Hoy en día muchas personas están a la expectativa de los
eventos que supuestamente se llevarán a cabo el próximo 21 de diciembre de 2012.
Personalmente no creo que nada vaya a
suceder en esa fecha, pero de lo que si estoy seguro –y para ello no necesito
ser un profeta- es que la devastación ecológica que estamos creando con nuestra
manera de consumir nos va a llevar a una catástrofe global en muy poco tiempo.
En las últimas tres décadas un tercio de los recursos
naturales del planeta han sido consumidos. Si tenemos en cuenta el hecho de que
los especialistas esperan que la población del mundo –que hoy consta de 7.000
millones- llegue a 10.000 millones para el año 2050, ¿cuántos recursos naturales
necesitaremos para soportar esa población? Si miramos más de cerca nos daremos
cuenta de que el problema real no es el crecimiento de la población, el
problema es que consumimos más recursos de los que necesitamos.
Los Estados Unidos tienen el 5% de la población mundial,
pero consumen el 30% de los recursos mundiales creando el 30% de los desechos
mundiales. Para esto los extraen del tercer mundo generando una devastación ecológica
enorme. Si todos los habitantes de la Tierra consumieran como las personas de
los Estados Unidos necesitaríamos de tres a cinco planetas para satisfacer la
demanda.
En los países del llamado “tercer mundo” la mayoría de la población no consume al nivel
de un norteamericano simplemente porque carecen del dinero para ello. La
mayoría de las películas y series de televisión que ven nuestros niños vienen
de los países desarrollados donde muestran a personas consumiendo productos a
un nivel desenfrenado, ahora nuestros niños –y muchos adultos- quieren hacer
exactamente lo mismo.
El núcleo mismo de la infelicidad que hay en el mundo se
encuentra que querer tener y tener cada día más, ya que creemos que así
obtendremos la felicidad, al fin y al cabo eso es lo que nos enseña la
televisión. Una antigua frase dice que no es más feliz el que más tiene sino el
que menos necesita y esto es verdad. De eso justamente se trata el despertar
de la Consciencia, de aprender a ser felices con todo y con nada, de
divertirnos con las cosas aparentemente más insignificantes como una puesta de
sol, nuestra familia, y nuestra respiración.
Los gurús de la abundancia modernos nos muestran que nuestra
felicidad espiritual está en tener mansiones gigantes con una gran cantidad de
habitaciones que nunca usaremos y yates de lujo que utilizaremos una vez al mes.
Pero ¿cuánto le cuesta eso a las selvas vírgenes del Amazonas?
Cuando despertamos en Consciencia nos damos cuenta de que no
necesitamos tener cosas que realmente no vamos a usar. Pero mientras más
dormido estés, más cosas necesitarás para sentirte bien. El despertar de la
Consciencia no se trata de regresar a vivir en cavernas, pero sí de ser más
conscientes de cuánto estamos consumiendo para conseguir la felicidad, cuando
esta es el estado natural de nuestro Ser y podemos acceder a ella ahora mismo
al liberarnos de la falsas creencias que nos dicen que la felicidad se
encuentra en el consumo.
Ahora que muchos están preocupados por lo que creen que
sucederá el próximo 21 de diciembre, quise llevar la atención de este blog
hacía la naturaleza, con la cual somos Uno. Quise también compartir el
siguiente vídeo, el cual nos deja unas lecciones enormes.
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