Atracción y rechazo
Pintura de Miguel Ángel, retocada por el "Pinta calzones" |
Daniel da Volterra, mejor
conocido como el “pinta calzones” (Braghettone),
tuvo la tarea de pintar “paños de pureza” sobre los desnudos de Miguel Ángel en
la Capilla Sixtina. Cuando Miguel Ángel Buonarroti terminó su obra, se armó un escándalo
en Europa por las figuras de hombres y mujeres desnudos que este artista pintó
en el mismo epicentro de la religión cristiana. Muchos obispos alegaron que su
obra correspondía más a un prostíbulo que a una capilla. Así que allí entró en
acción nuestro amigo, el “pinta calzones”.
Este capítulo de la historia que
puede parecer jocoso hoy en día, nos deja ver el repudio de la religión por la
desnudez y la sexualidad. Desde niños se nos prohíbe “tocar” nuestras partes íntimas
y se nos dice que el “fuego del infierno” nos alcanzará si decidimos jugar con
ellas.
Pero esta historia empieza mucho
antes con Augustinus Aurelius, mejor conocido como San Agustín de Hipona (354-430 D.C.). Antes de ser un santo, Agustín se dedicó a la filosofía y a
los diversos placeres del mundo –como el sexo y el vino. Su madre, devota
católica, vivía angustiada por la suerte de su hijo y oraba por su conversión.
Agustín era lo que podíamos llamar un hedonista, persona que vive para el goce
de los sentidos.
Después de su conversión, Agustín
se convierte en el más grande expositor de la doctrina anti-sexo de la iglesia
católica, caracterizada por el horror a la carne. ¿Era San Agustín un hedonista
reprimido? Esto tiene mucho sentido ya que muchas veces terminamos odiando lo
que llevamos por dentro. Puede que Agustín haya aprendido a controlar el sexo
al punto de volverse célibe, pero su odio a la sexualidad demuestra que nunca la
trascendió sino que esta siguió mortificándolo desde su inconsciente. Para
defenderse de sus propios deseos se convirtió en el adalid de la castidad. Otros
mucho más extremistas, como Orígenes de Alejandría, optaron por la castración
para evitar definitivamente la posibilidad de ser tentados por la carne. La
sexualidad reprimida dentro del catolicismo es el principal combustible del
abuso sexual a menores en el seno de la iglesia. Cuando reprimimos algo en
realidad le estamos dando poder.
Creo que si el sexo fuera maligno
el Universo no nos hubiera dotado de órganos sexuales cargados de terminaciones
nerviosas que tienen como finalidad potenciar el disfrute del mismo. Pero la
doctrina anti-sexo ha hecho de la sexualidad un tabú tal, que la desnudez
termina siendo duramente castigada. ¿Nacemos rechazando la desnudez? ¿O eso forma
parte de la programación cultural y religiosa que impregna nuestra mente desde pequeños?
Alguna vez alguien me escribió
diciendo que la desnudes era algo muy malo, y eso quedaba demostrado
indirectamente en el hecho de que en las apariciones de ángeles y “maestros
ascendidos” estos siempre aparecían con ropa. La pregunta es ¿aparecen
realmente los ángeles y los maestros? ¿O son símbolos creados por nuestro Ser
para comunicarnos un mensaje interior? ¿Su vestimenta y apariencia son reales?
¿O es una proyección de nuestras propias expectativas y tabús?
Ahora, no promuevo la desnudez
como la forma más cómoda de andar por la calle. De hecho la ropa es una
magnifica protección contra el calor o el frio. Tampoco creo que tener sexo
como cabritos con todo el que podamos nos ayude en nuestro Despertar, de hecho
el sexo como adicción es tan dañino como el anti-sexo como doctrina. Lo que
quiero comunicar es que cualquier posición de atracción o rechazo hacía algo
viene desde el núcleo mismo del ego. La atracción hace que nos volvamos adictos
a algo, y el rechazo hace que odiemos algo. Tanto la adicción al sexo como su
rechazo son dos caras de la misma moneda.
Conozco a muchos buscadores
espirituales y estoy seguro que a una buena parte de ellos les aterraría, por ejemplo,
la idea de ir el fin de semana a una playa nudista. ¿Qué es lo que en verdad
les aterra? ¿No será un miedo a sus propias pasiones reprimidas? Ir a una playa
nudista no te hace más o menos despierto. Pero cuando existe rechazo violento
ante la idea, quiere decir que todavía te controlan tus “demonios”
inconscientes. El Ser está por encima de atracción o rechazo, ir o no ir a la
playa es igual para Él. Cuando hay atracción (apego a ir) o rechazo (miedo u
horror de asistir), entonces estás operando a nivel del ego.
El camino medio sería la Atención
Plena, es decir, observar nuestros pensamientos y comportamientos sexuales con
total imparcialidad, libres de atracción o rechazo. Cuando observamos algo con
la actitud del Testigo que es libre de las etiquetas del bien y el mal, podemos
comprender y trascender el contenido de la mente y el ego. Cuando te liberas
del miedo al sexo este deja de controlarte en gran parte. Los deseos seguirán ahí, con mucha menos fuerza que
antes, pero entonces podrás observarlos sin sentimientos de culpa y pecado.
Cuando aceptamos la sexualidad y tomamos consciencia plena de ella, esta pierde
la capacidad de controlar nuestras vidas.
"La creación de Adán", Miguel Ángel. |
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