los objetos de la fenomenología es poder trascender esto. La fenomenología contempla que el mundo debe percibirse del modo en que se presenta a cada uno en el marco de su experiencia.

Este tema es fascinante, y por medio de este blog recibirás las herramientas para aprender a percibir al mundo tal como es, más allá de los condicionamientos. Aprenderás a captar la esencia de las cosas. Por el momento quisiera cerrar con otro cuento de Anthony de Mello:

El Maestro impartía su enseñanza: «El genio de un compositor se halla en las notas de su música; pero analizar las notas no sirve para revelar su genio. La grandeza del poeta se encierra en sus palabras; pero el estudio de éstas no revela su inspiración. Dios se revela en la creación; pero, por mucho que escudriñes la creación, no encontrarás a Dios, del mismo modo que no descubrirás el alma por mucho que examines el cuerpo».
Llegado el momento del diálogo, alguien preguntó:
«Entonces, ¿cómo podemos encontrar a Dios?»
«Mirando la creación, no analizándola».
«¿ y cómo hay que mirarla?»
«Si un labrador intenta buscar la belleza en una puesta de sol, lo único que descubrirá será el sol, las nubes, el cielo y el horizonte de la tierra. . . mientras no comprenda que la belleza no es una 'cosa', sino una forma especial de mirar, buscarás a Dios en vano mientras no comprendas que a Dios no se le puede ver como una 'cosa', sino que requiere una forma especial de mirar. . . semejante a la del niño, cuya visión no está  deformada por doctrinas y creencias prefabricadas».

jueves, 20 de septiembre de 2012

Una situación tensa



Un día, mientras caminaba a través de la selva, un hombre se topó con un feroz tigre. Corrió pero pronto llegó al borde de un acantilado.

Desesperado por salvarse, bajó por una parra y quedó colgando sobre el fatal precipicio. Mientras él estaba ahí colgado, dos ratones aparecieron por un agujero en al acantilado y empezaron a roer la parra. De pronto, vio un racimo de frutillas en la parra. Las arrancó y se las llevó a la boca. ¡Estaban increíblemente deliciosas!

Se como las flores…


En la vida no importa lo que hacemos sino desde donde lo hacemos. Podemos hacer obras de caridad, dar de comer al hambriento, vestir al desnudo; pero si hacemos estas obras desde el ego, no tendrán ningún impacto en nuestra vida espiritual. Pero, cuando llevamos a cabo las acciones más elementales -cocinar, saludar a un amigo, caminar- con plena consciencia, tienen un impacto muy profundo en nuestras vidas y en las vidas de muchas más personas.

Si haces cosas buscando agradar a los demás, las haces desde el ego.
Si haces cosas buscando reconocimiento, fama o aplausos, las haces desde el ego.
Si haces cosas buscando ser recordado por ello y que tú nombre quede en alto, lo haces desde el ego.

Cuando actúas desde el Ser llevas a cabo tus acciones sin esperar nada a cambio, sin atarte al resultado, sin esperar recibir reconocimiento o gratitud por ello.

Cuando actúas desde el Ser llevas a cabo tus acciones por el mero disfrute de hacerlas, encuentras tu premio en disfrutar el proceso mismo envés de en una meta.

Hay un hermoso poema Zen que expresa muy bien este concepto. Quise adaptarlo para que tuviera el impacto esperado sobre la consciencia de los lectores. Helo aquí:

"Se libre como las nubes y los arroyos montañeses, que vagan sin rumbo, se como las flores en desfiladeros impenetrables, hermosas sin nadie que las vea, y como la marea del océano que siempre baña la arena sin objeto".

Las flores son apreciadas por su belleza, por ello las siembran en jardines y las exhiben en los hogares. ¿Pero crees que las flores son bellas sólo para agradar a las personas? Yo hubiera pensado que uno de los objetivos de las flores era impactar al ojo humano con su hermosura. Pero cuando pensamos en una flor que está ubicada en un desfiladero impenetrable o en una selva virgen donde no hay ojos humanos que la contemplen, entonces nos damos cuenta de que su belleza no tiene como objetivo ser admirada.

Así deberíamos ser nosotros. Expresar nuestra belleza espiritual, nuestros atributos, nuestros dones, nuestras cualidades, por el mero hecho de expresarlas; sin esperar nada a cambio: ni admiración, ni alabanzas, ni reconocimiento. Nuevamente:

Se como las flores en desfiladeros impenetrables, hermosas sin nadie que las vea…

miércoles, 19 de septiembre de 2012

El presente es todo lo que existe


La simpleza de la verdad




La verdad es tan simple que la mente no la puede comprender.

La mente toma la verdad desnuda y simple y la hace compleja y enredada para poderse entretener con ella sin digerirla, a la mente le gusta tener en qué pensar.

La mente no puede conocer a Dios, toda enseñanza mental es estéril por naturaleza.

La mente toma la verdad y la convierte en abstracción para así poder controlar a otros.

No hay nada que aprender. Mientras más aprendes sobre Dios –con la mente- más lejos estás de conocerLe. Para conocer a Dios debes empezar por vaciar tu mente de conceptos y descripciones acerca de Él.

¿Estás lista(o)?


El diablo y su amigo

Un día el diablo y un amigo suyo estaban caminando calle abajo, cuando vieron delante de ellos un hombre inclinarse y recoger algo de la tierra, mirarlo, y guardarlo en su bolsillo.
Dijo el amigo al diablo: "¿Qué recogió ese hombre?".
--"Él recogió un pedazo de Verdad", dijo el diablo.
"Ése es un mal negocio para usted, entonces", dijo su amigo.
"Oh, para nada," contestó el diablo, "yo voy a permitirle que su mente lo organice."

Las criaturas del río


"Una vez vivía un pueblo en el lecho de un gran río cristalino. La corriente del río se deslizaba sobre todos sus habitantes; jóvenes y ancianos, ricos y pobres, buenos y malos y la corriente seguía su camino ajena a todo lo que no fuera su propia esencia de cristal.

Cada criatura se aferraba como podía a las ramitas y rocas del lecho del río, porque su modo de vida consistía en aferrarse y porque desde la cuna todos habían aprendido a resistir la corriente. Pero al fin una criatura dijo: ‘Estoy harta de asirme, aunque no lo veo con mis propios ojos, confío en que la corriente sepa hacia donde va. Me soltaré y dejaré que me lleve a donde quiera. Si continúo inmovilizada, me moriré de hastío.

Las otras criaturas rieron y exclamaron:’ ¡Necia! ¡Suéltate y la corriente que veneras te arrojará, revolcada y hecha pedazos contra las rocas, y morirás más rápidamente que de hastío!

Pero la que había hablado en primer término no les hizo caso, y después de inhalar profundamente se soltó; inmediatamente la corriente la revolcó y la lanzó contra las rocas. Mas la criatura se empecinó en no volver a aferrarse, y entonces la corriente la alzó del fondo y ella no volvió a magullarse ni a lastimarse.

Y las criaturas que se hallaban aguas abajo, que no la conocían, clamaron: ‘¡ Ved un milagro! ¡Una criatura como nosotras, y sin embargo vuela! ¡Ved al Mesías que ha venido a salvarnos a todas!’.

Y la que había sido arrastrada por la corriente respondió: ‘No soy más Mesías que vosotras. El río se complace en alzarnos, con la condición de que nos atrevamos a soltarnos. Nuestra verdadera tarea es éste viaje, ésta aventura ’.

Pero seguían gritando aún más alto: ‘¡Salvador!’, sin dejar de aferrarse a las rocas. Y cuando volvieron a levantar la vista, había desaparecido, y se quedaron solas, tejiendo leyendas acerca de un Salvador."

Richard Bach

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Este Blog está dedicado a aquellos que, como la criatura del cuento, quieran ser libres. Este Blog no puede darles la libertad que buscan, pero si puede indicarles dónde buscarla.