Muchos buscadores espirituales viven en la búsqueda de la
varita mágica que solucionará todos sus problemas. Ellos siempre están atentos
para practicar el nuevo mantra, la última afirmación o someterse a la última
técnica “milagrosa” pregonada por el gurú de moda en el mercado de las
creencias religiosas.
Los líderes religiosos que promueven sus enseñanzas como la “cura
mágica” a los problemas humanos terminan amasando grandes fortunas y creando
emporios económicos. Pero, después de un tiempo, los seguidores terminan desilusionándose
y salen corriendo en busca del nuevo gurú. Otros, logran procesar el fracaso en
sus mentes de tal manera que puedan seguir anclados en su “verdad”, que se ha
convertido para ellos en un sistema de creencias que le ofrece seguridad a sus
mentes miedosas.
Esto me recuerda el mercado de los multiniveles: una forma
de vender productos que está de moda hoy en día. Cada nuevo producto que
aparece es promocionado como la cura contra “todas las enfermedades humanas”,
muestras supuestos reportes científicos y testimonios de cómo su producto logró
curar el cáncer y muchas enfermedades más. Los vendedores de multinivel se
parecen mucho a los miembros de una secta: ellos creen realmente poseer la
última verdad sobre la curación de las
enfermedades y con fervor místico, buscan convencer a otros de que entren a
formar parte de su línea de vendedores.
El problema de muchas religiones y sistemas de multinivel es
hacer creer a las personas que ellos tienen la “varita mágica” para solucionar
todos sus problemas. No existe tal cosa como la solución automática, sin
embargo, es más fácil creer en ello ya que implica entregarle la
responsabilidad por tu sanación o desarrollo espiritual a alguien más, o a algo
como un mantra o una técnica de meditación.
Para Despertar de la ilusión del ego se necesita asumir la
responsabilidad por el contenido de nuestra mente y nuestras emociones, las cuales conforman la
estructura de la personalidad humana o ego. Se requiere disciplina para mantenernos
vigilantes, observando la mente y su funcionamiento. Se requiere disciplina para
asumir nuestras emociones y vivirlas plenamente a pesar de que –al principio-
eso pueda ser muy molesto y desagradable. Se requiere disciplina para
mantenernos en el Aquí y Ahora y evitar fugarnos al pasado o al futuro.
Algunos creen que yo propongo una enseñanza facilista, pero
la constancia y disciplina requerida para estar Conscientes en cada momento
dista mucho del facilismo tradicional de aquellos que pregonan que para “salvarte”
debes unirte a una iglesia, aceptar ciertos dogmas, someterte a la voluntad del
pastor o gurú de turno, cumplir las normas y repetir los rituales
preestablecidos. Eso los convierte en robots espirituales que no necesitan
pensar o discernir ya que tienen a un gurú “omnisapiente” que piensa por ellos
y ofrece todas las respuestas.
Pero la disciplina de la que hablo aquí no puede ser la
disciplina que genera tensión y represión, la cual pregonan los puritanos en
sus iglesias. No, tampoco puede ser la disciplina de la rigidez o la
intransigencia consigo mismo. Nada de esto, la raíz misma de esta disciplina de
la cual hablo debe ser la alegría y la dicha que nacen cuando sabes que estas
despertando a tu Ser real. Así que se trata de una disciplina alegre y vivaz, libre
de la culpa y la vergüenza que acompañan a la disciplina tradicional de las
iglesias y llena de amor, pasión y motivación por la libertad máxima del
Despertar.
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