Las
escuelas antiguas y modernas estimulan a los niños a ser hipócritas. Ellos no
pueden mostrarse tal como son, decir lo que piensan y lo que sienten, porque
pueden llegar a ser reprendidos por sus padres y profesores. De esta manera los
niños aprenden a desarrollar máscaras cuidadosamente diseñadas. Pero no todas
las máscaras son iguales, hay una para presentarse ante sus profesores, otra
para sus padres, otra para ir el domingo a la iglesia, etc. En este proceso de
crear numerosas máscaras que les permitan “encajar en la sociedad”, los niños
terminan olvidándose de su Ser verdadero. Esto los lleva a convertirse en
adultos hipócritas que conforman una sociedad hipócrita. Esto lo vemos, por
ejemplo, en las iglesias y grupos de la Nueva Era donde las personas parecen
verdaderos “santos” cuando se congregan, pero en la casa se comportan como
ogros con su familia.
La cura
para la hipocresía es crear un ambiente seguro donde podamos expresarnos y
mostrarnos tal como somos. Pero nuestra sociedad no está diseñada para aceptar
esta clase de ambientes. Así que podemos empezar por nosotros mismos y por
educar a nuestros hijos de esta manera.
¿Te
imaginas una escuela donde los niños y niñas puedan mostrarse tal como son?
Pues esta existe desde la década de los 40´s. Se trata de la escuela de Summerhill,
que en realidad era un internado en Inglaterra donde su director recibía a los
niños y niñas que eran expulsados de los colegios religiosos o militares. Lo primero
que encontraban estos niños al llegar allí era que no había una autoridad
contra la cual rebelarse (¿Cómo puedes ser rebelde sin una autoridad?). Algunos
se adaptaban rápidamente al ambiente escolar, pero otros –cansados de los
centros educativos- se quedaban hasta seis meses viviendo en la escuela sin
asistir a clase. Nadie los obligaba a estudiar, pero era necesario cumplir
ciertos requisitos académicos para graduarse de la secundaria, así que en algún
momento se motivaban por sí mismos y empezaban a estudiar con entusiasmo. El estudio
sólo puede ser una carga si te obligan a ello, el truco de Summerhill es que hacen
que las clases se vean atractivas y los niños y niñas estudian sin presión, por
puro placer.
¿Qué
pasa con los niños de Summerhill después de graduarse? Muchos pensarán que,
dada la ausencia de regalas y autoridad, se convertirán en delincuentes o
drogadictos. Se han hecho estudios al respecto, y en sus más de 80 años, no ha
salido ningún vagabundo o prostituta de Summerhill.
Presionado
por los hipócritas de la religión, el gobierno Inglés trató de cerrar la
escuela en cuatro ocasiones, pero fue imposible hacerlo puesto que el
rendimiento académico y el comportamiento de los estudiantes estaban muy por
encima del promedio de las escuelas inglesas. Los inspectores se quedaron
boquiabiertos al ver que en una escuela sin reglas, los niños se comportaban
mejor y estudiaban con mayor entusiasmo que en las escuelas administradas por
directores puritanos y amantes de la disciplina.
Summerhill
es un experimento sorprendente: una escuela donde los chicos y las chicas
pueden ser novios y besarse donde quieran pero ¡Sin ningún embarazo adolescente! Su fundador lo explicaba así: “El mejor
camino para llegar al embarazo pasa por la prohibición del sexo.”
¿Cuál
ha sido la magia de Summerhill? Puedo resumirlo de la siguiente manera: Cuando
vives en un espacio donde puedes ser tú mismo, renuncias a las máscaras y empiezas
a sacar aquello que has escondido por mucho tiempo. Primero salen la ira que no
habías podido expresar y las demás emociones reprimidas. Luego sale el miedo al
vacío, a ser tú mismo, a vivir sin máscaras. Cuando todo esto sucede puedes por
fin entrar en contacto con tu Ser verdadero y expresarlo sin miedo a ser
criticado o ridiculizado.
El
genio de Summerhill fue Alexander Sutherland Neil. Profesor rebelde que
se resistió a educar a los niños como si fueran productos de una fábrica que debían
pensar, hablar y vestir igual. Neil fue perseguido en su época por frases como
estas:
· Todo padre o maestro que inspira miedo es peligroso
para la vida juvenil.
·
El mal maestro es aquel que ha olvidado su infancia
y que por lo tanto está totalmente fuera de contacto con los niños.
Algunos padres se escandalizaban con
las ocurrencias de Neil. En alguna ocasión, un militar llevó a su hijo para
internarlo en Summerhill. El tipo era muy serio y en un tono seco se dirigió a
Neil para preguntarle qué les decía a los niños para evitar que se masturbaran.
Neil lo miró a los ojos y le dijo: “¿Cuál es el problema con la masturbación? A
usted y a mí no nos hizo daño.”
Por iniciativa de un grupo de jóvenes
entusiastas, en Colombia se está conformando una comunidad juvenil basada en
los principios de la libertad y la expresión del Ser. Para más información al
respecto puedes contactarte a: senderodelser@gmail.com
Para aquellas y aquellos que quieran
conocer más acerca de esta fantástica experiencia educativa, les dejo el
siguiente vídeo donde encontrarán información de la historia y los principios
de Summerhill.
Estoy encantado por este método. Como científico me siento aterrado de la presión del sistema en América y a nivel global. Soy de Panamá y acá el sistema no permite que la personas despierten el destino manifiesto de la consciencia.
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