Una de las trampas más comunes del
ego es la de crear una imagen mental estática de una persona y mantenerla por
mucho tiempo. Cuando hacemos esto ignoramos que todo, incluyendo la gente, está
en constante cambio. Cuando mires a alguien no lo hagas basado en la imagen
mental que has guardado. Míralo en el Ahora, así podrás descubrir aspectos que
jamás podrías ver a través de los lentes oxidados del pasado.
Para ilustrar esto quiero dejarlos
con una historia de Buda:
Buda tenía un primo perverso, se
llamaba Devadatta, siempre estaba celoso y se empeñaba en desacreditarlo.
Un día, mientras Buda paseaba
tranquilamente, Devadatta arrojó a su paso una pesada roca con la intención de
acabar con su vida. Sin embargo, la roca cayó al lado de Buda y no le hizo
daño.
Buda se dio cuenta de lo sucedido
pero permaneció impasible, sin perder la sonrisa. Días después, volvió a
cruzarse con Devadatta y lo saludó afectuosamente. Muy sorprendido, este le
preguntó:
- ¿No estás enfadado?
- No, claro que no.
Sin salir de su asombro, Devadatta le
preguntó el por qué.
Buda le dijo:
- Porque ni tú eres ya el que arrojó
la roca, ni yo soy ya el que estaba allí cuando fue arrojada.
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