Generalmente estamos tan absortos en los pensamientos que quitamos la atención del aquí y ahora para dirigirla a un pasado que ya no existe o a un futuro improbable. Pensar en el pasado o en el futuro no es un problema cuando lo hacemos para fines prácticos como recordar una ruta o planear las actividades de la empresa o la universidad. Sólo se convierten en problema cuando absorben toda nuestra energía y nos desconectan casi por completo del presente generando síntomas como la depresión o la ansiedad. Por medio del sentido de la audición podemos permanecer por más tiempo en el aquí y ahora. Sin embargo, cuando rechazamos unos sonidos y aceptamos otros, estamos ofreciendo resistencia al presente. Si estás expuesto a un sonido estridente y puedes cambiar esa situación entonces hazlo. Si no puedes cambiarla, colabora con lo inevitable aceptándolo plenamente.
Práctica. El día de hoy estaré consciente de los diferentes sonidos que me rodean. Si voy por la calle, escucharé los sonidos sin poner etiquetas de “sonidos buenos” y “sonidos malos”. Al hablar con alguien prestaré atención al tono de la voz. Me daré cuenta del sonido de la música y de las diferentes emociones que se producen cuando la escucho. Estaré atento al silencio que permanece de fondo, el silencio del cual el sonido emerge.
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