domingo, 14 de abril de 2013

Vivir en Consciencia


Es inevitable que por cierto tiempo, los recuerdos y emociones del pasado, continúen visitándonos en el presente. Lo importante es que cuando esto suceda tomemos consciencia de ellos y podamos observarlos y sentirlos claramente. Cuando hacemos esto, dichos pensamientos o emociones ya no tienen poder sobre nosotros. La clave está en observarlos sin juzgarlos como buenos o malos y sabiendo que no somos ese pensamiento o emoción, sino el observador imparcial, el Ser.

¿Pero qué sucede cuando “olvidamos” que somos el observador? Entonces esos pensamientos o emociones llegan y nos identificamos con ellos, pensamos que somos ese pensamiento y toman –por algún tiempo- el control de nuestras vidas. Pero incluso cuando tomamos consciencia de que esto ha sucedido, el observador se activa y gana terreno en nuestras vidas.

No es malo que estos pensamientos lleguen, el problema es que ocurra sin ser conscientes de ello. Traer el pasado al presente es nocivo la mayoría de las veces, aunque a veces es absolutamente necesario para poder explicar algo. Pero lo nocivo no es el pasado, sino el componente psicológico de dolor o ira que puede haber en el recuerdo. Eso no quiere decir que debemos reprimir esas emociones, de ningún modo, hay que dejarlas que salgan, pero siendo plenamente conscientes de ellas, siendo el observador.

La lección de todo esto es que debemos permanecer siempre alertas y vigilantes, observando cada emoción o pensamiento que entran en nuestro mundo para saber cuál es nuestro estado de ánimo actual. Al hacer esto no sólo somos conscientes de la emoción, y esta es consumida por el hecho de ser observada, sino que además somos conscientes del observador, que no es un Ser individual, sino el Ser de todo el Universo, la vida misma, la Totalidad de la Consciencia Infinita y eterna que llamamos Dios.

Una vida sin consciencia no vale la pena ser vivida. Cuando dejamos que nuestros pensamientos nos controlen, nos convertimos en títeres de los condicionamientos y programaciones de los que la mente ha sido objeto desde el nacimiento del cuerpo. Vivir conscientemente es estar despiertos para observar cada pensamiento, para ser conscientes de nuestra programación. De esta manera, esta ya no tendrá el control de nuestras vidas y seremos libres completamente, libres para vivir plenamente cada instante disfrutando de los maravillosos regalos que nos trae la vida.

1 comentario:

  1. Es de atender lo que es , ese estado en atender con palabras que el pensador que piensa no aleja de lo que llamamos vida, la vida es la mismidad actividad constante en esa percepción de instantes cambios, esa dichosa atención de estar latiendo en la bondad llamada a vivir su naturaleza enkarnada del amado nacido, sin buscar a un Dios que el esta sin problemas, ésas formas de palabras están moviendo las idealizaciones de los llamados tratados, que los representantes maestros y discipulado nos muestran caminos de dogmáticos,idealistas ilusorios sufrimientos.
    Vivir más rápidos que el, pensador que subscribe la vida en idealizaciones dolorosas...?
    El bebé es muy rápido por nacer con esa naturaleza del amado, su crecimiento es dado por la sutil manifestaciones, llamado a vivir tal belleza de nacer en este paraíso,nombrado mundo terrenal.
    Un instante, redactado en letras sin nada que aumentar, ni pensar, esa rapidez es percepción..

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