La naturaleza de la realidad es
no-dual (advaita). Sin embargo, desde el punto de vista de la mente, el
Universo está polarizado en dualidades (día y noche, bien y mal, muerte y vida,
placer y dolor, etc.).
Para la Consciencia no-dual, el
placer o el dolor así como la alegría o la tristeza son recibidos con total Aceptación.
Pero la mente dual vive en una lucha constante donde busca el placer, pero
rechaza el dolor; busca la risa, pero rechaza el llanto. Pero no puede haber
placer sin dolor ni risa sin llanto. Al final terminas atrayendo a tu vida
aquello de lo que pretendes huir. “Lo que resistes persiste y lo que aceptas
desaparece”.
Solamente cuando haya una
aceptación total de todo aquello que llegue a tu vida podrás conocer la Paz
absoluta. Y con “todo aquello”, me refiero no solamente a las situaciones externas,
sino también a los pensamientos y emociones. Aceptar no significa estar de
acuerdo con, por ejemplo, un pensamiento de matar a alguien; lo que significa
es que podrás observar ese pensamiento sin juzgarlo ni etiquetarlo, pero lo más
importante, sabiendo que no eres el
pensamiento.
Cuando te das cuenta de que no
eres el pensamiento surge la transformación más profunda en el Ser humano,
aquella que conduce al reconocimiento de su verdadera identidad como
Consciencia Universal. Para que esto sea posible es contraproducente luchar
contra la mente buscando que produzca “buenos” pensamientos mientras haces que
reprima los “malos” pensamientos. La lucha solamente produce lucha. Observa y
acepta cada pensamiento y emoción, sólo entonces podrás ser realmente libre de
conflictos.
Aceptar un pensamiento tampoco
significa afirmar su realidad. Los pensamientos solamente son ilusiones sin
sustancia, reacciones químicas y eléctricas del cerebro. Aceptarlo significa
reconocer la ilusión de la misma manera que observas la existencia transitoria de
una pompa de jabón, que parece una esfera sólida, pero se desintegra al más mínimo toque.
Por último, los dejo con unas palabras de Ramesh Balsekar, tomadas del Capítulo 21 de “Un Curso de Consciencia”, las cuales encierran todo lo que he dicho en este simple párrafo:
Por último, los dejo con unas palabras de Ramesh Balsekar, tomadas del Capítulo 21 de “Un Curso de Consciencia”, las cuales encierran todo lo que he dicho en este simple párrafo:
"Aparte de la inutilidad del propio esfuerzo, cualquier
intento de impedir que surjan pensamientos divide a la mente artificialmente en
aquello que hace el impedimento en contra de aquello que está siendo impedido,
creando sólo neurosis y conflicto. Cualquiera que sean los pensamientos que
surjan (siendo sin sustancia) se desvanecerán rápidamente por sí mismos si no
son aceptados y continuados como realidad efectiva. Tratar de eliminar los
pensamientos de manera consciente y deliberada, es como tratar de lavar la
sangre con sangre."
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