En un punto del camino espiritual necesitamos dioses y deidades para adorar. Luego, cuando penetramos en la esencia de todas las cosas –el eterno Vacío- los dioses y deidades se disuelven en el Océano de la Consciencia.
Cuando
consideramos que una Deidad es superior a nuestro Ser, estamos en la mente dualística,
porque estamos fragmentando a Dios y dividiéndolo en partes (unas más
importantes que otras). El mismo Dios habita en la Deidad, en el Buda, en el
ratón, en la flor y en ti. De hecho, tú mismo eres Dios -no una parte o un
fragmento- sino la Totalidad de Dios. Pero, como observas el Universo desde los
ojos de la mente que es limitada e ignorante, te ves a ti mismo como una
persona que está separada del todo y que está buscando a Dios. A esta
percepción ilusoria, los hindúes la llaman maya. Lo único que te separa de Dios
es el pensamiento de que estás separado.
Los
Budas, los dioses, los ángeles, etc. son hermosos símbolos creados por la mente
para acercarnos a lo Real. El milagro sucede cuando descubrimos que todos esos
Budas, ángeles y dioses habitan en nosotros y nosotros habitamos en ellos. Entonces
cesa toda dependencia a un Dios externo y descubrimos que el Universo es una
proyección de nuestra mente.
Nada
de esto que estoy diciendo puede ser descubierto de manera intelectual. Este conocimiento
llega de forma intuitiva en la medida en que nos convertimos en el Observador y
tomamos consciencia de la respiración, de nuestros pensamientos y emociones, o
de las maravillas del Universo; entonces, al convertirnos en el Observador, nos
liberamos de la identificación con la mente y el ego y somos libres para
vislumbrar –aunque sea por un segundo- la realidad.
Tranquilos,
este estado no llega de la noche a la mañana. La Autoobservación o Consciencia
Plena del momento presente es un arte, una habilidad, y como tal podemos
desarrollarla así como desarrollamos los músculos en el gimnasio. Cada pequeña
ganancia es una victoria. Incluso si en este día pudiste estar un segundo en el
Ahora, eso es una victoria grandísima para ti. Ya no volverás a ser el mismo,
ya sabes que hay un mundo real que no es afectado por los juicios de la mente.
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