El Ser que eres no es un Ser individual separado de los
demás seres. El Ser que eres el Todo, el Absoluto, el Universo y más allá. La
individualidad es una ilusión que sólo se percibe cuando tenemos un cuerpo. Al
nacer, el cerebro va formando una identidad humana por medio de las diversas
impresiones que va recibiendo a lo largo de la vida. Esa identidad creada por
la mente –llamada ego- está hecha de las experiencias del pasado, y como el
pasado no existe ya que es tan solo un recuerdo, el ego no existe en realidad.
El ego sólo parece real cuando te identificas con él y vives
la vida basado en los traumas, recuerdos, nostalgias y rencores de ese ego.
Sólo en el ego existe la ilusión de “yo” y “tú”, ya que este se siente separado
de la totalidad de la vida.
El Ser que eres nunca ha nacido y nunca morirá, ya que es la
vida misma. El objetivo de tener un cuerpo es tomar consciencia de lo que eres
a través del cerebro y el cuerpo, a eso se llama despertar. Pero el Ser no
despierta cuando te das cuenta de él, este siempre está despierto, lo que
sucede es que ahora puede actuar libremente a través del cerebro y el cuerpo.
Entonces ¿qué es eso que llamamos fantasmas o espíritus del
más allá que se dice que sobreviven después de la muerte del cuerpo? Los
fantasmas son tan solo un recuerdo, la mente que sigue repitiendo los mismos
patrones después de que el cuerpo ha expirado. Si tienes anhelos de continuar
una vida después de la muerte o tienes esperanza en reencarnar para encontrarte
de nuevo con los seres que amas, es el ego mismo el que desea sobrevivir a la
muerte y regresar a la Tierra para seguir su existencia egoísta e ilusoria.
El Ser no reencarna, Él siempre permanece Eterno y puro, sin
mancharse con nada de lo que hagas o dejes de hacer. Digo que el Ser no reencarna
porque Él está en un nivel donde no es afectado por los ires y venires del ego
a través de los diferentes cuerpos. Desear seguir viviendo como tú (pedro, Juan
o Claudia) después de la muerte, es desear la inmortalidad del ego humano.
La Consciencia Universal es Una, aunque la mente en su
ignorancia la perciba como muchos seres.
La Consciencia Universal es un Océano infinito de pureza y tú eres una ola de
ese Océano, pero si lo miras bien, la ola es el océano mismo. Los seres
espirituales como Jesús, los Ángeles, etc. son olas del mismo océano, por lo
tanto, eres ellos mismos. Cuando se llega a esta comprensión –no como un
entendimiento intelectual- sino como una experiencia en Consciencia, te das
cuenta de que las oraciones y plegarias sobran porque al orar le estás pidiendo
algo a un Dios o un Ser externo a ti, y ¿Cómo puede haber un Ser externo a ti
si eres la Totalidad de Dios?
No estoy diciendo con esto que no debes orar, ya que sería
una forma de violentar tu proceso. Pero habrá un momento en que comprenderás
que no es necesario porque en el Ser infinito que eres está todo lo que
necesitas (amor, sabiduría, protección, etc.), cuando sabes esto sólo vives
para Ser.
Si la mente que está hecha de pasado y el resultado de la
mente que es el ego son una ilusión, lo único real es Dios, el Ser, la
Consciencia o como quieras llamarlo. ¿Cómo entonces escapas de la ilusión de
estar identificado con la mente y el ego? Esto sucede cuando empiezas a
observar tus pensamientos, tus reacciones, tus creencias. Al observar a la
mente y al ego puedes verlos como lo que son: una ilusión, un pensamiento y
estos ya no tienen la energía para controlarte. Pero lo más importante es que
al observar sin juzgar te das cuenta de que eres el Observador, una Consciencia
más allá de los límites de la mente y el ego. Ese observador es el Ser
Absoluto, es Dios mismo tomando consciencia de sí. Este es el despertar del que
tanto hablamos.
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