martes, 16 de agosto de 2016

Fluir con la emoción

Por Walter J. Velásquez



En la cultura occidental está fuertemente arraigada la idea de luchar contra las emociones que se consideran “negativas”. La mayoría de iglesias -tanto las antiguas como las de la Nueva Era- impulsan a los individuos a pelear contra su ira, miedo o cualquier otra emoción indeseable. Lo que se logra con esto es reprimir las emociones al inconsciente donde se alimentan por medio de la represión, el cual es un mecanismo de defensa del ego.

Por otro lado, en la cultura oriental existe un enfoque diferente. El Tao, el Zen o el Vedanta Advaita enseñan a no luchar contra los pensamientos o emociones sino a tomar Consciencia de ello. Este principio ha entrado en occidente por medio de enfoques psicológicos como la Terapia Gestalt, el Mindfulness y autores como Ekhart Tolle que han popularizado el concepto.

A pesar de que la esencia es sencilla: Recibir la emoción con una actitud de aceptación y apertura, para muchos esto es difícil ya que sus mentes han sido entrenadas para luchar contra las emociones en vez de fluir con ellas. Para profundizar un poco en este tema, los dejo con las palabras del psiquiatra chileno Claudio Naranjo, extraídas de su libro: “La vieja y novísima Gestalt”:

Uno jamás supera algo resistiendolo. Sólo se puede superar algo entrando más profundamente en ello. Si se está resentido, tornarse más resentido. (…) Sea lo que sea, si uno se mete lo suficientemente adentro de ello, entonces desaparecerá, será asimilado. Ninguna resistencia sirve. Hay que introducirse de lleno en ella -dejarse llevar por ella. Déjense llevar por el dolor, por la intranquilidad, sea lo que sea que esté ahí. Utilicen su resentimiento. Utilicen su ambiente. Utilicen todo lo que combaten y tratan de desposeer.

El principio podría considerarse semejante a aquel mediante el cual el luchador de judo o Tai Chi Chuan consigue vencer a su enemigo sin oponerse a él, sino que sólo enfrentando su fuerza o tirándolo más en la dirección de sus propios movimientos. Al igual que este último puede ser fuerte en su suavidad porque utiliza la fortaleza de su oponente en lugar de neutralizarla, (puedes) usar la energía encerrada en forma de síntomas o resistencias por medio de la mera estimulación de su expresión y/o guiando suavemente su curso, hasta que ocurre lo típico: una transmutación de la emocionalidad neurótica en una emocionalidad sana que tiene un carácter de exorcismo.

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