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El método científico.
La autoobservación. Porque las personas se vinculan a las sectas. Cómo enfrentar
la depresión. Qué es la fe.
El método científico
Después de muchos años de atiborrar mi mente de creencias y teorías
que nunca había comprobado -y la mayoría de ellas nunca comprobaría- me di
cuenta de que ese era un camino mental. Entonces encontré un concepto muy
interesante: el método científico. Dicho método es el camino que sigue la
ciencia para llegar a una conclusión objetiva. Funciona de manera muy sencilla:
en primer lugar tienes una duda, una pregunta de investigación, por ejemplo: “¿Cuál
es la causa del calentamiento global?”. Entonces planteas varias hipótesis,
posibles respuestas a tu pregunta:
·
Las emisiones de CO2,
·
El ciclo geológico de la Tierra,
·
La tala de los bosques y selvas.
Luego desarrollas instrumentos y métodos para probar las hipótesis,
al final puedes llegar a la conclusión de que la respuesta no era ninguna de
las tres; de que la respuesta tenía un
poco de cada una; de que efectivamente, era una de las hipótesis; o llegas a
una conclusión completamente nueva, inesperada.
Ahora, lo opuesto a la ciencia es tener de antemano una
conclusión, y luego ir hacia atrás para comprobarla. Esto es exactamente lo que
sucede con la mayoría de sectas y religiones, el líder te da la conclusión a
cualquier pregunta, entonces miras en retrospectiva y dices: “Oh, tiene mucho
sentido”. Eso es absurdo, y es una visión muy infantil de la vida. Pero al
mismo tiempo no requiere ningún esfuerzo y es mucho más fácil para una mente perezosa.
La ciencia y la religión se separaron cuando la iglesia
católica persiguió a los científicos. Pero no deberían estar separadas, ambas
tienen mucho en común, ambas buscan respuestas a los dilemas de la vida,
deberían ser una sola cosa. Y eso es lo que está sucediendo con la física cuántica,
es el encuentro mágico de la ciencia y la religión.
¿Por qué existen las
sectas religiosas?
Algo que he notado, es que algunos líderes sectarios, tiene desórdenes
mentales serios. Ellos no pueden encajar en el mundo –que también está loco
pero de otra manera- con su desorden, así que en su imaginación, crean un mundo
de fantasía en el cual ellos y su desorden encajan perfectamente. Y no sólo
encajan allí, sino que además lo controlan. Estos líderes carismáticos se
dedican a convencer a la gente de que su mundo de fantasía es real y hacen que
todos se pasen e vivir allí. Cuando logran esto, han lavado el cerebro de las
personas y las pueden controlar perfectamente sin que estas siquiera se den
cuenta. Pero el líder, en la mayoría de los casos, no hace esto conscientemente,
él es víctima también de sus propias heridas psicológicas y programaciones
religiosas, así que el mundo fantástico que crea responde a sus propias
necesidades, es un mundo que puede controlar, a diferencia del mundo real. Los seguidores
generalmente son personas con baja autoestima que necesitan pertenecer al algo
que crean importante para sentir que existen y son valiosos. De este modo se
crea una simbiosis perfecta entre el líder y sus seguidores. Él necesita de
ellos y ellos necesitan de alguien que les llene sus mentes de conocimiento.
Una de las características de los líderes sectarios es su
necesidad de aprobación y obediencia por parte de sus seguidores. Recuerdo a un
líder que un día amaneció con un dolor físico y enseguida dijo que era el
resultado de la falta de devoción y obediencia de sus seguidores hacía el
maestro. Enseguida estos empezaron a profesarle su adoración y el dolor
desapareció. Esto es un gran ejemplo de la enorme falta de autoestima de estos
líderes, la cual es compensada por medio del control sobre la secta y del
reconocimiento que esta les brinda.
Otra característica marcada es la necesidad del líder
sectario de enfocar la atención de su seguidores hacía afuera. Ellos enseñarán
que siempre hay demonios o fuerzas oscuras persiguiéndolos y buscándolos para
hacerles daño. Con esto hacen que los seguidores desarrollen un fuerte sentido
de pertenencia hacía la secta y un sentido de solidaridad hacía su líder, el
cual es –supuestamente- víctima de seres oscuros que siempre buscan destruirlo.
Esto lo hemos visto en líderes que tiene serios problemas mentales como el
presidente de Corea del Norte o el presidente Maduro de Venezuela. Este último,
busca distraer la atención de sus ciudadanos hacía una supuesta conspiración de
Colombia para matarlo o derrocarlo. Esto produce una solidaridad inmediata de
su gente, lo cual incluso les hace olvidar por un tiempo los graves problemas
sociales que hay en Venezuela. Pensar como grupo y creer que son una especie de
guerreros luchando contra un enemigo externo es algo que le da sentido a la
vida muchas personas, eso les hace sentir a sus egos que tienen una misión, que
son importantes, que van a salvar al mundo.
Volviendo al método científico, es una herramienta muy
valiosa, ya que de no ser por ella nuestros científicos crearían hipótesis y
las difundirían como si fueran ciertas sin haber llegado a su comprobación. El
problema de esto es cuando la mente del científico está condicionada y no busca
conocer la verdad sino comprobar su propia teoría. Un científico así adecuará
los instrumentos y métodos para demostrar lo que quiere demostrar. Sin embargo,
estas investigaciones suelen caer rápidamente por su propio peso.
Pues bien, decidí ver si la ciencia y la espiritualidad
podrían dejar ser enemigos, para ello llevé el método científico a mi vida. En
aquella época tenía una depresión crónica que había afectado toda mi vida,
había probado todos los rituales posibles y ninguno había resultado. Así que
decidido a comprobar la veracidad de una hipótesis, probé con la
autoobservación que encontré en el libro “El Poder del Ahora” de Eckhart Tolle.
El primer día el cambio fue total, en sólo cinco a siete días ya estaba curado.
Eso para mí fue ciencia espiritual. Pues bien, explicaré cómo funciona:
La ciencia de la autoobservación
La depresión es una enfermedad muy común hoy en día. La
mayoría de médicos y líderes religiosos recomiendan a las personas enfermas refugiarse
en Dios, en su iglesia, en sus rituales, en el deporte o en algún grupo donde
puedan sentirse apoyados. Esto funciona por cierto tiempo, pero la persona
termina volviéndose dependiente de estas cosas para sentirse bien. Lo que se
busca con estos medios es evadir la depresión, escapar de la sensación que no
es placentera refugiándose en algo más que le haga olvidar que se está
deprimido.
Por su parte, la autoobservación busca ir directamente a la
causa de la depresión. En vez de huir o refugiarse en algo para evitarla, se
enfoca toda la atención en lo que se está sintiendo, ubicando la emoción en el
cuerpo y centrando la atención allí. Al principio esto puede ser muy molesto,
pero a medida que uno persiste, va profundizando más y más en la emoción. Después
de algunos segundos o minutos la emoción desaparece y se entra en un estado de
paz y arrobamiento. En seguida se repite el proceso varias veces hasta que la
emoción –generalmente en unos días- deja de venir más a tu mundo. Pero no sólo
funcionó con la depresión, desde entonces lo he utilizado en casi todos los
aspectos de mi vida llegando a hacer de mí alguien libre de toda clase de miedos,
tristezas, y ansiedad. Los efectos son duraderos, ya que llevo casi dos años
experimentándolos.
Después de todos los años de búsqueda espiritual me
pregunté: “¿Por qué nunca nos enseñaron esto?”, “¿Por qué nos hacían repetir
rituales sin sentido para liberarnos de nuestros miedos y tristezas cuando lo
que necesitábamos para ser libres era entrar en ellos y llegar hasta la raíz
misma del miedo o de la tristeza?” Bueno, cualquiera que sea la razón,
necesitaba estar allí y vivir la experiencia de la dependencia y de la fe ciega
para despertar, así que estoy agradecido con la vida por haberme dado justo lo
que necesitaba.
Ahora, no digo que la autoobservación y vivir en Consciencia
sea la única realidad o la única manera de conocer la realidad objetiva. Pero
es lo que me ha funcionado en medio de cientos de métodos y técnicas que
utilicé desde los 13 años. Investigando en la historia, me di cuenta de que
muchos otros como Buda, Shankara, Ramana Maharshi, Santa Teresa de Ávila o
Eckhart Tolle también la habían practicado con muy buenos resultados. Pero definitivamente
es una práctica muy poco conocida en occidente, mientras que en oriente
solamente se ha difundido por medio del Vedanta Advaita y el Budismo Zen. Claro
que hay otras maneras para alcanzar la iluminación, incluso siento que otros lo
han hecho de forma más directa, con mucho menos rodeo. Pero yo no puedo enseñar
el método de otro, únicamente comparto lo que me funcionó. Esto no descarta
para nada otras perspectivas espirituales. Por ello debes cuestionar todo lo
que encuentras en este Blog hasta llegar a la respuesta a tu pregunta de
investigación. No temo nunca que cuestiones lo que digo aquí porque no necesito
que creas en mí, quiero que vivas tu experiencia y seas coherente con tu propio
Ser, eso es todo.
La verdad se
demuestra por sí sola
El objetivo de este Blog es crear un espacio donde pueda
compartir únicamente aquello que puede ser comprobado a través de la
experiencia. Me prometí a mí mismo no enseñar nunca algo que yo no haya vivido.
El método científico dice que si una conclusión es cierta, el experimento puede
ser replicado por cualquier persona que repita el mismo método en cualquier
parte del mundo. Por ello todo lo expuesto aquí puede ser replicado por
cualquier persona abierta sinceramente a ello. Esta persona puede pertenecer a
una religión o a ninguna, puede creer en el Ser o ser atea, eso no afecta el
resultado, por lo tanto no hay posibilidad de sugestión o auto hipnosis. Si observas
bien, los temas de este Blog siempre confluyen a la autoobservación y a la
respiración consciente: ejercicios que no necesitan de afiliación religiosa
para practicarlos y para que funcionen. Incluso muchos psicólogos y psiquiatras
ateos los están utilizando hoy en día con sus pacientes.
Al estar basado en ciertos autores, puedes observar que hay
un cierto condicionamiento en este Blog, pero este condicionamiento te lleva
siempre a investigar por ti mismo hasta que empiezas a vivir tu propia
experiencia y puedes liberarte del condicionamiento que te sirvió de base. Esto
es diferente a los sistemas de creencias donde eres programado para creer y
creer, y sólo vez al mundo desde los lentes de tu creencia cerrándote a
cualquier posibilidad de que la realidad sea otra cosa. Esa es la fe ciega que
conduce únicamente a quedar atrapado en la mente ¿Por qué es esto así? Porque en
esos sistemas de creencias las personas necesitan memorizar conocimientos y repetirlos
una y otra vez, lo cual es un proceso netamente mental.
Qué es la fe
Pues bien, con este articulo quiero motivar al lector a
dejar de ser un creyente ciego –inclusive de este Blog- y a cuestionar cuánto
de aquello en lo que cree realmente lo ha vivido, y cuánto ha aceptado
solamente porque una autoridad lo ha dictado así. Es aterrador para la mente cuestionar
las propias creencias que le dan sustento, y si sientes que no puedes, o no
debes, o no quieres cuestionar todo –incluyendo a lo que se dice en este Blog-
entonces este no es el lugar para ti, necesitas ir a algún otro sitio donde
llenen tu cabeza de teorías complejas y atractivas. No debería haber miedo en
el cuestionamiento, porque si algo es verdad, se demuestra por sí mismo. Pero
la mentira se derrumba ante el primer toque a ese castillo de naipes de dogmas
y teorías en los que la gente cree únicamente porque tienen una necesidad
enorme de creer en algo que le dé sentido y coherencia a su vida, y que además
lo haga sentir especial.
Cuando estaba en la escuela aprendí algo muy valioso de mi
maestro de filosofía, una frase de René Guenón: “Debes dudar de todo, excepto
de la duda”. Dudar es sano, tragar entero todo lo que nos dicen es inmaduro y
peligroso. Muchos pastores y líderes religiosos han aprendido a manipular la palabra
fe. Ellos dicen que Dios pide fe, fe en su iglesia, en sus creencias y en sus
dogmas, una fe ciega. Pero yo siento que la fe es otra cosa, la fe es una confianza
absoluta en Dios, en saber que el Universo está de parte nuestra, que la vida quiere
lo mejor para nosotros, que sólo debemos sintonizarnos con la vida y dejarnos
llevar por ella y todo estará bien. Eso, siento yo, es la fe.
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