Las personas dependen de los gurús
para que las ayuden a alcanzar la iluminación espiritual: los gurús se
convierten entonces no solo en el ‘maestro’, sino también en el ‘dios’.
Esto era especialmente cierto en la
India, aunque en mi país las cosas no eran muy diferentes: nosotros también
tenemos esas ideas como la infalibilidad del Papa. En cada religión siempre
parece haber un líder y desafortunadamente hay que depender totalmente de que
el líder sea una buena persona, de manera similar a como sucede en los
regímenes totalitarios.
La manera más útil
de pensar sobre esto es darnos cuenta de que somos responsables de nuestras
experiencias; sin culparnos por las malas, pero somos la fuente. Con este
control podemos hacer de nuestras vidas un cielo. Debemos sostener el poder del
espíritu dentro de nosotros. Debemos hacernos responsables de nuestras vidas y
de nuestra conexión con el universo, y ser los dueños de nuestra propia
iluminación.
Se trata de tener
tu propio sentido de la espiritualidad, la que es correcta para ti, no por lo
que alguien dice, sino por lo que sientes tú mismo.
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