lunes, 3 de junio de 2013

¿Seguidor o maestro?

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En el libro Siddhartha de Herman Hesse, el protagonista de la historia pasó muchos años buscando diferentes métodos y gurús que le permitieran encontrar la verdad. Ninguno logró darle lo que él buscaba. Un día, cansado de buscar, llegó a la primera gran conclusión de su vida: “No hay nada que aprender”. Esta es una gran revelación, el aprendizaje de conceptos intelectuales acerca de Dios puede ayudarte a ser un buen teólogo, pero te alejará de encontrar a Dios ya que Él está más allá de cualquier concepto y descripción. El camino real hacía la realización consiste en desaprender, vaciar tu mente de tanta información intelectual que te ha llevado a muchos lugares, excepto a alcanzar tu despertar espiritual.

Quizá el momento más impactante del libro es cuando Siddhartha encuentra por fin a un maestro verdadero: Gautama Buda. Pero a pesar de saber que las palabras de Buda son verdad, Siddhartha decide abandonarlo, no porque no crea en Buda, sino porque no quiere convertirse en el seguidor de una doctrina, él quiere encontrarlo que Buda encontró. En el momento de alejarse de Buda, Siddhartha pronuncia estas palabras llenas de valentía:

-No me guardes rencor, majestuoso -exclamó el joven-. No te he hablado así para buscar un desacuerdo o la desavenencia con palabras. Desde luego, tienes razón, y poco importan las opiniones. Pero déjame decir una cosa más: ni un momento he dudado de ti. Ni un momento he dudado de que tú fueras el buda, de que hubieras llegado a la meta, al máximo, hacia el que tantos brahmanes e hijos de brahmanes se hallan en camino. Has encontrado la redención de la muerte. La has hallado con tu misma búsqueda, con tu propio camino, a través de pensamientos, ensimismaciones, ciencia, reflexión, inspiración. ¡Pero no la has encontrado a través de una doctrina! Yo pienso, majestuoso, ¡que nadie encuentra la redención a través de la doctrina! ¡A nadie, venerable, le podrás comunicar con palabras y a través de la doctrina lo que te ha sucedido a ti en el momento de tu inspiración! Mucho es lo que contiene la doctrina del inspirado buda, a muchos les enseña a vivir honradamente, a evitar lo malo. Pero esta doctrina tan clara y tan venerable no contiene un elemento: el secreto de lo que el majestuoso mismo ha vivido, él solo, entre centenares de miles de personas. Esto es lo que he pensado y comprendido cuando escuchaba tu doctrina. Y por ello, continúo mi peregrinación. No para buscar otra doctrina mejor, pues sé que no la hay, sino para dejar todas las doctrinas y a todos los profesores, y para llegar solo a mi meta, o morirme. Sin embargo, a menudo me acordaré de este día, majestuoso, y de esta hora en que mis ojos vieron a un santo.

Después de abandonar a Buda para seguir su propio Ser, Siddhartha se embarca en una búsqueda que duraría años, hasta llegar a encontrar la iluminación de la forma más sencilla. Esa es la esencia de “Siddhartha”, el libro de Herman Hesse, quien muy probablemente fue un iluminado. Libros como estos nos ayudan a ver y cuestionar la vida a cada instante. ¿Estamos siguiendo una doctrina o seguimos la verdad dentro de nosotros? Esa es quizá, la pregunta fundamental que debemos hacernos. En mi caso, he leído a Eckhart Tolle, a Anthony de Mello, Ramana Maharshi y muchos otros, y aunque todos han sido inspiradores para mí, ninguno pudo darme la verdad. Ellos marcan el camino y somos nosotros lo que decidimos recorrerlo o no. Pero muchos no quieren hacerlo y prefieren convertirse en adoradores de un maestro o en miembros de alguna secta. Para la persona que está atrapada en su ego es mejor poner flores a la fotografía de su maestro y hacer sus rituales que descubrir que el mismo –su propio Ser- es el maestro. Pero esa es la esencia misma de lo que los maestros han enseñado: “Lo que yo he hecho los podréis hacer vosotros también y mayores cosas aun”, dijo Jesús. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Estamos listos para ser el Cristo, el iluminado, o preferimos continuar siendo un seguidor?

Al principio, necesitamos por cierto tiempo estudiar las enseñanzas de alguien que es una maestra o un maestro despierto. Pero, cuando llegue el momento, el pájaro debe volar del nido. Entonces seguiremos únicamente a nuestro Ser, sin embargo, podremos seguir retroalimentándonos de los maestro iluminados, pero entonces ya no seremos un seguidor, sino alguien que sabe que es igual a ellos.

Pero el momento de la iluminación no es un evento lejano en el tiempo. En palabras de Eckhart Tolle:

Su mente le dice que usted no puede llegar allá (al Despertar) desde aquí. Tiene que suceder algo o usted tiene que volverse esto o aquello antes de poder ser libre y realizado. Le dice de hecho que usted necesita tiempo, que usted necesita encontrar, ordenar, hacer, lograr, adquirir, llegar a ser o comprender algo antes de ser libre o completo. Usted ve el tiempo como el medio de salvación, mientras que en verdad este es el mayor obstáculo para la salvación. Usted piensa que no puede llegar a ella desde donde está y siendo quien es usted en este momento, porque todavía no está completo o no es suficientemente bueno, pero la verdad es que aquí y ahora es el único punto desde donde usted puede llegar a ella. Usted "llega" allá dándose cuenta de que está ya allá. Usted encuentra a Dios en el momento en que se da cuenta de que no necesita buscarlo. Así que no hay un camino único de salvación: puede utilizarse cualquier condición, no se necesita una condición particular. Sin embargo sólo hay un punto de acceso: el Ahora. No puede haber salvación fuera de este momento. ¿Está solo y sin pareja? Entre al Ahora desde ahí. ¿Está involucrado en una relación? Entre al Ahora desde ahí.[1]




[1] Eckhart Tolle, El Poder del Ahora.

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