La palabra gurú significa “aquel que te guía de la
obscuridad a la luz”. En la tradición oriental existen muchas personas que han
sido reconocidos como verdaderos gurús. Sin embargo, en occidente, muchas
personas han abusado de este término y se han autonombrado gurús. Muchos de
ellos se alejan del verdadero sentido de lo que es un gurú y su necesidad de
poder los lleva a buscar el control en las vidas de las personas diciéndoles lo
qué deben y lo qué no deben hacer. Esto crea relaciones codependientes donde
las personas sienten que avanzan espiritualmente pero nunca alcanzarán el
despertar espiritual ya que esta relación con el gurú no les permite llegar a
conocerse a sí mismos como Dios. Pueden ver a Dios en el Gurú en forma plena,
pero se ven a sí mismos como personas que están en proceso de formación, de
convertirse en algo.
Uno de los más grandes gurús de todos los tiempos fue
Jesús. Él nos mostró con su ejemplo la marca de un maestro espiritual
verdadero. Después de llevar varios años con los discípulos, estos podían ver a
Dios plenamente en su gurú, pero no podían verlo en ellos. Se había formado una
relación codependiente. Entonces Jesús les dijo lo siguiente:
"Pero Yo les digo la
verdad: les conviene que Yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no
vendrá a ustedes; pero si me voy, se Lo enviaré”. Juan 16:7
Observen la frase “les conviene que Yo me vaya”. Jesús
estaba diciendo que era mejor que él –su gurú- no estuviera más con ellos
porque así soltarían la dependencia y buscarían a Dios en su propio interior. Al
contrario de esto, muchos que se llaman gurús hoy en día buscan hacer que las personas
dependan de ellos hasta la misma muerte.
Buda tuvo seis gurús a los cuales abandonó sistemáticamente
hasta alcanzar la iluminación debajo del árbol Bo. Y una vez se convirtió en un
iluminado buscó cualquier cosa, excepto generar dependencia en las personas. Al
discípulo que se inclinó ante él le dijo: “No te inclines ante el Buda ¡Conviértete
en el Buda!”. Desafortunadamente, después de su partida, los hombres crearon
una religión centrada en la persona de Gautama muy en contra de lo él que él
enseñó.
Pero es cierto también que existen personas con una
necesidad psicológica de caer en relaciones codependientes. Ellos son felices
cuando alguien les “lee sus vidas pasadas” o les dice cuántas horas al día
meditar, qué deben comer, etc. cada cual tiene el maestro que necesita, así que
habrá un maestro dispuesto a decirte lo que quieres oír en cualquier lugar
donde vayas.
Volviendo al tema del gurú, quiero finalizar con un extracto
del evangelio del Maharshi, donde Ramana nos muestra de forma clara y directa
cuál es la función del verdadero gurú:
Discípulo. ¿Qué es
Gurú-kripa? ¿Cómo conduce a la realización del Sí mismo?
Maestro. El Gurú es el Sí
mismo… A veces en su vida un hombre deviene insatisfecho con ella, y, no
contento con lo que tiene, busca la satisfacción de sus deseos, por medio de la
oración a Dios, etc. Su mente es gradualmente purificada hasta que anhela
conocer a Dios, hasta que anhela más obtener Su Gracia que satisfacer sus deseos
mundanos. Entonces, la Gracia de Dios comienza a manifestarse. Dios toma la
forma de un Gurú y se aparece al devoto, le enseña la Verdad, y, además, purifica
su mente por asociación. La mente del devoto gana fuerza y entonces es capaz de
volverse hacia dentro. Por la meditación se purifica y permanece quiescente sin
la menor agitación. Esa Expansión calma es el Sí mismo.
El
Gurú es a la vez «externo» e «interno». Desde el exterior, Él da un empuje a la mente
para que se vuelva hacia dentro; desde el «interior», Él empuja la mente hacia
el Sí mismo y ayuda en el aquietamiento de la mente. Eso es Gurú-kripa. No
hay diferencia entre Dios, el Gurú, y el Sí mismo.
Discípulo. En la Sociedad Teosófica, meditan para buscar Maestros que los guíen.
Maestro. El Maestro está
dentro: la meditación está para eliminar la idea ignorante de que Él está solo
fuera. Si Él es un extraño al que usted espera, Él está destinado a desaparecer
también. ¿Dónde está la utilidad de un ser transitorio como ese? Pero mientras
que usted piensa que está separado o que usted es el cuerpo, el Maestro «exterior»
también es necesario, y Él aparecerá como si fuera un cuerpo. Cuando cesa la
identificación errónea de uno mismo con el cuerpo, se encuentra que el Maestro
no es nadie más que el Sí mismo.
En conclusión sólo
hay un gurú: Dios. Este está presente dentro y fuera de nosotros. En cierta
etapa del caminar espiritual necesitaremos del gurú externo. Pero sólo podremos
reconocerlo como verdadero cuando este busca nuestro despertar espiritual y nos
desliga de cualquier dependencia.
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