jueves, 7 de noviembre de 2013

El ego no puede derrotar al ego

Una forma de religión muy conocida es la imitación. Las personas buscan imitar a sus líderes o maestros creyendo que eso los hace mejores. Pero lo único que se logra por este medio es crear un ego espiritual, sintético y vacío. Para Despertar debemos ser nosotros mismos, y para ser nosotros mismos es necesario quitarnos esa máscara de la personalidad artificial que hemos creado –aunque sea una personalidad espiritual.

Muchos dicen que debemos liberarnos del ego pero, ¿cómo saben que no es el mismo ego quien está diciendo eso? Al ego le encanta crear batallas para, supuestamente, destruir al ego. Entonces la gente empieza a reprimir sus impulsos y adoptar el comportamiento esperado por sus líderes religiosos para sentirse mejor. Lo que allí sucede es que el ego se camufla, se transforma ¡incluso habla de amor y compasión! Pero no es más que una estratagema para continuar viviendo de una forma más sutil.

He escuchado a mucha gente decir: “Estoy venciendo a mi ego en este aspecto…” pero lo que ellos no sabe es que el ego es la personalidad misma que habla. “Personalidad” es una palabra que viene del griego y significa máscara. La muerte del ego implica la muerte de la persona, incluyendo las creencias, condicionamientos y programaciones que hemos almacenado en la cabeza desde que nacimos. La muerte del ego es la muerte de todo aquello que creemos que somos. Eso suena aterrador y monstruoso. Así que es mejor seguir pensando –desde el ego- que un día destruiré al ego.

La no-dualidad plantea que solamente existe el Ser puro y eterno. El ego es una proyección de la mente que se hace real cuando nos identificamos con él. Pero entre el Ser y el ego no hay nada, o somos el Ser real o vivimos en la ilusión del ego. No hay un punto medio entre estos dos. Así que si crees que estás en la mitad del camino entre el Ser y el ego, es el ego el que está pensando eso. El Ser simplemente Es, y desde su estado de realidad absoluta observa a la mente y su funcionamiento, es el testigo inmutable de todas las estrategias del ego por perpetuarse en su propia ilusión. Pero su observación no es pasiva, en el mero hecho de observar está la alquimia misma de la trasformación. Porque cuando lo real observa la ilusión, esta se esfuma como lo hace la niebla ante los rayos del sol.

¿Cómo desaparece el ego? Recuerda que este solamente vive en el pasado o en el futuro. El ego no puede estar en el presente. Así que cuando te quedas extasiado contemplando una flor o una puesta de sol, cuando haces eso sin dejar que la mente aparezca para clasificar o categorizar la experiencia, en ese momento no hay ego. El ego también pierde toda su fuerza y poder cuando es observado. Al tomar consciencia de sus estrategias y pensamientos, estos ya no pueden controlarte, y entonces desaparece.


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