sábado, 22 de junio de 2013

La verdad no puede ser controlada

U. G. Krishnamurti –a quien no debe confundirse con Jiddu Krishnamurti del cual hemos hablado en esta página- nunca habló en público. Nunca dio conferencias, ni impartió cursos, talleres ni seminarios. No difundió filosofía ni orientación espiritual alguna. Jamás otorgó mantras ni iniciaciones. Nunca tuvo organización, ni oficina, ni secretaria, ni número de teléfono, ni fax, ni domicilio fijo. Pernoctaba en casa de algún amigo o en pequeños y modestos apartamentos alquilados. Su mensaje se puede resumir en esta breve frase: «No tengo ningún mensaje que daros»; sin embargo, miles de personas lo buscaban frenéticamente, ávidos de estar cerca de él o de escuchar sus palabras. Constantemente desanimaba a la gente para que no fueran a verle, y a quienes llegaban hasta él, trataba educadamente de disuadirlos. Sin embargo, llegó a ser el filósofo más popular en la India. Su biografía, recientemente publicada, estuvo durante nueve meses como libro más vendido en ese país.[1]

U. G. Krishnamurti es otro Maestro del no-sendero, él rechazó con vehemencia toda manipulación de la religión para esclavizar las mentes de las personas. He aquí un aparte de una conversación suya:

"La VERDAD es un movimiento. No puede ser capturada ni contenida. No podrá Vd. nunca darle expresión, ni utilizarla para mejorar sus propios intereses. En el momento en que la captura, cesa de ser la verdad. Qué es la verdad para mí, es algo que bajo ninguna circunstancia puede serle comunicado a Vd. La certeza que hay aquí no puede ser transmitida a otro. Por esta razón todo el negocio de los gurúes es un absoluto disparate. Esto ha sido siempre así, no solo ahora. Su abnegación sólo sirve para enriquecer a los sacerdotes. Vd. se niega a sí mismo las necesidades básicas mientras su gurú viaja en Rolls Royce, come igual que un rey, y es tratado como un potentado. Él y los otros metidos en el 'santo negocio', prosperan gracias a la estupidez y credulidad de los demás. Del mismo modo, los políticos prosperan gracias a la simpleza del hombre. Es igual en todas partes."


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