Desde hace algunas décadas se
viene escuchando voces tanto de profesionales de la salud como de
investigadores empíricos los cuales afirman con vehemencia que existe una
conexión entre los conflictos emocionales y las enfermedades. Puesto que este
Blog no postula dogmas, es importante investigar más afondo este tema para
llegar a una conclusión determinante. Sin embargo, podemos intuir que esta
conexión es posible dado que el ser humano es un todo en el cual la mente y el
cuerpo están relacionados de forma dinámica y complementaria.
Buscando en los Evangelios,
encontramos la siguiente historia en el capítulo 9 de Mateo:
“Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro
lado y vino a su ciudad. Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre
una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo,
hijo; tus pecados te son perdonados. Entonces algunos de los escribas decían
dentro de sí: Este blasfema. Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos,
dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? Porque, ¿qué es más
fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? Pues
para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para
perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu
cama, y vete a tu casa. Entonces él se levantó y se fue a su casa. Y la gente,
al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los
hombres”.
En esta historia bíblica
vemos la relación directa que se muestra entre la enfermedad y los estados
emocionales no resueltos. Para Jesús era muy sencillo decirle al paralitico:
“Levántate y anda”, pero él sabía que esto no solucionaría el problema
intrínseco, la causa profunda de la enfermedad que era el hecho de que este
hombre cargaba con la culpa por algo que había hecho en el pasado. Cuando Jesús
le dijo: “Tus pecados te son perdonados”, el hombre pudo liberarse a sí mismo
de la culpa, pudo perdonarse y volver a caminar.
De esta manera entendemos la
enfermedad como la somatización de un conflicto emocional no resuelto. Los conflictos
emocionales se dan cuando rechazamos una parte de nosotros mismos o negamos una
determinada emoción. El conflicto que ha sido reprimido en el inconsciente,
emerge en la forma de enfermedad buscando redención. Es como si la psiquis
enviara un mensaje al cuerpo de que algo anda mal allá adentro.
Una de las formas de
liberarnos de los conflictos emocionales es por medio de la autoobservación.
Cuando observamos los pensamientos y las emociones sin juzgarlos ni calificarlos,
el material inconsciente empieza a emerger para ser consumido por la Consciencia.
Al liberar la energía psíquica reprimida, la enfermedad debería desaparecer. Esto
ha sucedido numerosos casos clínicos en los cuales la resolución de un problema
psicológico ha estado relacionado con la curación de enfermedades físicas.
Quiero compartir contigo una
pequeña lista de las enfermedades más conocidas y de las lecciones que vienen a
enseñarnos. Es muy importante aclarar que esto apenas es una ciencia en
desarrollo, lo cual se evidencia en ciertas discrepancias como por ejemplo, que
los diferentes autores e investigadores no se ponen de acuerdo sobre qué
conflicto emocional causa qué enfermedad. Esto puede obedecer al hecho de que el
estudio de las causas psicológicas de las enfermedades todavía se encuentra en
pañales, o puede ser posible que cada individuo somatice sus conflictos de una
forma totalmente diferente. Pero es indudable la conexión entre los estados psicológicos
y las enfermedades, por ello lo médicos les recomiendan a los enfermos de
hipertensión arterial, por ejemplo, que aprendan a relajarse y a soltar sus
preocupaciones.
La siguiente lista no
pretende ser la última verdad, pero es un buen inicio para que cada uno empiece
a hacer la introspección necesaria para encontrar la conexión entre su
enfermedad actual –si es que la tiene- y sus conflictos emocionales.
Enfermedades del corazón. Está es una de las principales causas de muerte a
nivel mundial. Cuando el corazón empieza a fallar puede estarnos mostrando
nuestra incapacidad para escuchar la voz del corazón. Muchas veces se trata de
una advertencia de que hemos perdido el sentido de la vida y prestamos
demasiada importancia a la parte material: (dinero, éxito y poder).
Arritmia cardiaca: Este suele ser un signo de que nos hemos desconectado
de los ritmos naturales de la vida, del Gran Tao armónico que controla el
Universo.
Hipertensión Arterial: La causa de la hipertensión suele ser la ansiedad por
cumplir nuestras expectativas ante la vida o por querer controlar el entorno y
a los demás. También se ve en las personas que tienen dificultades para
relajarse y tomar las cosas con calma.
Cáncer: Con el
cáncer las células dejan de funcionar de forma armoniosa y empiezan a crecer en
discordia con el resto del organismo formando un tumor. Las células reaccionan
así cuando por mucho tiempo han sido bombardeadas con emociones de odio
profundo hacia Dios, hacia los padres, hacia uno mismo, hacia la vida o hacia
los demás.
Artritis: Esta
enfermedad se genera por la rigidez de la persona misma, así como por
sentimientos de ira, amargura y por sentirse atado y reprimido. La dificultad
para adaptarse y ser flexible mentalmente así como la falta de confianza y una
actitud intransigente ante la vida también pueden detonar la artritis.
Gripe: Esta
enfermedad viral se inicia debido a la creencia de que somos débiles e
indefensos o víctimas de una fuerza externa debido a un estado bajo de ánimo.
El flujo nasal también representa nuestra necesidad de liberar y eliminar
emociones y sentimientos guardados por mucho tiempo.
Gastritis: Se produce
cuando nos tragamos nuestro enojo y no expresamos los sentimientos de ira hacia
los demás. Sin embargo, al expresar estos sentimientos también podemos causar
mucho daño al otro y al mismo tiempo fortalecer la ira en nosotros. Una forma
sana de liberar la emoción es tomando consciencia de ella tal como hemos
explicado a lo largo de este libro.
Problemas de rodillas: Dolores o accidentes en esta parte del cuerpo suelen
representar nuestra falta de humildad, rigidez mental, toda resistencia a
avanzar, conflicto con la autoridad, así como la arrogancia, obstinación y
resistencia que hace que avancemos con sufrimiento.
Enfermedades de la Garganta: Estos suelen aparecer cuando no decimos lo que de veras
queremos decir, cuando hay una situación frustrante que no queremos tragarnos o
cuando somos muy dados a la crítica de los demás.
Quistes, tumores, cálculos: Generalmente se relacionan con pautas y actitudes
mentales acumuladas por largo tiempo, esquemas mentales fijos que no queremos
reconocer y romper.
Prostatitis: Viene del sentido de creerse incapaz de lograr cosas.
Se da habitualmente en los hombres mayores que después de jubilarse acostumbran
a considerarse inútiles, ineficaces e incapaces de ser íntegros.
Obesidad: Cuando la
persona se siente vacía interiormente por falta de amor recurre al exceso de
comida para compensarlo. En otros casos la obesidad se puede dar por el intento
de protegerse de alguien o algo, por un rechazo a la propia sexualidad o una
sensación de estar vacío de propósito.
Esta enfermedad, muchas veces aparece después de tener un shock
emocional o pérdida de un ser querido.
Problemas respiratorios: Representan Temores (cuando es por alergia). También se
dan como resultado de la resistencia a dar, compartir, a entregar, por el
aferramiento a uno mismo y resistencia a soltarse, a fluir.
Problemas visuales y Ceguera: Todo problema visual indica la incapacidad de ver la
vida de manera objetiva.
Problemas auditivos: Se presentan cuando no queremos obedecer la voz interna
de nuestro Ser.
Accidentes: Expresan
una necesidad imperiosa de replantearse el camino que seguimos hasta ahora. Un
choque con otro auto o con un obstáculo es un mensaje del Universo que dice que
debemos hacer un alto en el camino. Las fracturas en los huesos son un símbolo
de los esquemas rígidos que llevamos y que deben romperse.
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