jueves, 18 de junio de 2020

Pensamiento positivo y Consciencia

Por Walter J Velásquez


La corriente del pensamiento positivo enseña a luchar contra los pensamientos denominados “negativos”, convirtiendo la mente en un gran campo de batalla. Cuando una persona trata de pensar únicamente en positivo, hace que los pensamientos y emociones “negativas” se repriman al inconsciente.

Los pensamientos son el resultado de la comunicación entre las neuronas llevada a cabo mediante señales eléctricas. Por otro lado, las emociones son estados de los sentimientos (como miedo, ira, excitación, amor u odio) que llegan acompañados de cambios corporales que afectan el tono muscular, la respiración, las secreciones hormonales, la presión sanguínea, etc. Es decir, que para que una emoción se manifieste en el cuerpo, este debe producir ciertas señales eléctricas y químicas. En conclusión, los pensamientos y las emociones son energía.

Según las leyes de la termodinámica, “la energía no puede ser creada o destruida”  Dicha ley también dice que “la energía puede cambiar de forma, y puede fluir de un lugar a otro”. Así que cuando se rechaza a los pensamientos y emociones negativos, estos fluyen al inconsciente donde continúan alimentándose de toda nuestra negación. Pero esta ley dice también que “la energía puede cambiar de forma”, es decir, que pensamientos y emociones “negativos” pueden ser transformados. La manera de hacerlo es por medio de la Consciencia plena, es decir, observar pensamientos y sentir emociones sin juzgarlos, aceptándolos plenamente.

Seng Tsan, quien según la tradición Zen, llegó a China en torno a la primera mitad del siglo VI al lado de Bodhidharma, enseñó que diferenciar los pensamientos como “buenos” y “malos”, estando a favor de unos y en contra de otros, en realidad genera mucha infelicidad. En una parte de su Poema de la Confianza en la Mente Pura dice lo siguiente:

El Gran Camino no es difícil para aquellos que no tienen preferencias. (…) Si quieres ver la verdad, no mantengas ninguna opinión a favor o en contra. La lucha entre lo que a uno le gusta y lo que le disgusta es la enfermedad de la mente.

La lucha “a favor y en contra” a la que se refiere Seng Tsan puede ser descrita usando la siguiente parábola: Imagina que hay una persona parada de pie en la playa, observando las olas que llegan a sus pies. Esta persona, en su mente, decide que ciertas olas son “buenas”, mientras que otras son “malas”. Entonces empieza a luchar para quedarse con las olas buenas y rechazar a las olas malas. Pero las olas buenas, que el hombre quiere conservar, así como llegan desaparecen dejando gran tristeza en él. Por otro lado las olas malas, siguen llegando una y otra vez a pesar de todos los esfuerzos que este hombre hace para rechazarlas. Puedes imaginar que este hombre debe ser sumamente desdichado. Todo se solucionaría si dejara de catalogar las olas como buenas o malas y las aceptara a todas por igual.

Esta parábola, que leí en un libro de Yubal Noah Harari, muestra de una manera gráfica el gran problema del pensamiento positivo. Las personas viven luchando diariamente por conservar los pensamientos positivos y rechazar los negativos. Lo que enseñó Gautama Buda hace miles de años es que evitemos catalogar los pensamientos y los observemos a todos de forma ecuánime, o como diría Seng Tsan, “sin mantener ninguna opinión a favor o en contra”.

Cuando logramos lo anterior, ocurren dos cosas: en primer lugar pasamos de estar identificados con la mente y su bullicio, a entrar en la dimensión del observador, es decir la Consciencia. En segundo lugar, sin quererlo ni buscarlo, la mente empieza a ser más calmada y tranquila, el bullicio baja su volumen. ¿Por qué sucede esto? Porque la lucha engendra lucha, la guerra engendra más guerra, pelear contra los pensamientos hace que estos quieran pelear contra nosotros. En cambio, la Consciencia transforma cualquier turbulencia en la más profunda paz.

 

Ver:La Consciencia, la dualidad optimismo/pesimismo y las claves para tener éxito

Consciencia y Abundancia


1 comentario:

  1. Quecmaravilla comprender que la observación conc6de los pensamientos sin juzgarlos es ma mejor manera de calmar y tranquilizar la mente. Convertirnos en observadores de nuestros pensamientos.

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