Por
Jiddu Krishnamurti
“Se
requiere una Revolución fundamental, radical, porque todo se derrumba en torno
nuestro. A pesar de cierto orden aparente, asistimos a una cierta
descomposición, a un desmoronamiento; ola de destrucción que cabalga sobre la
vida.
“La
revolución que se necesita no puede basarse en una idea pues implicando una
continuación, dejaría de ser mudanza radical. La revolución fundada en una idea
es sangrienta y demoledora y provoca el caos.
“Esa
transformación no puede confiarse al tiempo, sino que es de ahora. Siendo el tiempo continuidad no
puede hallar lo eterno. La eternidad no es continuidad.
“La
verdad, pues, tiene que ser descubierta de nuevo, pero tal descubrimiento no se
produce por acumulación. ¿Cómo sería posible arrastrando el lastre de lo viejo?
Sólo soltando ese lastre se descubre lo
nuevo.
“La
verdad no se puede comprar, vender, ni repetir; es imposible encontrarla en los
libros: mora en la plenitud del amor, en el mensaje de todo cuanto alienta.
Donde hay amor hay transformación.
“Cuando
la mente no opone resistencia, cuando no enjuicia, ni resiste, ni elude, ni
censura, sino que permanece en actitud receptiva a lo que es se efectúa en nosotros una transformación. Experimentadlo, y os
daréis cuenta de que instantáneamente se produce la propia regeneración, una
cualidad de frescura.
“Cuando
la mente se halla en calma total, sin restricciones ni disciplinas; cuando no
busca soluciones, respuestas o estímulos, es capaz de percibir lo verdadero y
logramos la liberación”.
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