Después de haber renunciado a la Sociedad Teosófica, Krishnamurti fue invitado por ellos a una serie de charlas. En este extracto,
tomado de “Obras completas - tomo I”, Krishnamurti contesta por qué creía que
los teósofos eran hipócritas. Esta respuesta se adapta a muchos grupos religiosos
de la Nueva Era que existen hoy en día que dicen trabajar por “amor a la
humanidad”, pero que en el fondo sólo buscan la autoglorificación de su ego.
Pregunta:
Usted condena con toda justicia una actitud hipócrita de la mente, así como los
sentimientos y las acciones que se derivan de ella. Pero, ya que dice que no
nos juzga, sino que, por alguna razón, parece considerar como hipócrita la
actitud de algunos de nosotros, ¿podrá decirnos qué es lo que le da tal
impresión?
KRISHNAMURTI: Muy simple. Ustedes hablan de
hermandad y, no obstante, son nacionalistas. Yo llamo hipocresía a eso, porque
el nacionalismo y la hermandad no pueden existir juntos. Además, hablan acerca
de la unidad del hombre, hablan de ella teóricamente; sin embargo, tienen sus
religiones particulares, sus prejuicios particulares, sus diferencias de clase.
A eso lo llamo hipocresía. Por otra parte, recurren a la autoglorificación, una
autoglorificación sutil en lugar de la que consideran autoglorificación grosera,
propia de los hombres de mundo que buscan distinciones, concesiones y honores
del gobierno. Ustedes también son hombres de mundo y su glorificación es
exactamente la misma, sólo que un poco más sutil. Ustedes, con sus
distinciones, sus reuniones secretas, su exclusividad, también están tratando
de llegar a ser nobles, de obtener honores y grados, pero en un mundo
diferente. A eso lo llamo hipocresía. Es hipocresía porque pretenden ser
abiertos, hablan de la hermandad y unidad del hombre, mientras que, al mismo
tiempo, sus actos son completamente opuestos a sus palabras.
Que esto lo hagan consciente o inconscientemente,
carece de importancia. El hecho es que lo hacen. Sí lo hacen conscientemente,
con interés totalmente despierto, entonces, al menos lo hacen sin hipocresía.
Entonces saben lo que están haciendo. Si dicen: “Quiero glorificarme a mí mismo
pero, dado que no puedo obtener distinciones y honores en este mundo, trataré
de adquirirlos en otro; me convertiré en discípulo, seré llamado esto y aquello,
seré honrado como un hombre de calidad, de virtud”, entonces, al menos, son
perfectamente honestos. Entonces hay alguna esperanza de que descubran que este
proceso no lleva a ninguna parte.
Pero ahora están tratando de hacer simultáneamente
dos cosas incompatibles. Son posesivos y, al mismo tiempo, hablan de estar
libres de la posesión. Hablan de tolerancia y, no obstante, se están volviendo
más y más exclusivos con el fin de “ayudar al mundo”. Palabras, palabras sin
profundidad alguna. Eso es lo que yo llamo hipocresía. En un momento hablan de
amor por el Maestro, de reverencia a un ideal, a una creencia, a Dios; sin
embargo, al momento siguiente actúan con terrible crueldad. Sus actos son actos
de explotación, afán posesivo, nacionalismo, maltrato de mujeres y niños,
crueldad con los animales. Son insensibles a todo esto y, no obstante, hablan
de afecto. ¿No es hipocresía eso? Dicen: “No advertimos estas condiciones”. Sí,
es justamente por eso que existen. Entonces, ¿por qué hablan de amor?
Así que, para mí, sus sociedades, sus reuniones en
las que hablan de sus creencias, de sus ideales, son reuniones de la
hipocresía. ¿No es así? No estoy hablando con dureza, todo lo contrario;
ustedes saben lo que siento con respecto al estado del mundo. No obstante,
ustedes que pueden ayudar, que dicen que desean ayudar, ustedes que tratan de
ayudar, se están volviendo cada vez más estrechos, más fanáticos, más
sectarios. Han dejado de gritar, de llorar, de sonreír. La emoción nada
significa para ustedes. Sólo se interesan en la ganancia incesante, en ganar
conocimiento que los sofoca, que es meramente teórico, que es ciega vacuidad.
El conocimiento no tiene nada que ver con la sabiduría. La sabiduría no puede
comprarse; es natural, espontánea, libre. No es una mercadería que puedan
comprar, al precio de la disciplina, a un gurú, a un maestro. La sabiduría,
digo, no tiene nada que ver con el conocimiento. Aun así, ustedes buscan el
conocimiento, y en esa búsqueda de conocimiento, de ganancia, están perdiendo
el amor, todo sentimiento por la belleza, toda sensibilidad respecto de la
crueldad. Se están volviendo cada vez menos impresionables.
Eso nos trae a otra cuestión que tal vez
discutiremos más adelante, la cuestión de las impresiones y las reacciones.
Están poniendo el énfasis en la conciencia egocéntrica, en la limitación.
Cuando dicen: “Hago esto porque me gusta, porque me da satisfacción, placer”,
estoy enteramente con ustedes, porque entonces comprenderán. Pero si dicen:
“Estoy buscando la verdad, trato de ayudar a la humanidad”, y al mismo tiempo
incrementan su conciencia egocéntrico, su autoalabanza, entonces a esa actitud
y a esa vida de ustedes la llamo hipocresía, porque están buscando poder
mediante la explotación de otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario