No es sano expresar sentimientos o gustos personales como si fueran verdades universales. Creer que si algo nos gusta o nos molesta le debe gustar o molestar a todas las personas, proviene de la idea inconsciente de que nuestro ego es el centro del Universo y todo gira a su alrededor. Muchas personas se sienten cohibidas de decir lo que sienten después de escuchar a otro expresar una supuesta verdad universal. Supongamos que alguien está en una reunión y dice: –“El divorcio es una experiencia horrible”. Alguien puede escuchar y pensar lo siguiente: –“Mi divorcio fue una experiencia muy tranquila. Pero no diré nada para no contradecir”. Entonces lo adecuado sería decir: –“Para mí, el divorcio es una experiencia horrible”, de esta manera dejamos abierta la posibilidad de recibir otras opiniones.
Práctica: El día de hoy estaré atento para darme cuando exprese declaraciones universales, y en lugar de ello abriré mis opiniones con palabras como: “Pienso que...”, “Creo que…”, “Desde mi punto de vista…”, “Según mi experiencia…”, etc.
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