martes, 17 de diciembre de 2013

El método científico en la espiritualidad

Roger Bacon. Monje franciscano quien desarrolló el
método científico. 


Existen cuatro maneras de afrontar el conocimiento espiritual:

La primera de ellas es el pensamiento crítico. Este alimenta en las personas la duda razonable, y las lleva a poner a prueba sus creencias por medio de la experiencia. Así mismo, evita que creamos en algo simplemente porque alguien lo dice. No niega nada de plano, pero tampoco acepta algo que no haya comprobado. Él utiliza el discernimiento puro.

En segundo lugar encontramos al criticón. Este habla mal de cualquier creencia sin siquiera haberse dado la oportunidad de conocerla. Él descarta todo aquello que esté por fuera de su propio sistema de creencias y rechaza a las personas únicamente porque piensan diferente. El criticón se cree dueño de la verdad y sus críticas sobre otros sistemas espirituales carecen de base alguna. Cuando él rechaza una creencia diferente a la suya cree que está utilizando el discernimiento, pero en realidad su discernimiento es nulo porque está condicionado con un sistema de creencias que ha aceptado previamente, allí no hay libertad para elegir.

El tercero es el crédulo. Este se afilia a un sistema de creencias y traga entero todo lo que sus líderes religiosos le dicen. Él no emplea el discernimiento, piensa que posee la verdad y se limita a aceptar todo lo que escucha en su iglesia, mezquita, secta o sinagoga. El crédulo tiene una mente perezosa, así que para él es más fácil aceptar una creencia preestablecida que investigar por su cuenta.

El cuarto es el cínico. Este niega todo, rechaza todo, no acepta nada. Para el cínico no existe la verdad, todo es subjetivo. Se limita a la experiencia, pero esta nunca puede llevarlo más allá de los límites que su propia mente le ha impuesto.

Hoy en día la espiritualidad se ha convertido en un mercado en el que cada cual escoge lo que se ajusta a sus creencias y a sus necesidades psicológicas. Las personas son atraídas por aquellos grupos o sectas que les dicen las cosas “maravillosas” que quieren oír.

Si queremos conocer la verdad debemos afrontar el conocimiento desde un punto de vista crítico, sin negar de tajo como lo hace el cínico, pero sin aceptar todo como hace el crédulo. La duda es benéfica, lo importante es que seamos capaces de ir más allá de la duda y esto sólo lo logramos por medio de la propia experiencia. Esto sería una forma de aplicar el método científico a la espiritualidad.

El método científico NO es una herramienta creada para demostrar la inexistencia de lo Divino. Al contrario, fue una persona muy espiritual -el monje católico Roger Bacon- quien lo dio a conocer al mundo. Pero muchos científicos se han atrincherado en sus creencias negando cualquier posibilidad de la existencia de lo Divino. Ellos no se diferencian de los fanáticos religiosos ya que a toda costa buscan demostrar su propia verdad.

La humanidad está entrando en un punto donde la ciencia y la espiritualidad están encontrando su equilibrio. Todavía falta mucho para que eso suceda, y es absolutamente necesario que religiosos y científicos se desprendan de sus dogmas y paradigmas para que puedan llegar a un punto donde sean capaces de ver la vida tal como es, sin los lentes limitados de la ciencia y religión actuales.

Si nos convertimos en científicos espirituales podremos conocer la verdad, para ello es necesario trascender el nivel de la mente. Entonces la autoobservación se convierte en una herramienta formidable ya que con ella somos capaces de ver los movimientos de la mente y el ego y comprender la mentira de sus creencias. Cuando hacemos esto entonces entramos en el Conocimiento perfecto, tomamos conciencia de la Consciencia por medio de acto de observar la mente y su funcionamiento en la calidad de Testigos imparciales. De esta manera el Observador gana espacio en nuestra vida y disuelve todo aquello que es irreal.

Para saber si es verdad lo que te estoy diciendo puedes actuar como el crítico, practicando la autoobservación y tomando nota de sus resultados. O puedes ser como el criticón y descartarla simplemente porque tu líder religioso dijo que era mentira. También podrías actuar como el crédulo y creer que es verdad solamente porque yo lo digo. O podrías ser como el cínico y negarlo todo de plano. En tus manos está la decisión, sea cual sea la decisión que tomes, te llevará exactamente la punto en el que necesitas estar para aprender nuevas lecciones.

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