Por Walter J Velásquez
Sexo y género
El
sexo se refiere básicamente a las características físicas con las que nace un
individuo (pene o vagina). En cambio, el género implica los roles y
comportamientos que se consideran apropiados para una persona según su sexo
biológico. En la mayoría de culturas la idea del género está limitada a las categorías
binarias de hombre y mujer. Pero es importante entender que hay
expresiones no binarias de género.
Existen
personas cuya identidad de género no corresponde con su sexo biológico. El ser
humano es tan diverso, que son muchas las maneras de sentir y exteriorizar la
sexualidad. En un intento por dar a conocer la diversidad sexual se han creado
una serie categorías entre las que podemos citar: gay, lesbiana, bisexual, transexual,
intersexual, queer, pansexual, poliamoroso, etc. Personalmente creo que las
etiquetas limitan a las personas. En vez de etiquetar podríamos entender
simplemente que se trata de seres humanos que se sienten atraídos por otros
seres humanos.
¿Es normal la homosexualidad?
La
palabra “normal” es muy problemática ya que lo que se define como “normal” es
aquello que es aceptado por una sociedad. Así que preguntar si es normal la
homosexualidad, es equivocado. Toda pregunta errónea conduce siempre a una
respuesta errónea.
Hablar
de normalidad es hablar de las convenciones socialmente aceptadas. Por ejemplo,
en la Alemania Nazi era normal matar judíos, en ciertas culturas era normal
cortar el clítoris de las niñas, y eso no quiere decir que fuera lo correcto. Lo
“normal” es lo que es aceptado por las autoridades políticas, religiosas y
militares que controlan un territorio. Así que podemos cambiar la pregunta a:
¿Es natural la homosexualidad?
Según el diccionario de la
Real Academia de la Lengua Española, lo natural es aquello que está:
“Tal como se halla en la naturaleza, o que no tiene mezcla o elaboración.”
De acuerdo a esto podemos
entender como natural algo que se da de manera espontánea, sin la intervención artificial
del hombre.
Cuando
observamos a la mayoría de las personas homosexuales nos damos cuenta de que su
identidad sexual se manifiesta de forma espontánea, muchas veces desde la más
temprana edad. De acuerdo a la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) y a
la Asociación Estadounidense de Psicología (APA):
La orientación sexual abarca una combinación compleja de
factores biológicos, psicológicos y ambientales. Además, los científicos creen
que los genes de una persona y los factores hormonales innatos desempeñan un
papel importante. La mayoría de los expertos médicos creen que, en general, la
orientación sexual no es algo que una persona escoge voluntariamente. En
cambio, se trata de un aspecto innato de quién es una persona.[1]
Así
que mienten quienes dicen que la homosexualidad es un producto artificial de
nuestra cultura y que son los jóvenes quienes deciden “volverse” homosexuales
debido a una moda. La homosexualidad ha existido siempre, en todas las épocas y
culturas. Si parece que antes había menos personas homosexuales, es porque durante
siglos estos individuos se han reprimido debido a la persecución en su contra.
Incluso muchos de ellos han llegado a casarse y tener hijos con personas de
sexo opuesto, únicamente con el fin de ser aceptados por la sociedad.
Algunas
personas señalan que la homosexualidad no es natural porque en la naturaleza solo
hay machos y hembras y supuestamente los animales se comportan de acuerdo a su
sexo. Eso no es cierto, la homosexualidad y bisexualidad aparecen en los
animales mucho más de lo que la gente imagina. En una investigación de la
Universidad de California se encontraron comportamientos homosexuales en todas
las especies analizadas: el bisonte americano, el bonobo, delfines, elefantes,
hienas, jirafas, leones, ovejas, perros, patos, cisnes, pingüinos, gaviotas,
ibis, buitres, palomas, lagartijas, insectos, arácnidos, moscas, libélulas y
chinches. Además, también es importante resaltar que en la naturaleza existen
una gran variedad de animales hermafroditas, es decir que tienen órganos reproductivos
femeninos y masculinos como la estrella de mar, los caracoles, las
lombrices, etc.
En
conclusión, la homosexualidad y cualquier otra manera de sentir y expresar la
sexualidad es natural cuando se manifiesta de forma espontánea. En ese sentido,
lo que no es natural son los tratamiento y las terapias de conversión para
“curar la homosexualidad”. No hay nada que curar, la verdadera enfermedad es la
homofobia y la incapacidad para aceptar las diferencias.
La homofobia en la Biblia
Libros antiguos como la
Biblia formulan un rechazo directo a la homosexualidad. Observemos lo que dice
en el Antiguo Testamento:
“Si alguien se acuesta con un hombre como si se acostara
con una mujer, se condenará a muerte a los dos, y serán responsables de su
propia muerte, pues cometieron un acto infame.” (Levítico 20:13)
Además
de la homofobia, la Biblia también promueve otras conductas como el genocidio:
“Pero de las ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios
te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida. Los destruirás
completamente, como el SEÑOR tu Dios te ha mandado: heteos, amorreos, cananeos,
ferezeos, heveos y jebuseos.” (Deuteronomio 20:16)
“Matad, pues, ahora a todos los varones de entre los
niños; matad también a toda mujer que haya conocido varón carnalmente.” (Números
31:17)
O el machismo:
“Cuando una mujer dé a luz y tenga varón, quedará impura por siete días; como
en los días de su menstruación, será impura. Pero si da a luz una niña, quedará
impura por dos semanas, como en los días de su menstruación; y permanecerá en
la sangre de su purificación por sesenta y seis días.” (Levítico 12:1)
“Las
mujeres guarden silencio en las iglesias, porque no les es permitido hablar,
antes bien, que se sujeten como dice también la ley. Si quieren aprender acerca
de alguna cosa, pregunten en casa a sus propios maridos; porque a la mujer le
es impropio hablar en la congregación (1 Corintios 34)
“Por más que busqué no encontré; entre mil se puede encontrar un hombre cabal,
pero mujer cabal, ni una entre todas.” (Eclesiastés, 7:28)
Para
entender cómo un libro religioso puede contener ideas tan arcaicas, es
importante saber que la Biblia fue escrita por hombres que estaban impregnados
por la cultura, los prejuicios y los estereotipos propios de su época. El dios
de la Biblia, especialmente en el Antiguo Testamento, es un dios hecho a imagen
y semejanza de los hombres. Los prejuicios en contra de los homosexuales
atribuidos a dios en realidad fueron una forma de proyectar los mismos
prejuicios de los autores de ese libro. Si quieres que un prejuicio tuyo se
convierta en Ley, di que fue idea de Dios. Eso le dará mucha credibilidad.
Pero
el mensaje de Jesús es diferente. Él llega para romper con las prácticas judías
que son contrarias al Amor Universal. En vez de juzgar a otros, su mensaje se
centra más bien en enseñar a amar de manera incondicional:
“Habéis oído que se dijo: «Amarás a tu prójimo y
odiarás a tu enemigo». Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad
por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre que
está en los cielos; porque Él hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover
sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa
tenéis? ¿No hacen también lo mismo los recaudadores de impuestos? Y si
saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis más que otros? ¿No
hacen también lo mismo los gentiles? Por tanto, sed vosotros perfectos
como vuestro Padre celestial es perfecto.” (Mateo 5, 43-48)
¿Es la homosexualidad contraria a la espiritualidad?
A
lo largo de la historia el ego humano siempre ha querido crear división con la
consigna: “Nosotros somos mejores que ellos”. Con esta idea se ha discriminado
a personas por el color de la piel, el sexo, el origen, el color político y las
creencias religiosas.
Puesto
que la orientación sexual más difundida tradicionalmente es la heterosexual, en
la que se relacionan dos personas de sexo opuesto, esto ha dado lugar a
rechazar lo que sea diferente. El ego dice: “Nosotros (los heterosexuales),
somos mejores que ellos (los homosexuales)”. Basados en esta consigna se han
creado prejuicios, es decir actitudes hostiles o prevenidas hacia aquellos que expresan
su sexualidad por fuera de lo que se ha establecido supuestamente como
“normal”.
No
existe ningún conflicto entre la espiritualidad y la homosexualidad. Ser
espiritual implica ser espontaneo, autentico y natural. Expresar la identidad
de género que hay en tu interior es un acto sumamente espiritual porque implica
ser congruente y honesto. Contrario a eso es engañar al mundo y a ti mismo
tratando de mostrar algo que no eres.
Así
que te invito a aceptar y abrazar tu propia sexualidad sin quedarte limitado
por las etiquetas. Si te identificas como heterosexual, entonces puedes celebrar
y respetar la diversidad sexual. La vida, como la sexualidad, no es en blanco y
negro. Existen muchos colores y matices que simbolizan lo distintos que somos. Disfruta
tu sexualidad de manera Consciente y responsable, has que sea una puerta para entrar
en contacto con el Aquí y Ahora.
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