sábado, 23 de noviembre de 2013

El problema del pensamiento positivo incongruente

Hoy en día corrientes como la metafísica o la programación neurolingüística fomentan un pensamiento positivo en las personas. Una de sus técnicas principales es la repetición de frases o afirmaciones que buscan enfocar la mente en pensamientos positivos. Por ejemplo, si sientes tristeza, puedes repetir una frase como esta: “Soy felicidad”, “Estoy feliz”, etc.

El problema subyacente de esta técnica es que busca enmascarar las emociones desagradables, lo cual es una forma de negación[1]. En vez de eso, podemos permitirnos sentir plenamente la emoción, entrar en ella yendo hasta la raíz misma del problema. El budismo Zen, por ejemplo, nos enseña a dejar a un lado el conflicto de la mente entre lo que se siente y lo que se cree que se  debería sentir, y estar en armonía perfecta con la emoción que aparece en el aquí y ahora –cualquiera que sea. Cuando hay Consciencia plena de la emoción, aunque está resulte incomoda, la emoción tiende a desaparecer y la Consciencia se expande dentro del campo material y energético del individuo.

No quiero decir que las afirmaciones positivas no sean una herramienta válida de transformación personal. De hecho Jesús utilizó muchas afirmaciones en su vida pública como: “Yo Soy la resurrección y la vida”, “Yo Soy el camino, la verdad y la vida”, etc. Pero Jesús se preparó antes a nivel emocional, es decir, él realmente sentía y creía lo que decía con absoluta certeza. Sus frases eran sinceras y no buscaban negar o enmascarar una emoción desagradable.

No quiero que decir que seas inferior a Jesús, de hecho él es una parte de tu Ser que ya despertó, lo que quiero decir es que no puedes construir las paredes de una casa sin antes haber construido los cimientos. La base del trabajo espiritual que presento en este blog es la Consciencia plena del momento presente. Al practicar la Consciencia de lo que sentimos, las emociones discordantes se consumen, ya que Consciencia y ego (lo Real y lo irreal) no pueden coexistir en el mismo espacio.

Otro error de la metafísica y la PNL[2] es buscar –mediante afirmaciones- atraer en el futuro situaciones positivas a la vida, situaciones que hagan que seamos felices. El problema de esto es que clasificamos la vida entre momentos “buenos” y momentos “malos”. La verdad es que todas las situaciones que llegan a nuestras vidas las hemos atraído para aprender las lecciones que necesitamos y crecer en Consciencia. Desde este punto de vista todas las experiencias son positivas -si es que queremos usar esa palabra.

Si rechazamos las situaciones que consideramos “malas”, entraremos en conflicto con la vida, nos haremos sus enemigos. Pero si sabemos que todo lo ocurre es perfecto, si aprendemos a aceptar plenamente lo que la vida nos trae, podemos aprender rápidamente las lecciones; entonces nos haremos amigos de la vida y esta siempre estará de parte nuestra. De hecho lo está, pero somos nosotros los que entramos en guerra con la vida cuando clasificamos y rechazamos las experiencias vitales con las etiquetas mentales de “buenas” y “malas”, “positivas” y “negativas”.

Para concluir, quiero decir que las afirmaciones metafísicas y de PNL realmente funcionan, siempre y cuando no se conviertan en frases que usamos para enmascarar lo que realmente sentimos. Si consumimos las emociones y pensamientos disfuncionales a través de la práctica de la Consciencia, entonces estaremos realmente en paz. Desde esa paz, desde esa Consciencia, podremos decir con total  honestidad: “Yo Soy la felicidad”, “Yo Soy paz”, “Estoy feliz y agradecido por la Abundancia que se manifiesta Aquí y Ahora”. Entonces habrá congruencia total entre lo que sentimos, pensamos y decimos. Mientras uno de estos tres elementos (pensamiento, sentimiento y habla) esté en conflicto con los otros dos, quiere decir que estamos fragmentados, que no hay integridad en la totalidad de lo que somos.

La práctica de la Consciencia nos ayuda por encima de todo a ser íntegros. Ya que al sentir y observar lo que sucede dentro, sin calificarlo ni juzgarlo, entonces aceptamos las partes rechazadas de nosotros. De esta manera la fragmentación cesa y logramos la congruencia e integridad a la cual se refieren los budistas Zen en la frase, que define su enseñanza:
“Ve directamente por la vida, y sobre todo, no vaciles”[3]  




[1] La negación es uno de los mecanismos de defensa que utiliza el ego para protegerse de aquello que le desagrada.
[2] PNL. Siglas de Programación Neuro-Lingüística.
[3] Que no hay conflicto entre pensamiento, sentimiento y acción.

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