Por qué
dejé de ser mensajero
La búsqueda de la
verdad
La mayoría de las personas dicen buscar la verdad, pero no
es realmente la verdad lo que buscan, sino una doctrina o una religión donde
puedan estar cómodos y sentir que son espirituales simplemente porque siguen a
un sacerdote o gurú, obedecen unas normas y repiten unos rituales. Pero eso no
es seguir la verdad. Cualquier gurú, maestro o institución puede ser un
obstáculo para encontrar la verdad, porque al convertirse en seguidores, las
personas sólo terminan encontrando lo que otros quieren que encuentren. El
verdadero gurú te libera de toda dependencia a su personalidad y te da las
herramientas para que seas libre en Dios.
Muchos dicen que la verdad se encuentra en el corazón, pero
esto no es del todo cierto. Además del corazón, la verdad se puede encontrar en
cada hoja, en cada nube, en el rostro de un niño o en la estrella que brilla de
noche. La verdad se encuentra cuando miramos al mundo sin el paradigma de los
prejuicios o las doctrinas inventadas por los hombres.
Yo no puedo decirles
lo que es la verdad, pero ciertamente puedo decir que la he conocido y lo único
que puedo agregar es que es tan simple, tan sencilla, tan bella, tan libre de
conceptos, que a la mente intelectual le cuesta mucho entenderla. La causa de
esto es que la verdad no se puede conocer a través de la mente. La mente ha
sido condicionada y programada por la sociedad y la religión para ver sólo un
aspecto de las cosas. Cuando ustedes ven un árbol con la mente, no ven el
árbol, ven la imagen mental, la programación que ha sido inculcada en sus
mentes de lo que es un árbol. Al hacer esto, se pierden de la magnífica belleza
que se oculta en cada trozo de corteza, en cada hoja.
Cuando digo que he encontrado la verdad no me refiero a que
haya encontrado un nuevo dogma, una nueva teoría a un nuevo gurú. La verdad no
es nada de eso, no es algo que se pueda poner en una botella y decir: “Hela
aquí”. No, la verdad no es una posesión, es una forma diferente de mirar la
vida. Es ver al mundo sin el lente de los prejuicios, estereotipos o condicionamientos,
es ver la vida por lo que es. Por eso Jesús dijo que hay que ser como niños
para entrar en el Reino de los cielos, porque los niños están libres de
condicionamientos… hasta que el mundo los programa.
Para conocer la verdad hay que estar libre del miedo, y las
religiones y sectas han sido muy explícitas en la necesidad de hacer que las
personas tengan miedo. A través del miedo los tienen controlados, manipulados,
no son libres de ninguna manera. Si Dios no tiene miedo, y ustedes son parte de
Dios ¿Por qué necesitan el miedo? Ustedes no lo necesitan, pero ciertamente,
sus líderes religiosos sí que lo necesitan, ya que por medio de él los pueden
controlar.
Para encontrar la verdad hay que ser libres, como lo fue
Jesús, Buda y muchos otros. Ellos no se dejaron dominar por ningún dogma, pero
después de su partida de este mundo las personas convirtieron su mensaje de
libertad en letra muerta, en una colección de dogmas y teorías.
Cuando hablo de libertad no me refiero a ser libres para
entregarse a los caprichos del ego y de la mente. Eso no es libertad, esa es
otra forma de estar aprisionados, así como ahora los aprisionan los dogmas y
teorías. Pero muchas personas quieren creer esas teorías, por más incoherentes
o absurdas que aparezcan, porque eso les da la certeza de que son muy
evolucionados espiritualmente, eso les da seguridad a sus mentes temerosas.
Lo que muchos han logrado por medio de la práctica de sus
creencias es salir de la prisión del mundo para irse a vivir a una nueva
prisión, más bella, más cómoda y más atractiva. Pero igual, es una prisión que
nunca los llevará a ser realmente libres.
Algo que aprendí es que el desarrollo espiritual no se mide
por la obediencia ciega de una doctrina o el número de horas al día que
dediquemos a la repetición de mantras y rituales. No, el avance espiritual se
mide por cómo reaccionamos ante lo que nos sucede. Si obedecemos las normas,
seguimos los ritos y predicamos el dogma, pero cualquier persona o situación
tiene el poder de fastidiarnos y sacarnos de la paz, entonces no hay avance.
La mayoría de los hombres desean una autoridad para
obedecer, seguir y adorar. La causa de esto es que no desean hacerse
responsables por sus vidas, y más aún, no desean hacer el esfuerzo de mirar
hacia adentro, quizá por miedo a lo que puedan encontrar, quizá porque es mucho
más fácil sentarse y escuchar a otro, memorizar sus enseñanzas, aceptar sus
dogmas y repetir sus rituales.
Las personas se reúnen en sus retiros o leen libros sagrados
para aprender. Pero, memorizar un dogma, estudiar una teoría o leer un libro no
es aprender. Eso es llenar la cabeza de basura. El único aprendizaje verdadero
es el que se obtiene a través de la experiencia, cuando experimentas la verdad
en tu vida y cuando sufres cambios por medio de esa experiencia.
¿Para qué vinieron
los Maestros?
Entendemos la dualidad como la creencia de que estamos
separados de Dios. Esta creencia se mantiene mientras estamos identificados con
la mente, es decir, cuando creemos que somos nuestros pensamientos. La no
dualidad es el estado en que nos identificamos con el Ser, que es Dios mismo, y
percibimos que no hay diferencia alguna entre Dios y nosotros. No se trata de
que creamos que somos una parte de Dios o una extensión suya, de lo que se
trata es de entender que somos la totalidad de la Consciencia de Dios.
Quienes me conocen desde hace años, especialmente por la
página www.soisdioses.com, se preguntarán qué pasó con los dictados y la
información que recibía de los Maestros. Esa fue una etapa de mi vida, pero no
era el final del camino. Al igual que muchos, necesitaba ver al maestro por
fuera de mí, porque aún no me había respondido la gran pregunta de la vida:
“¿Quién soy yo?”.
Los dictados o canalizaciones, como se llaman comúnmente, se
dan al nivel de la dualidad, es decir, de sentirse separado de Dios y los
Maestros. Desafortunadamente, en esa etapa no se puede alcanzar el despertar
espiritual o iluminación, puesto que todavía manejamos un nivel de dependencia y
una consciencia de separación muy altos.
Gautama Buda tuvo seis gurús, pero sólo logró la iluminación
cuando renunció a todos y decidió buscar la verdad dentro de sí. Hay un momento
en que hay que soltar al gurú externo para encontrar a Dios. Muchos están
apegados al gurú externo y prefieren no dar ese paso tan doloroso para el ego. Jesús
dijo a sus discípulos: “Os conviene que yo me vaya”, él conocía el nivel de
dependencia al que ellos habían llegado, y también sabía que solamente
dejándolos solos, estos serían forzados a dar el paso crucial del despertar.
Un viejo proverbio Zen dice que: “Si encuentras al Buda,
matad al Buda”, esto quiere decir que llega un momento, después de haber
superado la fase de dependencia, en que debemos renunciar a cualquier maestro
externo y entrar en la soledad para encontrarnos a nosotros mismos como Dios. Estando
allí tal vez nos lleguemos a sentir muy solos y gritemos: “¡Padre ¿por qué me
has abandonado!?”, pero esa noche oscura es necesaria para poder ver el
amanecer de un nuevo día.
Los maestros que han venido a la
Tierra, nunca buscaron generar dependencia hacía ellos, lo que buscaron fue
exactamente que encontráramos nuestra identidad en Dios. Esto no es darles la
espalda a los Maestros, al contrario, es hacer exactamente lo que ellos quieren
que hagamos. El verdadero Maestro no
quiere que sus pupilos se queden siempre como alumnos, él quiere que se gradúen
y sean iguales a él. Pero el falso maestro desea que seas su eterno estudiante,
que seas el seguidor obediente de su iglesia por los siglos de los siglos.
Si lees la historia encontrarás
que los maestros y maestras de todas las épocas nunca se conformaron con las
doctrinas establecidas. Ellos siempre fueron más allá de la conformidad social
y se rebelaron contra el sistema, por ello fueron perseguidos. Jesús denunció a
los sacerdotes de turno y Buda hizo lo mismo. Incluso los que decidieron permanecer
dentro de su iglesia como Francisco de Asís o Teresa de Ávila, fueron
perseguidos por esta, en razón de sus ideas revolucionarias. Tu líder religioso
solo te dejará tranquilo si eres un seguidor ciego y evitas cuestionarlo.
La idolatría es una perversión del mensaje
Si estudias bien las enseñanzas
de Jesús y de Buda, verás que ellos jamás buscaron que la gente los idolatrara
o los pusiera en un altar. Jesús dijo: “Las cosas que yo he hecho (ser el
Cristo) las podéis Hacer vosotros también”, él no dijo “conviértanme en un ídolo
del cual pueden depender para que solucione sus problemas”. También cuenta la
historia que cuando un hombre se inclinó ante Buda, este le dijo: “No te
inclines ante Buda ¡Conviértete en Buda!”
La verdadera traición a los Maestros y su mensaje está en
convertirlos en ídolos y dedicarnos a adorarlos en vez de hacer lo que ellos
hicieron: descubrir que somos Dios. Lamentablemente, las enseñanzas que dicen
recibir dictados de los Maestros los han convertido en ídolos tapagujeros, ¡tienen
un maestro para cada problema! Incluso algunos coleccionan sus estampitas como
los niños que llenan álbumes con pequeñas fotografías de sus personajes
favoritos.
El Dios que hay en los Maestros es el mismo Dios que hay en
cada uno. ¿Crees que ellos prefieren que los uses como tapagujeros, o que
despiertes a tu realidad Divina y soluciones todo desde tu Ser? En verdad hay
mucha mentira en esa clase de doctrinas.
La perpetuación de la
consciencia de separatividad
Dichas enseñanzas promueven a un Dios en el cielo, que
aunque es mucho más cercano que el Dios de los cristianos, sigue estando
separado del hombre habiendo dejado dentro de él solo una minúscula llama. Ellos
no te enseñan a conocer a Dios en todo lo que existe. Es maravilloso cuando
descubres que no necesitas ir al cielo para conocer a Dios porque Él está aquí
y ahora presente en cada respiro, en cada molécula de aire, en cada persona y
en cada flor. Entonces, ¿para qué adorara a Dios con la luz de una vela si
puedes tener al sol? ¿Por qué adorarlo en un altar cuando tienes el Universo?
¿Qué pasó con www.soisdioses.com?
Muchos se preguntarán que pasó con Babaji y otros Maestros. Dejé
de recibir mensajes de ellos cuando comprendí que Babaji y yo éramos uno, Jesús
y yo éramos uno, y en esa unidad no había lugar para dos voces hablando dentro
de mí. Las dos voces hablando sólo eran posibles en un estado de dualidad, de
creerme separado de Dios, pero al entender que yo era la totalidad de Dios ya
no había lugar sino para una sola voz: la del Ser infinito que Todo lo abarca.
Mientras veamos al Maestro afuera no podremos Ser lo que
somos. Los dictados o canalizaciones son un estado intermedio donde no es
posible despertar a la verdad. Muchos de esos dictados son influidos por la
mente humana, por los recuerdos y condicionamientos del canal. Absolutamente
nadie está exento de ello. La única forma de recibir la verdad en su estado
puro es conocer a Dios personalmente, o mejor dicho, conocerte a ti mismo como
Dios.
Para llegar a este punto, tuve que pagar el precio de la
exclusión, el rechazo y la soledad. Este es un precio muy alto que pocos están
dispuestos a pagar. Pero nadie imagina que la recompensa es la dicha y la paz
eternas, las cuales ya no dependen de ninguna condición en este mundo.
Este Blog es un puente para entrar en la no dualidad, no te
quedes en él, ¡Crúzalo! Aquí no hay personas especiales porque todos somos
especiales, ya que todos somos Dios. Por lo tanto, nadie puede estar por encima
de nadie. Mi rol es el de un facilitador, no soy maestro ni gurú, ya que esas
figuras –llegando el momento crucial- pueden evitar que las personas den el
paso definitivo hacía su liberación.
Los mensajeros o
canales
Ahora, el tema de los dictados. Los dictados son un serio
obstáculo para ver la verdad. Ellos hacen que las personas se vuelvan
dependientes de otro para acceder a Dios ¡qué idea tan ridícula! Cuando Dios
está aquí y ahora y es accesible a cualquier persona que lo mire con ojos
sinceros. Dios es el Todo y está en todo.
Dios no necesita de intermediarios, es mentira que ustedes
no pueden conocer directamente la verdad. Eso lo inventaron sus líderes
religiosos para poder controlarlos. Ellos tienen sed de poder, de control, eso
los satisface. Y ustedes se prestan para ello únicamente porque tienen miedo de
ver la verdad cara a cara, o porque son perezosos y prefieren evitar hacer lo
suyo, así que dejan que otro lo haga por ustedes.
Siempre habrá un nuevo “mensaje” y un nuevo “mensajero”, y
esto al final se convierte en una droga, en una adicción como la marihuana de
la cual es muy difícil zafarse. Una de las razones es que su ego se infla de orgullo
al hacerlos sentir que ustedes son los elegidos, los iniciados, el círculo
interno donde fluye la verdad. ¡Qué idea tan ridícula! Dios no necesita nada de
esas tonterías, Él se presenta tal cual al más humilde campesino, a la
prostituta, y al vendedor callejero. Él No hace acepción de personas (Romanos
2:11–16). El problema es que muy pocos están dispuestos a recibirlo en
la sencillez de su belleza. A la gente le gustan cosas más sofisticadas y
elocuentes. Esto es la pobreza espiritual que sufre el hombre y la mujer de hoy
y de ayer.
Los senderos que dependen
de mensajeros o canales son senderos muy mentales, llenos de conceptos y teorías
que no llevan a ninguna parte. La verdad es demasiado sencilla y pura y no se
parece a nada de eso. Lamentablemente, la mayoría de los que dicen ser mensajeros
se aferran a su rol y no son capaces de dar el siguiente paso, al hacer esto,
estancan el desarrollo de todos los que vienen detrás de ellos. Por eso ni
Jesús, ni Buda, ni Lao Tsé ni ningún Maestro verdadero recibieron jamás
dictados o cosas por el estilo. Ellos hablaron directamente desde su Ser que
era el Ser de Dios. Y ellos vinieron buscando que hicieras exactamente lo
mismo.
Los mensajes recibidos por un canal son muy subjetivos. Aunque
una enseñanza diga ser la heredera de una enseñanza anterior, siempre se
contradicen ¡Nunca pueden estar de acuerdo en muchas cosas! ¿Cómo puede haber
verdad en semejante contradicción? Eso sucede porque los mensajes pasan a
través de la mente de cada canal y son afectados por sus prejuicios y
creencias. Algunos mensajes pueden venir del Ser de la persona, mientras otros
son solamente material mental que sólo conduce a las personas a un callejón sin
salida.
El peligro de las
sectas
Las personas que dicen recibir dictados o mensajes de
maestros, extraterrestres o lo que sea, a menudo usan el poder que sus
seguidores les confieren para crear sectas donde logran controlar a las
personas a través del miedo y la culpa. En estas sectas literalmente les lavan
el cerebro a las personas para hacerlos creer que la suya es la única verdad y
que son los que van a salvar al mundo. Ese es un estado muy peligroso, pero a
veces es necesario. Yo viví el extremo de estar en ese estado de fanatismo y
logré tocar fondo, lo cual me despertó de súbito de esa irrealidad.
Muchas personas tienen carencias psicológicas muy grandes y
buscan pertenecer a esa clase de sectas para poder sentirse importantes por
poseer “la verdad más elevada” y así mejorar su autoestima. Las personas que
tienen una personalidad dependiente se sienten bien al idolatrar y generar
dependencia hacía un ser humano que dice ser especial o poseer un don especial.
Pero ni siquiera Jesús permitió que se le considerara especial:
“Cuando salía [Jesús] para seguir
su camino, vino uno corriendo, y arrodillándose delante de él, le preguntó:
Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Y Jesús le dijo: ¿Por qué
me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo uno, Dios” (Marcos 10,17–18).
A otros les encanta que les digan lo que tienen que hacer y lo
que pueden comer, porque no quieren tomar decisiones ni usar su propio
discernimiento. Otros están allí, simplemente porque les gusta escuchar historias
fantásticas –mitológicas- y prefieren las explicaciones más absurdas a los
temas más sencillos de la vida. Esto ha sido heredado de nuestros ancestros,
quienes inventaban sus dioses y demonios para poder explicar los fenómenos naturales
cuya causa desconocían.
Pero otros están allí sin pertenecer allí, solamente necesitan
que les muestren una luz para salir.
Yo pasé por todas estas etapas ya que las necesitaba, pero
quedarse allí indefinidamente es postergar la dicha y la paz que trae saber
realmente quiénes somos.
En Dios nadie es
mejor que nadie
Haber superado esa etapa no me hace mejor que mis amigos que
quedaron allí. En el Ser nadie está por encima de nadie, nadie es mejor o
especial. El Dios que Yo Soy es el mismo Dios que ellos son, por lo tanto no
hay espacio para el orgullo. Pero cuando uno está en la mente puede ser fácilmente
presa del orgullo porque esta, en medio de su ignorancia, le hace creer a uno
que pueden ser mejor o “más evolucionado” que otros.
No estoy por encima de nadie. No soy mejor que prostituta o
el ladrón porque somos un mismo Dios. Jesús sabía eso, por ello, en vez de
discriminarlos se sentaba a la mesa con ellos escandalizando a los sacerdotes
de la época. Esa es la misma clase de fariseos de hoy en día que se creen mejor
que otros por pertenecer a una determinada secta y tienen una etiqueta para juzgar
y criticar a cada persona. Estas personas promueven la homofobia –incluso hacía
un niño- y tienen la más repugnante forma de racismo espiritual por medio del
cual determinan desde su ignorancia quién es hijo de Dios y quién es un “caído”,
o quién supuestamente “no es hijo de Dios”. Aunque el racismo fue abolido hace
mucho tiempo, ellos aún siguen operando como racistas del espíritu. Estos
publicanos modernos se creen los jueces de la Tierra y se la pasan juzgando a
los demás en vez de mirar la viga en su propio ojo. “Con la vara que midas
serás medido” (Mateo 7,2), dijo Jesús.
Estando allí llegue a creerme la mentira de que era
especial, incluso a veces actué como un verdadero tirano con las personas. Necesitaba
vivir esa experiencia para entender lo ridículo que eso puede llegar a ser. --Uno
se puede volver muy duro cuando está identificado con la mente.
El amor
Al igual que Dios, lo que es el amor no puede ser expresado
en palabras. El amor no puede ser clasificado o encasillado en una serie de
comportamientos o actitudes ante la vida. El amor es libre, y por tanto, no
puede ser prisionero de los conceptos. El amor no se puede definir como
condicional o incondicional, él simplemente es lo que es. Unas veces puede ser
brusco y sacudir a otro de sus estructuras mentales pútridas, y otras veces
pude ser suave como una caricia. No hay una regla que te diga cómo actuar de
acuerdo a la circunstancia. El amor fluye del Ser y sólo cuando estás en tu Ser
puedes sentir exactamente cómo expresar el amor en cada momento exacto.
Muchas personas se concentran tanto en amar a Dios que se
olvidan de amar a sus semejantes, que son una manifestación de ese mismo Dios
que dicen adorar. Otros, aman a unas personas más que a otras como si Dios se fragmentara
en partes que merecen más del amor que otros. ¿Es eso acaso el amor por Dios?
No, ese es una falso amor que es mezquino, egoísta, interesado. Una mejor
definición del amor la dio Jesús cuando dijo:
Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por
diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que
te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera
ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera
que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida,
dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses. Oísteis que fue
dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a
vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os
aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos
de vuestro Padre que está en los cielos, que
hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e
injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No
hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos
solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues,
vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
(Mateo 5)
Pero ellos han pervertido ese mensaje y lo que el Maestro de
Galilea enseñó, ha sido destruido por muchas sectas y religiones y ahora lo
enseñan como anatema.
La caja de Skinner
Skinner fue un psicólogo que desarrolló el concepto del condicionamiento
operante. Él creó una caja con dos palancas donde introducía a un ratoncito. Si
el ratoncito oprimía la palanca verde, le daba comida. Si oprimía la roja, le
daba una descarga eléctrica. Por medio del ensayo y error los ratones
finalmente aprendieron a oprimir la palanca adecuada.
Estas sectas de las que hablamos funcionan como la caja de
Skinner. Si eres obediente y sigues a tu líder sin cuestionarlo te dan comida
de ratón, ten ensalzarán e inflarán tu ego diciéndote que eres muy especial o que
tu hijo es la encarnación de algún maestro. Pero si cuestionas la enseñanza
recibes una descarga eléctrica siendo castigado delante de todos. Pero lo más
macabro del juego es que llegado el momento te castigarán si eres obediente o
te ensalzarán si haces lo contrario. Con esto desarrollan en ti lo que los psicólogos
han llamado “indefensión aprendida”, un estado mental en el que quedas
totalmente desorientado y al final optas por no cuestionar más y volverte
completamente dependiente.
Despertar
El despertar es la dicha suprema y puede ser alcanzado aquí
y ahora. Aunque las religiones y las sectas nos digan que hay que cumplir mil
requisitos, el sabio Gaudapada dijo hace cientos de años que:
No hay en
verdad ni muerte, ni nacimiento, ni esclavitud, ni liberación para Atman (el
Ser) y no hay realmente ningún buscador de la Liberación, ni ningún
liberado. Todos estos son términos aplicables tan sólo en el mundo relativo de
la ignorancia.
Lo que esto significa es que el Ser siempre ha sido y será libre. Es la
mente la que es esclava. Mientras nos identifiquemos con la mente buscaremos
senderos mentales y cosecharemos dolor y sufrimiento. Pero cuando despertamos a
la realidad Suprema que somos, descubrimos que nunca hubo un momento en que no
fuéramos Dios. Lo único que nos distanciaba de Él era un pensamiento. Ese es el
único tema de este Blog.
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