miércoles, 30 de octubre de 2024

Sanar las emociones

 


Las emociones son energía en forma de hormonas y neurotransmisores que se mueven por nuestro cuerpo para permitirnos responder a las diferentes situaciones de la vida. Todas las emociones, sin excepción, son necesarias para nuestra supervivencia. Así como el amor nos impulsa a procurar el bienestar de un ser querido, el miedo nos lleva a huir del peligro. De la misma manera, la confianza nos permite descansar plácidamente, y la ira nos ayuda a establecer límites ante aquellos que intentan abusar de nosotros.

Algunas emociones son agradables y otras no. La sociedad ha decidido que las emociones menos agradables son “malas” o “negativas”, por lo que, cuando aparecen, a menudo son rechazadas. Una emoción reprimida, negada o rechazada durante mucho tiempo es como un río que se obstruye con troncos. Esta energía estancada tiende a concentrarse en ciertas áreas del cuerpo, produciendo enfermedades. Cuando el río rompe la obstrucción, causa inundaciones; de la misma manera, una emoción reprimida que se desborda genera inestabilidad en el individuo.

Las 7 etapas del rechazo

Existen siete etapas mediante las cuales rechazamos las emociones:

Etapa 1. Prejuicio: Mantener una idea negativa hacia una emoción determinada.

Ejemplo: “El enojo es una emoción negativa”.

 

Etapa 2. Aversión: Sentir un fuerte rechazo o repudio hacia la emoción presente.

Ejemplo: “No quiero sentir esta emoción”.


Etapa 3. Culpabilización: Culpar a otros por la emoción que estamos sintiendo.

Ejemplo: “Estoy enojada por culpa de mi hijo”.

 

Etapa 4. Evitación: Sentir el deseo intenso de evitar o evadir la emoción.

Ejemplo: “Haré de cuenta que no siento nada”.

 

Etapa 5. Superioridad: Tener la sensación de ser invulnerable a ciertas emociones.

Ejemplo: “No me interesa sentir estas cosas”.

 

Etapa 6. Estancamiento: Cuando rechazamos una emoción por mucho tiempo, su energía se estanca en una zona específica del organismo.

Ejemplo: “Siento un nudo en la garganta”.

 

Etapa 7. Control: Al tratar de controlar la emoción, esta se reprime temporalmente hasta que estalla o se somatiza como una enfermedad emocional o física.

Ejemplo: “Tengo gastritis y no sé por qué”.


Los 7 Portales

Existen siete cualidades que nos permiten contrarrestar las siete etapas del rechazo e integrar nuestras emociones. Sus nombres son: Ecuanimidad, Aceptación, Responsabilidad, Amor, Gratitud, Fluir Y Entrega. Puesto que cada una de estas cualidades es un portal que nos permite entrar en el Presente, las llamaremos los 7 Portales.

1.   Ecuanimidad. Se trata de percibir a nuestras emociones de forma objetiva, sin etiquetarlas como “buenas” o “malas”.

 

2.   Aceptación. Significa aceptar y acoger cualquier emoción (agradable o desagradable) que aparezca en el momento presente.

3.   Responsabilidad. Implica reconocer que la manera como reaccionamos no depende de los demás sino de nosotros mismos.

4.   Amor. Consiste en sentir plenamente cualquier emoción o sentimiento que se presente en nuestro organismo.

5.   Gratitud. Esta actitud nos ayuda a evaluar las emociones en su aspecto más favorable, es decir, hallar los beneficios de las emociones –incluso las desagradables.

6.    Fluir. Como su nombre lo indica, se trata de permitir que las emociones fluyan por el cuerpo sin bloquearlas ni obstaculizar su camino.

7.    Entrega. Confiar en la capacidad del organismo para regularse a sí mismo, y equilibrar las emociones sin la interferencia de la mente.


 El Ciclo de la Integración

Además de ayudarnos a vivir de una manera más Consciente, los 7 Portales nos muestran las siete etapas que podemos seguir para integrar y sanar las emociones bloqueadas o desbordadas. Cuando aparezca una emoción desagradable haz lo siguiente:




Etapa 1: Ecuanimidad. Date cuenta en qué parte exacta de tu cuerpo está la emoción y permítete sentirla sin etiquetarla como “buena” o “mala”. P. ej. “Siento una opresión en mi pecho”, “Siento un nudo en la garganta”, etc.

Etapa 2: Aceptación. Dale la bienvenida a esa emoción, permítele estar en tu cuerpo sin ofrecer ninguna resistencia a ella y sin buscar cambiarla o modificarla.

Etapa 3: Responsabilidad. En vez de buscar quién o qué tiene la culpa de que estés sintiendo esa emoción, asume que es tuya y de nadie más.

Etapa 4: Amor. Quédate con la emoción por desagradable que sea, acógela, abrázala, hazte uno con ella. Respira profundamente al abdomen a medida que te permites sentir la emoción para entrar en contacto con ella de una forma profunda.

Etapa 5: Gratitud. Busca el mensaje que la emoción quiere darte y agradécele por ello. P. ej. “Agradezco a la ansiedad por recordarme que debo estar en el presente”, “Agradezco al enojo por recordarme que debo fijar límites a los demás”.

Etapa 6: Fluir. Cuando la emoción regrese fluye con ella, es decir, deja que se mueva por tu cuerpo sin que tu mente intervenga.

Etapa 7: Entrega. Suelta toda necesidad de control y deja que tu organismo autorregule las emociones por sí mismo.

 




Al observar y sentir las emociones sin juzgarlas, desarrollamos una percepción más clara de nosotros mismos. Al aceptar y permitir el flujo natural de las emociones sin controlarlas ni reprimirlas, los niveles de estrés y ansiedad disminuyen, lo que fomenta respuestas más calmadas y conscientes ante situaciones difíciles, y reduce síntomas físicos como la tensión muscular o los problemas digestivos.

La energía emocional que se bloquea en el cuerpo puede generar dolencias físicas a largo plazo. Al liberar esta energía y permitir que las emociones fluyan naturalmente, se pueden aliviar síntomas como el dolor crónico y la tensión muscular.

Aceptar y experimentar gratitud por todas las emociones, incluso las desagradables, fomenta un sentido de propósito, pues cada experiencia emocional se convierte en una oportunidad para el aprendizaje y el crecimiento personal, llevando a una vida más consciente, plena y equilibrada.


 




lunes, 28 de octubre de 2024

Lección 20: Cuidaré mi lenguaje corporal

El agua toma la forma del recipiente en el que se vierte, o como dirían los maestros Zen, el envase le da forma el contenido. Al igual que una sonrisa tiene impacto sobre nuestras emociones, la postura corporal influye en nuestro estado de ánimo. No en vano los grandes maestros Zen enseñan a meditar con la espalda erguida y la mirada al frente. Dicha postura hace que nos mantengamos alertas y atentos durante la práctica. Cuando adoptamos posturas expansivas y abiertas el cerebro eleva los niveles de testosterona y reduce el cortisol, haciendo que sintamos mayor seguridad, optimismo y confianza en nosotros mismos.

Práctica: El día de hoy estaré atento a mi cuerpo y adoptaré posturas expansivas: mantendré la cabeza alta, levantaré la barbilla, tendré la espalda erguida, el pecho abierto, los hombros atrás. Tomaré consciencia de cómo me siento al hacer esto.

Meditación de escaneo corporal

lunes, 21 de octubre de 2024

Lección 19: Sonreiré al mundo

Una sonrisa sincera transmite calidez, confianza y amabilidad. Mantener la sonrisa durante al menos dos minutos, aunque no tengamos ganas de reír, hace que se generen cambios fisiológicos y psicológicos importantes. Al hacerlo, el cerebro recibe la información de que estamos felices y empieza a liberar sustancias químicas como la dopamina que nos hace sentir aún más felices y la serotonina la cual reduce el estrés al tiempo que fortalece nuestro sistema inmunológico y calma el dolor.

Práctica: El día de hoy sonreiré a las personas con las que me encuentras en la calle, a mis compañeros de labor, a mis jefes, a mis subalternos, a mis familiares y me daré cuenta de cómo me siento al hacerlo.

Meditación en la sensación de vida:

martes, 15 de octubre de 2024

Lección 18: Me libero de la tiranía de los deberías

Cuando decimos “tengo que hacer esto” o “debo hacer aquello”, estamos actuando desde “los deberías” programados por la sociedad. Para saber si lo que vamos a hacer está alineado con nuestro propósito podemos cambiar el “tengo que…” o el “debo…” por el “quiero…”. Cuando dices “quiero”, en lugar de “debo” o “tengo que”, pueden suceder dos cosas: la primera es que ya no veas ese imperativo como una carga o algo ajeno a tu ser. “Quiero estudiar” es mucho más empoderador y energizante que “tengo que estudiar” ya que el “quiero” te conecta con tu fuente de motivación interna y aumenta tu nivel de compromiso. La segunda cosa que puede suceder es que al decir “quiero” te des cuenta de que este suena falso y descubres que estás haciendo algo que no está alineado con tu propósito vital. Por ejemplo, si dices “quiero ser bailarín”, puede que surja la duda –“¿Realmente quiero? ¡No! No quiero”.

Práctica. El día de hoy estaré alerta para darme cuenta del momento en que diga “tengo que…” o “debo…” y lo cambiaré por “quiero”. Así sabré si eso procede de mí Ser o es una programación social.

Meditación Vipassana:


lunes, 7 de octubre de 2024

Lección 17: Dejaré fluir mis emociones

¡Fluye con tus emociones! No trates de controlarlas o modificarlas, simplemente deja que sigan su curso, no intervengas. La mayoría de las personas no fluyen con las emociones porque no quieren sentir dolor, así que bloquean aquellas que les resultan desagradables y se aferran a las que les parecen agradables. Esto interrumpe el flujo de la energía y genera sufrimiento innecesario.

Práctica. El día de hoy fluiré con mis emociones, incluyendo aquellas que me resulten dolorosas o incomodas. Dejaré que las emociones lleguen y las dejaré partir mientras me hago consciente de ellas.

Meditación para dar color a mis emociones

martes, 1 de octubre de 2024

Lección 16: Saboreo la existencia

¿Te ha pasado alguna vez que te invitaron a comer y al terminar te diste cuenta de que no habías disfrutado suficientemente los sabores? Esto pasa todo el tiempo. Al comer, muchas personas lo hacen pensando en miles de cosas con lo cual se desconectan de la experiencia sensorial que brinda el alimento. También sucede que muchas personas comen demasiado rápido, con lo cual no alcanzan a masticar bien los alimentos haciendo que la sensación de llenura se demore más en aparecer, lo cual genera que coman más de lo que realmente necesitan. Podemos utilizar el sentido del gusto para entregarnos plenamente al Aquí y Ahora. El órgano principal involucrado en la percepción del sabor es la lengua, la cual está cubierta de papilas gustativas que contienen los receptores sensoriales para la detección de los cuatro sabores básicos (ácido, amargo, salado y dulce). Saborea el mundo, entrégate a la vida a través de tu boca.

Práctica: El día de hoy observaré mi alimento antes de comerlo, daré gracias por él, y masticaré despacio cada cucharada sintiendo las texturas y los sabores.

 Meditación en el sentido del gusto