Por Walter J Velásquez
Al parecer, los orígenes de
Halloween se remontan a un
ritual celta denominado Samhain
que duraba tres días y comenzaba el 31 de octubre y era un tributo al "Rey
de los muertos". En el siglo VIII, el papa Gregorio III instituyó el "Día
de todos los santos" el 1 de noviembre. El nombre Halloween proviene de la frase inglesa
"All Hallows' Eve", lo que
se traduciría como víspera de todos los santos.
Con el tiempo la celebración fue cambiando su sentido original.
Los irlandeses la llevaron a
Estados Unidos. Allí se adicionaron espantapájaros y calabazas a las
decoraciones. Actualmente Halloween es el día festivo no religioso más
grande de Estados Unidos desde donde se ha exportado a casi todo el mundo.
Pero… ¿Qué hace que en esta fecha las personas elijan
disfrazarse de brujas, demonios y toda clase de seres siniestros? Pues bien,
antes de dar la explicación hablemos un poco del inconsciente.
El inconsciente, como su nombre lo indica, es la parte de
nuestra mente de la cual no somos conscientes. Allí se encuentran todos los
pensamientos, emociones, sentimientos o recuerdos que hemos decidido enterrar o
reprimir. La represión se da, ya sea porque no queremos experimentar esos pensamientos
o emociones porque nos resultan muy desagradables; o porque no son socialmente
aceptables.
Hablemos por ejemplo del miedo. Este es un sentimiento
natural que nos ayuda a alejarnos del peligro: el miedo hace que huyamos de un
animal venenoso o nos alejemos de un precipicio. Pero desde pequeños nos dicen
que el miedo es malo, que “debemos” ser valientes. Entonces empezamos a
reprimir este sentimiento el cual se oculta en el inconsciente.
Pero la historia no termina allí, cada vez que rechazamos
el miedo, estamos alimentándolo en el inconsciente. Tarde o temprano este
regresa a nosotros en forma de ansiedad o ataques de pánico. Por decirlo de
alguna manera, una energía que en esencia era protectora, se ha rebelado contra
nosotros gracias a que la hemos rechazado, negado, atacado y reprimido durante
tanto tiempo.
Así que las figuras siniestras de Halloween personifican
todos los “monstruos” que tenemos enterrados en nuestro inconsciente. Estos disfraces
tenebrosos son representaciones simbólicas de toda la ira, lujuria, venganza y
miedo que hemos reprimido a lo largo de nuestra vida.
Entonces la fiesta de Halloween es una purga psicológica. Es
un momento catártico en el cual muchas personas hacen frente a sus peores
pesadillas convirtiéndose en ellas a través de un disfraz. Es una forma de
sacar en una sola noche todo aquello que la humanidad ha reprimido en su
inconsciente colectivo durante miles de años.
La asociación e Halloween con los demonios, corresponde a la
necesidad de hacer consciente lo inconsciente. Los demonios son representaciones de nuestras emociones reprimidas. Por ejemplo, el diablo es
representado con cola y cuernos porque se asocia a la cabra, un animal que a su
vez es asociado con la sexualidad. Así que una persona que se disfraza de
diablo el día de Halloween, está representando en su disfraz toda su sexualidad
reprimida por la cultura y la religión.
Entendiendo a Halloween podemos dejar de “satanizarlo”, y
en vez de eso comprender la importancia de la Consciencia. Ser Conscientes
implica permitirnos observar todos los pensamientos y sentir todas las
emociones sin emitir ningún juicio. Cuando hacemos esto, los “monstruos” que
están atrapados en nuestro inconsciente emergen a la superficie para ser
redimidos. Entonces esa energía se transforma y abandona su forma monstruosa
para regresar a su estado original de pureza integrándose a nosotros. Sólo cuando
integramos esa energía volvemos a ser completos, totales e íntegros.
Gracias Walter. Que interesante conocer de este tema comunicado por una persona como tu. Lo compartire.
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