Por
nadie
En
este día vamos a develar el misterio del alma. Tradicionalmente se entiende por
alma una entidad inmaterial con la capacidad de sentir y pensar, que habita
dentro del cuerpo, pero en otra dimensión. Las tradiciones religiosas
judeocristianas buscan la salvación del alma, la cual sólo estará a salvo en el
futuro cuando el individuo muera y vaya al cielo. En la Nueva Era, generalmente
se piensa que el alma reencarna muchas veces, y a través de un proceso de
perfeccionamiento, llega a convertirse en un ser espiritual o Maestro
Ascendido.
Psique y Eros |
Alma
y psique
En el psicoanálisis Psique se convierte
en la psiquis, que es un todo compuesto por el “ello”, el “yo” y el “superyó”.
El ello es la parte inconsciente del alma, donde habitan las pulsiones y
deseos. El superyó es su instancia moral, la cual juzga los deseos del
inconsciente. Y el yo es el mediador entre estas dos instancias, es la
personalidad.
De acuerdo a esto, el alma es un todo que incluye pensamientos, sentimientos, emociones, pulsiones, deseos, recuerdos, etc. El alma es lo que nos hace humanos. Es a través de ella que el Universo puede tomar Consciencia de sí mismo.
El alma
no está separada del cuerpo como indica el dualismo cartesiano, en realidad alma
y cuerpo son una unidad ya que la primera actúa a través del cerebro, el
sistema nervioso y todas las células del cuerpo. Cuando se produce una emoción
del alma, por ejemplo el amor, se generan cambios a nivel del cerebro, los
cuales forman impulsos químicos y eléctricos a lo largo del sistema nervioso.
Cuando esta información llega a las células, estas reaccionan en los órganos
haciendo que el corazón aumente su frecuencia, que las manos suden y las
pupilas se dilaten.
El
alma es un instrumento de la Consciencia
El alma no es el propósito final de la existencia. Es solamente un instrumento para que la Consciencia pueda expresarse a través de la especie humana. Si estudias los textos religiosos como la Biblia, te darás cuenta que en ellos se dice que alma puede pecar (Ezequiel 18:20-27) y sufrir (Mateo 26:38). En cambio lo que es inmortal, la Consciencia, no puede sufrir ni entrar en la dualidad del pecado. Todos esos estados son ilusorios, y la Consciencia Cósmica no puede ser afectada por ninguna ilusión.
Algunos
textos se refieren a la Consciencia como el Espíritu (con E mayúscula), el cual
se diferencia del alma en que es inmoral tal como lo relata el Bhagavad Gita capítulo
2, versos del 20 al 30:
El Espíritu nunca nace y nunca muere: es eterno. Nunca ha
nacido, está más allá del tiempo; del que ha pasado y el que ha de venir. No
muere cuando el cuerpo muere. Cuando un hombre reconoce el Espíritu como no
nacido, imperecedero, inmutable e indestructible, ¿cómo podría este hombre
matar o ser muerto? (…) Ningún arma puede herir al Espíritu, ni el fuego puede
quemarlo, ni el agua puede mojarlo, ni el viento puede arrastrarlo. Más allá
del poder del fuego, de la espada, del agua y del viento, el Espíritu es
eterno, inmutable, omnipresente, inamovible, y siempre uno. El Espíritu está
más allá del cambio y del pensamiento; los ojos mortales no pueden verlo.
Reconoce que el Espíritu es lo único que permanece y cesa de sollozar.
El
Universo se hace consciente a través de ti
Cuando hablamos de Consciencia Cósmica estamos insinuando que el Cosmos es una entidad viva consciente de sí misma. Pero esta entidad Cósmica aún está en proceso de hacerse consciente. Por ejemplo en la Tierra, la mayoría de las personas no están conscientes, y los animales o las rocas no poseen la misma capacidad que tienen los humanos de llegar a ser plenamente conscientes.
No
estamos diciendo que los animales son totalmente inconscientes. De hecho, hay
estudios que han demostrado que algunos animales como los mamíferos y las aves
muestran contenidos elaborados de conciencia. También es cierto que en simios, roedores,
delfines y palomas se ha observado la capacidad de evaluar el propio
conocimiento (metacognición), facultad que antes se creía que solo los humanos poseían.
Sin embargo, esas capacidades no alcanzan a abarcar el conjunto de las
competencias que se dan en los humanos.
Al
decir que el ser humano tiene una mayor capacidad de Consciencia que los
animales, no estoy apoyando la postura antropocentrista que dice que somos
superiores a ellos. De hecho, hay muchas cosas que, si las aprendiéramos de
nuestros hermanos del mundo animal o vegetal, nos llevarían a actuar de manera más
inteligente, siendo más cuidadosos con nuestro Planeta. Lo cierto es que el ser
humano posee unas estructuras nerviosas mucho más complejas que los animales,
las cuales permiten que podamos experimentar la Consciencia de una forma más
Plena.
El ego
El alma es un constructo mental usado
para referirse a la suma de pensamientos, emociones, deseos, etc. Cuando el ser
humano se identifica con esos pensamientos y emociones creyendo que son reales,
entonces crea un ego. Ego significa “yo”, y este “yo” es una proyección de la
mente, es la imagen que crea de sí misma, es la persona a través de la cual
interactuamos en la sociedad. En últimas, el ego es la ilusión que usamos para
movernos en este mundo. Pero el ego, al igual que el alma, no es el propósito
final de nuestra existencia.
El propósito de la existencia es que el Universo pueda ser Consciente de sí mismo a través de ti. Lo que evita que eso suceda es el hecho de que te has identificado plenamente con el alma y el ego. A mayor grado de identificación con el ego, mayor sentido de separación del Universo. Una persona egoísta, únicamente pensará en su bienestar personal, ya que al estar tan identificada con su ego, sólo piensa en defenderlo de todo y de todos.
El
deseo del alma de salvarse para habitar en el cielo eternamente o perfeccionarse
para convertirse en Maestro Ascendido, no es más que el anhelo de algo ilusorio
que quiere ser inmortal. Esta es la trampa en la que muchas personas han caído.
El verdadero Despertar requiere estar dispuesto a desidentificarse del alma/ego.
Pero son muy pocos los que quieren dar ese paso. Es por eso que el ego inventa
cielos imaginarios para guardar la esperanza de habitar en ellos.
El alma puede romperse
Una característica del alma, es que es sumamente frágil. Recuerda que antes dijimos que en el alma hay un conflicto entre el superyó y el inconsciente. Cada vez que el humano experimenta deseos sexuales, ira o envidia; el superyó aparece para juzgar y criticar con mucha severidad. Cuando la persona se siente juzgada por el superyó moral, empieza a experimentar el conflicto entre lo que piensa o siente y lo que la moral le dice que debería pensar o sentir. Entonces la persona, para defenderse de sus propios instintos empieza a reprimir en el inconsciente todo lo que siente y piensa.
Esta represión empieza a ocasionar que el alma se fragmente en muchos pedazos. A medida que el alma va rechazando sus propios pensamientos, sentimientos o deseos, se va rompiendo más y más. Como el individuo está identificado con el ego, sufre con las diferentes experiencias de la vida. Esto es a lo que se le denomina traumas. Un trauma por el abandono del padre, otro trauma por el rechazo de su primer amor, otro porque su mamá lo castigaba cada vez que hablaba, etc. Todo esto fue generando una especie de “huecos” o vacíos emocionales en el alma, y ella necesitaba llenarlos con algo. El alma puede tratar de llenar sus vacíos emocionales de muchas maneras: relaciones codependientes, apegos, drogas, etc. Pero fue través de la religión que el alma humana encontró una de las maneras más creativas para llenar esos vacíos.
Continua en: Religión,Misticismo y Nueva Era.
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