Más allá de fijar una posición política
sobre lo que está ocurriendo en Venezuela, quiero aprovechar para hablar de una
estrategia del ego que se está viendo claramente allí. En Venezuela hay un
gobierno de izquierda el cual restringe muchos derechos civiles de sus
ciudadanos, sin embargo hay que acotar que la calidad del sistema de salud así
como el acceso a la educación y a la vivienda es un ejemplo para la región. Los
políticos tradicionales de Venezuela hastiaron al pueblo con su corrupción,
esto llevó a la gente a buscar una opción distinta como el movimiento bolivariano.
Reconociendo las muchas cosas positivas que tiene este movimiento, es posible
que termine llevando a Venezuela a una situación económicamente insostenible a
largo plazo. Además es necesario tener en cuenta las reiteradas violaciones a
los derechos humanos que se impulsan desde allí.
Más allá de esto quiero hablar de
cómo Leopoldo López, líder de la oposición, se entregó a las autoridades del
gobierno en la plaza pública, donde millones pudieran verlo y solidarizarse de
él. Ahora Leopoldo es un mártir y por ello se está ganando la simpatía de
muchas personas alrededor del mundo. El mártir, o la víctima, es otra
estrategia del ego para ganarse el favor y la simpatía de los demás. Recordemos
que también el ex presidente Hugo Chávez estuvo en la cárcel, lo cual hizo que
el pueblo lo percibiera como un mártir al cual había que apoyar. En Venezuela,
ir a la cárcel, es una buena forma de escalar posiciones políticas.
Por su parte el presidente
Nicolás Maduro, dice que las protestas que hay en su país no tienen nada que
ver con su gestión al frente del gobierno. Él dice que todo es culpa de fuerzas
oscuras (paramilitares y políticos colombianos, gobierno norteamericano, etc..
etc…) que quieren sembrar el caos en su nación. Para él es más sencillo responsabilizar
a otros en vez de mirar la viga en su propio ojo para saber en qué puede estar
fallando.
Eso que vemos en Venezuela lo
vemos en la vida cotidiana, cuando nuestro ego trata de hacerle ver a los demás
que somos víctimas, mártires sufrientes que damos todo por los demás (hijos,
padres, comunidad, etc.) ¿Han escuchado a una madre decir lo siguiente? “Tanto
que me he sacrificado por mis hijos y mira cómo me pagan”. El ego siempre está
buscando reconocimiento y control sobre los demás, para lograr esto, una muy
buena estrategia es hacerse la víctima.
En los grupos religiosos también
podemos ver claramente la estrategia de la víctima. Si el líder sectario
aparece con una grave enfermedad, no puede asumir su responsabilidad por ella,
es más fácil decirle a sus seguidores que está cargando con los “pecados” o el “karma”
de sus seguidores. La líder de un grupo en cual estuve se divorció de su
marido, la explicación perfecta para sus seguidores es que estaba cargando
(junto con su ex esposo) el karma de Adán. Ella no estaba dispuesta a ver que, cuando un matrimonio se acaba, hay responsabilidad de parte y parte.
El ego no desea asumir la responsabilidad
por su vida. Siempre es más fácil y seguro para él poner la carga sobre los
hombros de los demás. Esto no solo hace que estos se sientan culpables, sino
que además sienten simpatía con el “mártir” que “sufre” por ellos. El Swami
Vivekananda tenía una opinión sobre esto:
“Cada uno es responsable de lo que le sucede
y tiene el poder de decidir lo que quiere ser. Lo que eres hoy es el resultado
de tus decisiones y elecciones en el pasado. Lo que seas mañana será
consecuencia de tus actos de hoy.”
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