Por Walter J Velásquez
Hoy quiero compartir con ustedes este meme, donde aparece una persona que dice: “¡Por fin libre del ego!”, y se lanza desde una plataforma… para caer en otra que dice “Ego espiritual”. Y es que el ego se disfraza de muchas maneras.
Primero, ¿qué es el ego? El ego es la falsa identidad del yo humano: una construcción mental basada en los recuerdos, en la memoria, en la idea que tenemos de nosotros mismos. Esto es lo que muchos llaman el “ego mundano”.
Y a veces, algunas personas logran salir de ese ego… solo para caer en otro: el ego espiritual. ¿En qué consiste este segundo ego? Es otra máscara.
Aparece cuando meditamos y nos creemos mejores que quienes no meditan.
Cuando vamos al trabajo en bicicleta para no contaminar y pensamos que somos superiores a quienes van en carro.
Cuando dejamos de comer carne o productos de origen animal, y empezamos a sentirnos moralmente por encima de quienes sí lo hacen.
Cuando los fines de semana vamos a la naturaleza a entrar en contacto con los bosques, y creemos que eso nos hace mejores que quienes vas a la discoteca.
Es decir, el ego espiritual aparece cuando realizamos actividades valiosas y transformadoras —para nuestro bienestar y nuestro despertar—, pero luego las usamos para sentirnos superiores, para alimentar la separación entre “yo” y “tú”. Ese “yo soy mejor que tú”… también es ego.
Toda división nace del ego. Sentirnos mejores que otros, o peores que otros, proviene del ego. Porque cuando estamos en la conciencia, sabemos que no estamos por encima ni por debajo de nadie. Sabemos que todos somos manifestaciones del Uno, expresándose de múltiples formas.