lunes, 29 de abril de 2013

El poder de los arquetipos

Carl Gustav Jung

Una explicación de ciertos fenómenos psíquicos como la canalización o el exorcismo desde la perspectiva de Carl Jung

Por Walter Javier Velásquez


Hay algo en el ser humano, que lo impulsa a buscar una respuesta espiritual y un significado a la vida. Pero, mientras nuestro sendero sea vivido desde la mente, recibiremos respuestas al nivel de la mente, las cuales no nos llevarán a la verdad. Para descubrir la verdad debemos estar dispuestos incluso a cuestionar nuestras creencias más preciosas.

Los arquetipos inconscientes
Los arquetipos son las imágenes ancestrales, comunes a todos los pueblos y religiones, que están sumergidas en el inconsciente colectivo de la humanidad. Los arquetipos más comunes son el de la madre, el padre, el anciano sabio, el héroe, la doncella, el maligno, etc. Por ejemplo, la madre como algo sagrado, está presente en todas las grandes religiones bajo diferentes nombres: María, Isis, Kali, Kwan Yin, etc.

Todas las culturas del mundo les han conferido un poder y una significación especial a estos arquetipos. Desde el nacimiento, las personas tienen un conocimiento intuitivo acerca de ellos, esto se debe a que forman parte del inconsciente colectivo. Desde este punto de vista podemos concluir que son una especie de imágenes mentales cargadas de significado que llevamos en lo profundo de nuestra psique.

Un ejemplo de un arquetipo moderno es el nerd. Siempre se representa como un joven estudioso que usa gafas. Esta imagen se ha quedado grabada ya en nuestro inconsciente y forma parte de nuestra cultura.

Cuando un individuo sensible, se abre al mundo inconsciente, puede llegar a canalizar estos arquetipos los cuales aparecen en la mente consciente en la forma de maestros de sabiduría. Ejemplos de esto son El Morya (arquetipo del padre), Saint Germain (arquetipo del héroe), la Virgen María (la madre), etc.
Cuando estos arquetipos inconscientes emergen hasta el nivel de la mente consciente, esta los adapta a sus necesidades poniéndoles un nombre y diseñándoles una personalidad determinada. 

Los “mensajes” que recibe el canal son afectados por su mente (condicionamientos, creencias y expectativas) haciendo que dichos mensajes coincidan casi siempre con las propias creencias del canal.
Generalmente los mensajes que transmite el canal hablan de amor, libertad, hermandad, etc. Pero con el tiempo, la mente puede distorsionar estos mensajes haciendo que se adapten a las necesidades del canal. Por ejemplo, los “maestros” que hablan pueden pedir obediencia y respeto al canal, así como la necesidad de comprometerse con su causa personal.

Blavatsky y los maestros. Después se comprobó
que la foto era un montaje.
Helena Blavatsky fue una mujer muy sensitiva que logró canalizar muchos arquetipos inconscientes, a los cuales bautizó con los nombres de El Morya o Saint Germain. Blavatsky usó sus mensajes para su propio beneficio personal. Se cuenta que los “maestros” les pedían dinero a los miembros ricos de la sociedad Teosófica o pedían obediencia absoluta al canal.

La mayoría de las personas tienen la necesidad de creer en estos “maestros”, puesto que estos llenan las carencias o vacíos que hay en su piscología. Por ejemplo, si alguien siente (inconscientemente) que su padre no le ofreció lo suficiente, puede volverse devoto de El Morya (que representa el arquetipo del padre perfecto), con el fin de suplir su carencia. El canal también cree que, efectivamente, los mensajes que recibe son genuinos. Es más, él es el primero que necesita creer, ya que por este medio no sólo llena sus propios vacíos, sino que además recibe beneficios como ingresos económicos o el placer que le genera controlar las vidas de otros.

Conozco a alguien que creció sintiendo que su madre no correspondía al arquetipo materno universal. Durante su vida perteneció a tres sectas diferentes, cada una de las cuales eran lideradas por mujeres espirituales –y controladoras. Finalmente se casó con una mujer espiritual y controladora. Esta persona había estado buscando siempre a la madre perfecta, por eso era tan dependiente de estas figuras maternas que aparecían en su vida.

En mi caso personal, siempre buscaba como pareja a mujeres desprotegidas o en situaciones de vulnerabilidad. Allí estaba buscando el arquetipo de la doncella, que en los cuentos de hadas siempre se la retrata prisionera en el castillo de un dragón o dormida bajo la influencia de algún hechizo maléfico. Cuando buscamos salvar a otros, en realidad estamos respondiendo a nuestra necesidad inconsciente de salvarnos a nosotros mismos.

El perfil de los seguidores y sus líderes
El tipo de personas que son atraídos por estos canales, son aquellas con una personalidad muy dependiente, por eso les gusta que les digan qué alimentos deben comer y de qué color deben vestirse. Usualmente los líderes de estas sectas suprimen la capacidad del miembro para decidir por sí mismo y este se entrega por completo a la voluntad del líder. El perfil del líder es el de alguien con una profunda necesidad de poder, y por medio de sus “canalizaciones” encuentra la forma ideal para lograrlo. A través del poder que ejerce sobre otros, el líder compensa su autoestima, generalmente dañada.

Un viejo truco que se maneja en estas sectas es dirigir la atención de los miembros hacía un enemigo externo. Esto lo vemos magnificado en el nacionalismo, el cual desvía la atención del pueblo hacía un enemigo internacional, con el fin de asegurar la unidad de las personas en torno a su gobierno. Eso se ha visto en gobiernos como el del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez o en Corea del Norte. Esa misma actitud la vemos muchas sectas y grupos religiosos que enfocan la atención de sus seguidores en el enemigo externo, llámese diablo, demonio, o cualquier persona particular, para asegurar de esta manera la lealtad de sus seguidores basada en un sentido de compañerismo entre ellos y sus líderes.

El hecho de creer que se tiene la verdad más elevada del mundo, o que los miembros de la secta son los seres más evolucionados, les permite lidiar con su baja autoestima, la cual es también la causa de su fuerte necesidad de dependencia. Para asegurar su control, el líder aísla a los miembros del mundo exterior, evitando que lean libros o hablen con personas que puedan hacer que cambien su forma de pensar. Cuando el esposo o esposa de los miembros no comparte la creencia, suele haber una sutil presión para que se separen, aduciendo que estar con alguien así frena su crecimiento espiritual. Con esto quieren hacer que haya familias de creyentes, lo que asegura que los hijos también compartirán las mismas ideas, y por tanto, la secta asegurará su crecimiento. Desafortunadamente, esto ha dado lugar a la ruptura de muchos hogares.

Es también común que los padres que forman parte de una secta religiosa quieran influir sobre sus hijos para que sigan las mismas creencias. Muchas veces la presión es tan grande, que hace que los jóvenes se rebelen contra ella y decidan retirarse de la iglesia en particular. Hay casos muy conocidos de líderes sectarios, donde los hijos han rechazado la creencia, e incluso han decisivo volverse ateos, como una forma de defenderse contra la presión que ejercen sus padres sobre ellos.

Otro aspecto que hace que una persona sea vulnerable a pertenecer a esta clase de movimientos religiosos, es la necesidad de creer en algo mágico y sobrenatural. Esto lo heredamos de nuestros ancestros, quienes al no tener una explicación científica a los fenómenos naturales, explicaban estos con la existencia de dioses de la lluvia, dioses del fuego, etc. Esto ha quedado grabado en nuestro inconsciente colectivo y algunas personas son más proclives a buscar el tipo de explicaciones mágicas que coincidan con estas creencias inconscientes. Por ejemplo, a la usanza de la edad media, le atribuyen las adicciones o los comportamientos hostiles a la injerencia de espíritus malévolos. Con esto dejan de lado la explicación psicológica que los llevaría a una sanación profunda.

El psicodrama religioso y la explicación de ciertos fenómenos espirituales
El psicodrama es una forma de psicoterapia basada en el poder de los símbolos para generar trasformaciones en la mente de los individuos. A través del Psicodrama el sujeto alcanza una comprensión más profunda de sus emociones y de las consecuencias de estas.

Una forma clásica de psicodrama son los “trabajos” que hacen los chamanes y sacerdotes religiosos. Por medio de sus ritos, estos logran canalizar ciertas emociones reprimidas en el inconsciente de las personas, generando un cambio en el comportamiento. Por ejemplo, si una persona está sumida en una relación dependiente con otra que la maltrata constantemente, el chamán le dirá que su pareja le ha dado a comer algún bebedizo por medio del cual la ha hechizado. Como parte del rito, el chamán le da a beber un vomitivo, a través del cual la persona cree que expulsa aquello que se ha “tragado” de su pareja. Si la persona está dispuesta realmente a soltar su dependencia, el rito del chaman le servirá para catalizar su decisión por medio del acto de expulsar por su boca aquello que no se quiere tragar más, en este caso, la relación dependiente.


Otro ejemplo es el del exorcismo, uno de los rituales más conocidos. He participado directamente en varios exorcismos y esto es lo que he podido evidenciar: cuando un individuo que ha crecido en una familia donde se le han inculcado valores religiosos, decide  vincularse al satanismo, la magia negra, o alguna clase de hechicería, se genera un conflicto interno en su mente, una lucha entre dos polaridades del inconsciente, que hace que genere trastorno de identidad disociativo. El exorcista debe ser una persona que represente una figura de autoridad para el exorcizado, de esta manera se genera un psicodrama religioso en el cual el primero “conjura” los demonios del segundo. Para que esto sea posible se establece un acuerdo inconsciente en el cual ambos representan los papeles de los arquetipos del bien y del mal.

Otro caso es el de un fenómeno muy conocido en la Nueva Era, que se conoce como la “Llama Violeta”. Se trata de un fuego espiritual que se supone, consume las impurezas y los pecados del individuo. Muchas personas afirman que sus vidas se han trasformado con el uso de la llama violeta. Para explicar este fenómeno, quiero citar un envento que presencié hace algunos años. Una psicóloga fue invitada a la fundación de niños en la cual yo trabajaba. Muchos niños tenían problemas de agresividad e ira inconsciente. La psicóloga les pidió que se acostaran y por medio de una fantasía dirigida hizo que visualizaran una hoguera, luego, cada uno de ellos arrojaba en esa hoguera todo su odio o rencor acumulado. Los niños reportaron sentirse muy livianos después del ejercicio. El fuego es un arquetipo universal de purificación, y tanto en el ejercicio hecho por la psicóloga como en la llama violeta, el principio es el mismo: por medio de un fuego simbólico se “purifican” de los pensamientos o emociones de culpabilidad que los atormenta.

Esto mismo, aunque de forma diferente, sucede durante el ritual de la confesión católica. El hecho de sentirse culpable por los “pecados” cometidos hace que las personas caigan en situaciones de ansiedad, depresión o estrés. Al confesarse, sienten que toda esa carga desaparece y reportan sentirse como si se liberaran de una gran carga emocional. El punto es este: la culpabilidad es un pensamiento, y por medio de un símbolo (sea la llama violeta o el ritual de confesión) la mente procesa ese pensamiento y se libera de ella.

Un momento de terror
Lo que acabo de escribir puede sonar terrorífico para muchas personas. Saber que hemos estado viviendo una mentira es un golpe muy duro para el ego. Una iglesia o una enseñanza espiritual, muchas veces, es lo que le da seguridad y significado a nuestras vidas; en otras palabras, es una forma de dependencia. Escribo estas líneas con profundo amor para aquellos que están listos para dar el paso hacía la felicidad que es Dios. Y aquellos que no lo están, simplemente las leerán y las dejarán pasar de largo. Eso está bien, cada cual está en el sendero que necesita, de acuerdo a las necesidades psicológicas y al tipo de lecciones que necesita aprender.

Cuando renuncié a la creencia en la que había estado por años, sentía mucho miedo, me sentía muy solo. Realmente fue un paso muy difícil. Pero después de esa etapa entré en una paz inmensa, una paz que no dependía de nada externo a mí. Esa paz llegó cuando me di cuenta de que no tenía que buscar ningún otro sendero para llenar el vacío que había dejado el grupo al que pertenecía, ¡Ni siquiera tenía que buscar a Dios! Tu mente puede estar diciéndote que soy un hereje, pero es que yo descubrí que eso que llamamos Dios, es una Conciencia viviente que está presente en cualquier lugar y momento donde vayamos. No necesitamos buscarlo o luchar para llegar a Él. En verdad, no ha habido nunca un momento en que no seamos Dios. Lo único que nos ha “separado” de Él es un pensamiento basado en una mentira. Para mí fue un gran alivio cuando me di cuenta de que ya no necesitaba dedicar varias horas al día para invocar al cielo por sus bendiciones. El cielo es un estado de consciencia, y cuando nos hacemos conscientes de ese algo infinito que somos, las bendiciones está presentes en cada instante de nuestras vidas. No hay tiempo ni espacio que las pueda limitar jamás, entonces la vida se convierte en una bendición constante.

Cuando hablo en este escrito de las carencias psicológicas presentes en un seguidor de cultos nueva era o en un líder… ¡me incluyo también! Yo fui amabas cosas, y por supuesto que había muchas carencias en mi psicología que me llevaron a interpretar esos papeles.

En el momento en que aprendí a ser el observador de mi mente, me di cuenta de que no necesitaba “trabajar duro” para sanar mi psicología. La psiquis es la mente y tratar de arreglarla es tratar de seguir viviendo desde la mente, pero de una forma más funcional. Al observar la mente esta se transforma, porque ya no puede controlar nuestra vida y porque los patrones tóxicos son consumidos cuando nos damos cuenta de ellos. En el mero hecho de hacernos conscientes de nuestras programaciones y falsas creencias hay un poder transformador inmenso. Por lo tanto, descubrí que en vez de vivir luchando por sanar mi mente, debería hacerme consciente de lo que soy, que es Puro, Perfecto y Eterno.

Conclusión final
Por último, quiero aclarar que no quiero llegar a generalizar sobre todos los movimientos religiosos existente. Hay algunos casos de canales que, al parecer, se comunican con algo mucho más profundo y sagrado. Es como si algunos mensajes provinieran directamente del Ser del individuo, o incluso del maestro al que dicen canalizar, poseyendo un poder transformador tremendo en las personas que los estudian. Ejemplo de esto es Un Curso de Milagros, elCamino de Cristo o Conversaciones con Dios, (Puede que haya muchos más que desconozca) donde a través del mensaje no se busca controlar las vidas de las personas ni dominarlas, sino darles las herramientas para que puedan ser realmente libres. 


Quiero finalizar con esta frase:


“No se le puede convencer de nada a un creyente, porque su creencia no se basa en la evidencia, sino en una profunda necesidad de creer”



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