miércoles, 30 de diciembre de 2015

Ser fríos o calientes

Por Walter J. Velásquez
Según John O. Stevens, el famoso terapeuta Fritz Perls apreciaba a alguien cuando “se mostraba abierto y honesto, fuera honestamente santo u honestamente malvado”. Esto me recuerda las palabras del Apocalipsis atribuidas a la inspiración de Jesús: “Conozco tus obras: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero porque eres tibio y no frío o caliente, voy a vomitarte de mi boca.” (Apocalipsis 3:15-16). Las frases anteriores tienen que ver con un término muy poderoso: la congruencia. Congruencia significa que lo que pienso, lo que siento, lo que digo y lo que hago están alineados perfectamente.

El mundo de hoy es totalmente incongruente. Las personas están fragmentadas y dentro de ellas hay diferentes bandos que luchan entre sí. Esto lo observamos especialmente en las personas religiosas que perviven en una lucha constante entre lo que piensan y lo que “deberían pensar”, entre lo que sienten y lo que “deberían sentir”, etc. Este tipo de individuos se debaten entre pensamientos elevados que no son congruentes con sus pasiones más bajas o entre acciones caritativas que se realizan de acuerdo al pensamiento religioso, pero que muchas veces no surgen de lo más sincero de su mundo emocional.

Cualquier acto o palabra, que no esté alineado con el pensamiento y el sentimiento es algo deshonesto, ya que allí no puede haber una implicación total de la persona. Como podemos ver, el mundo de hoy es profundamente deshonesto. La educación que proporcionan las familias y las iglesias impulsan a las personas a sonreír a pesar de estar enojados o a llevar a cabo actos bondadosos cuando estos no son realmente sinceros.

Ya lo decían Perls y Juan el Evangelista, ser honestamente santo (caliente), u honestamente malvado (frio), es mejor que ser tibio (incongruente). Hay tan pocos santos honestos es el mundo, y esto sucede porque para ser santo, muchos buscan parecer santos. Lo cierto es que para Ser, es necesario dejar de querer parecer. Los malvados honestos también son muy pocos porque casi nadie se atreve a aceptar plenamente que es malvado. Incluso en los grandes asesinos de la historia como Stalin, Hitler o Pablo Escobar, existía una creencia –consciente o inconsciente- de que sus actos estaban justificados por un “ideal superior” que los exoneraba de cualquier maldad. En realidad ellos se consideraban “buenas personas” que luchaban por una “causa justa”.

El presente artículo no es una invitación abierta a la maldad honesta como un estilo de vida permanente. En realidad es un llamado a un cambio radical del ser humano. Muchos intentan cambiar reprimiendo sus pensamientos o emociones, lo cual sólo produce un alivio temporal de los síntomas de su maldad. Pero, para que haya un cambio profundo es necesario entrar en el centro del problema, de aquello que se quiere cambiar. Para esto hay que vivirlo de forma plena y total. Arnold R. Beisser nos habla en su “Teoría paradójica del cambio” de que:

“El cambio no tiene lugar merced al intento coactivo realizado por el individuo para cambiar o por otra persona para cambiarlo, pero sí tiene lugar cuando aquel invierte tiempo y esfuerzo para ser lo que es - en entregarse plenamente a su situación actual.”

Lo que nos indica Beisser es la necesidad de dejar de reprimirnos y empezar a experimentar de manera consciente, plena y total nuestros impulsos indeseables. Toda emoción rebelde o desbocada es una parte nuestra que ha sido rechazada. Cuando aceptamos y acogemos con amor estas emociones podemos integrarlas nuevamente a nuestra totalidad volviendo a ser completos.

En el proceso de alcanzar esta integridad es necesario sacar a flote a la ira no expresada o la envidia reprimida, por ejemplo. Esto asusta a muchos porque piensan que van a vivir de esa manera por el resto de sus vidas. Pero no es así. Cuando un individuo se despoja de las máscaras hipócritas y falsas sonrisas que esconden la ira o el dolor, lo que queda es un “malvado honesto”, que al ser asumido de manera consciente, se disuelve para dar paso al “santo honesto”, aquel que está en contacto con su Ser y actúa con total congruencia en todos los aspectos de su vida.


martes, 22 de diciembre de 2015

La guerra engendra guerra


La guerra sólo engendra guerra, y eso aplica tanto al microcosmos como al macrocosmos.

La estrategia que plantea Donald Trump, de impedir la entrada de los musulmanes a Estados Unidos, sólo hará que muchos más musulmanes en el mundo le den la razón a ISIS y se radicalicen aumentando así la violencia.
En nuestro microcosmos, cuando bloqueamos la entrada a la conciencia de emociones como la ira o la envidia, en realidad estamos reprimiendo esa energía en el inconsciente. Lo que esto generará a la larga, es que dichas emociones “revienten” con mayor fuerza en el futuro.
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En Colombia, muchos ciudadanos quieren acabar la violencia mediante la guerra. Ellos creen que la vía militar es la única salida al conflicto de 50 años. Puede que mediante el estruendo de los fusiles la guerrilla sea debilitada seriamente. Pero siempre quedarán reductos guerrilleros más pequeños, más furiosos, mucho más difíciles de controlar y con la capacidad de colocar bombas en cualquier sitio para generar terror.
De igual forma, en el campo psicológico, luchar contra las emociones desplacientes sólo hace que estas se replieguen en lo profundo del inconsciente para aparecer nuevamente bajo diferentes formas más sutiles y dañinas. La solución, al igual que en el conflicto interno de Colombia, es hacer la paz con las emociones. Esto significa tomar consciencia de ellas sin juzgarlas, aceptándolas y acogiéndolas de forma total. Las emociones rebeldes, son energías rechazadas de nosotros mismos. Cuando las integramos, la energía del Ser que estaba atrapada allí, retornará a nosotros haciéndonos más completos, íntegros, poderosos y creativos.
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Atacar al “enemigo” en Irak o Afganistán es la única estrategia que conoce la coalición de Occidente. Parece que desconocieran que son los aliados con su intrusión, saqueo y actitud excluyente quienes han engendrado al terrorismo islámico. Si bombardearan a Oriente con escuelas, hospitales, y fuentes de ingresos en vez de bombas, muchos posibles reclutas de los grupos terroristas ya no tendrían suficientes razones para enlistarse en ellos. Por supuesto, la defensa mediante las armas seguiría siendo necesaria para protegerse del propio mal que se ha creado. La generación de confianza entre Oriente y Occidente por medio de hechos concretos de apoyo sostenible sería la única solución perdurable a la violencia.
En el microcosmos humano, esto sería similar a fortalecer lo que está bien dentro del individuo, en vez de atacar lo que considera que está “mal”. Generar Consciencia mediante la práctica de la Autoobservación equivale a quitarles espacio a nuestros “terroristas” internos, como son las emociones que se han desbocado por falta de atención. Expandir la Consciencia es una estrategia más efectiva que tratar de menguar a las emociones rebeldes.
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El conflicto genera mayor conflicto. En cambio la Consciencia Plena de las emociones, lo que incluye evitar cualquier clase de etiquetas y acogerlas como una parte integral de nosotros mismos, genera una transformación radical y profunda dentro del individuo. En el campo mundial expandir las oportunidades para los más vulnerables, eliminar la exclusión y la desigualdad social mediante la creación de oportunidades será un antídoto duradero contra la violencia. Ya sea en el mundo interno o externo, la aceptación total es la clave para la Paz.

viernes, 27 de noviembre de 2015

La causa psíquica del conflicto en Medio Oriente


Los atentados de Paris pusieron la atención del mundo en el conflicto librado entre ciertos países de Occidente e ISIS. Este último grupo es hijo de Al-Qaeda, el cual fue creado por la CIA para combatir al comunismo en Afganistán. Veamos lo que el libro “Ser Consciente de lo inconsciente” tiene para decirnos acerca de la guerra que se libra en el medio oriente:

Capítulo 13: “De la sombra a la Consciencia”; página: 246

“La humanidad suele sentirse víctima de los tiranos de todas las épocas. Pero es en realidad la humanidad la que crea a sus propios tiranos y verdugos. Los deseos más perversos u odios de la humanidad se alojan en el gran océano del inconsciente colectivo, que es la suma de la mente inconsciente de todos los individuos. Cuando un número significativo de personas comparten los mismos temores, rencores o deseos perversos inconscientes, llega un momento en que aquello se materializa en una persona o situación que encarne tales emociones.      
                                                                               
Fue así como los europeos de principios del siglo XX vertieron sus rencores y sentimientos racistas en el inconsciente colectivo de Europa. Adolfo Hitler –por su propio estado mental y emocional- logró canalizar y encarnar perfectamente esos pensamientos inconscientes e hizo lo que muchos querían pero en el fondo no se atrevían a hacer.  
                                                                                                                                      
Solamente hasta que cada persona esté dispuesta a asumir su responsabilidad personal por lo que ocurre en su vida, podremos generar un verdadero cambio en lo colectivo. Debemos hacernos conscientes de que, si emitimos odio o venganza, estas emociones irán a formar parte del inconsciente colectivo y atraeremos a nuestras vidas emociones similares. Si sembramos odio recibiremos odio de vuelta, si perseguimos seremos perseguidos y si rechazamos seremos rechazados. El Universo es un espejo que nos regresa de vuelta lo que enviamos a él.
                                                             
En otro ejemplo, el imperialismo del ego Estadounidense hizo reaccionar al ego musulmán. Esto creó las condiciones para que Osama Bin Laden canalizara todo el odio inconsciente de muchos musulmanes e hiciera lo que ellos querían pero no se atrevía a hacer. En otras palabras, el estado de consciencia del pueblo americano y de los musulmanes creó a Bin Laden -y la CIA lo entrenó y le dio armas. 

(...)Los ejemplos anteriores nos muestran que no existe tal cosa como el victimismo, la humanidad es víctima, pero de su propio invento. Sin embargo, a la gente religiosa  le encanta buscar a un culpable externo para cargarle su responsabilidad, llámese diablo, demonio o lo que sea. Pero las grandes masacres de la historia han sucedido porque los propios demonios inconscientes creados por los hombres son canalizados en las mentes de personas que vibran con ese estado mental. Por ello hay tanta sabiduría en la frase: “Si quieres cambiar el mundo, empieza por cambiarte a ti mismo”. El despertar es la cura a la maldad humana, porque al despertar tú, afectas al resto de la humanidad."


 




jueves, 19 de noviembre de 2015

Pensamiento positivo y abundancia

Por Walter Javier Velásquez


“Puedes lograr todo aquello que imaginas”. ¿Será cierta la frase anterior? Gracias a esa creencia cientos de autores han vendido millones de libros y han llenado miles de auditorios para presentar sus conferencias acerca del poder del pensamiento.

Examinemos otra frase:

 “La gente es capaz, en cualquier momento de su vida, de hacer aquello con lo que sueña”

El solo hecho de atreverme a cuestionar estas frases inspiradoras puede hacer que muchos amigos dejen de hablarme al considerar que soy un hereje que ha perdido la fe en “el poder omnipotente de la mente”.

Pero antes de emitir juicios a favor o en contra de esta creencia, deberíamos detenernos a buscar evidencia. Podríamos empezar con algunas preguntas:

Si la mente “todo lo puede”, ¿por qué Rhonda Byrne –autora de El Secreto- no ha podido usar ese poder para detener su propio proceso de envejecimiento? y ¿Por qué vemos personajes que aparecen en “El Secreto” calvos y viejos? Hay dos posibles respuestas: la primera es que definitivamente no se preocupan por su imagen, cosa que es poco probable para un gurú del “todo se puede”. La otra es que “El secreto” tiene serias limitaciones de las cuales nunca se habla en la película o en los libros que se han escrito sobre el tema.

Además de los autores y personas que aparecen en “El Secreto”, piensa en muchos otros autores de libros sobre el pensamiento positivo que ha habido antes de ellos y que han muerto de enfermedades como el cáncer o similares. ¿Por qué no usaron el poder infinito de la mente para curarse a sí mismos?

¿Por qué todos los que estudian y practican el pensamiento positivo no son ricos y exitosos? ¿Por qué no vemos a los gurús que usan conceptos de la física cuántica como enganche, atravesando paredes o caminando sobre el agua?

Mi hipótesis es que el éxito en ventas de los libros que dicen que podemos lograr todo lo que queremos se basa en gran parte, en la necesidad del ser humano de que le digan lo que quiere escuchar. El ego por definición cree tener la razón, quiere ser el centro del Universo y que se cumplan todos sus deseos. Eso es exactamente lo que estos libros le venden a la gente: “Piensa y se te dará”, “Si lo puedes soñar lo puedes lograr”.

El pensamiento positivo funciona, pero no es suficiente
Creo honestamente que el ser humano tiene límites claros, y reconocerlos es parte de nuestro proceso de madurez. También es cierto que muchas personas se limitan a sí mismos con pensamientos que menosprecian sus propias capacidades. Y es cierto además, que muchas personas experimentan la enfermedad, el hambre y la miseria debido a las limitaciones autoimpuestas en su cerebro.

Así mismo, estoy seguro que pensar positivamente si es un determinante fundamental en el éxito económico o profesional. Una persona optimista tiene mayores posibilidades de vender algo, de generar una imagen atractiva, y de tener seguridad en sí misma. Esto último –proyectar seguridad- es fundamental para atraer clientes, inversionistas, parejas y muchas otras cosas.

El pensamiento positivo sí funciona, pero no basta para lograr todo lo que queremos. “El Secreto” da a entender que la gente más rica del mundo ha triunfado porque piensan y sienten positivamente. Pero la realidad es que todas estas personas desarrollaron estrategias de negocio que fueron exitosas. Ellos vendieron algo (una bebida, un sueño, un producto tecnológico, la salvación espiritual o un esquema de negocios) que la gente necesitaba o que les hicieron creer que necesitaban. Para llegar tan lejos sortearon toda clase de dificultades aplicando muy buenas estrategias para solucionarlas.

Las claves realistas de la abundancia
Algo que hacen los autores del pensamiento positivo es relacionar la felicidad con el dinero. Gran parte de sus cursos se enfocan en enseñarles a las personas técnicas de visualización y afirmaciones para hacerse millonarios. Aquí la trampa es querer hacerte rico sin esfuerzo, pero esto no funciona en la vida real. Estadísticamente tienes más posibilidades de que te parta un rayo que de que ganes la lotería. Y hay cientos de historias de personas que ganaron la lotería, y luego quedaron pobres nuevamente ya que no supieron cómo administrar su dinero.

Amiga, amigo, no basta con sentarte en tu casa a visualizar montones de billetes para que estos lleguen a ti de forma mágica. Puede que al visualizar esos billetes –y creértelo sinceramente- empieces a proyectar una imagen más positiva y esto te abra puertas ya que a muchos les gusta relacionarse con personas optimistas. Puede que al creer que eres rico sin serlo, los demás te vean tan seguro de ti mismo que no dudarán en confiarte recursos para tus proyectos, pero debes tener en cuenta otros aspectos, que según diferentes especialistas, constituyen las bases del éxito financiero:

Conocimiento: El conocimiento es la parte que se aprende en el ambiente donde te desarrollas como persona. Por ejemplo, puedes aprender de tu padre cómo hacer negocios o comunicar ideas. Si tu familia no te brinda ciertos conocimientos todavía puedes aprenderlos con otras personas. Por otro lado, existe cierto conocimiento que solamente se puede aprender en la Universidad: si quieres ser médico o abogado es necesario estudiar formalmente. Algunas personas lograron hacerse ricos sin ir a la Universidad, pero es indudable que tenían conocimientos acerca de los negocios que crearon, o se rodearon de otros que poseyeran dicho conocimiento.

Habilidades estratégicas. La habilidad es la maestría con la que pones en práctica el conocimiento. Puede que estudies finanzas en Harvard o conozcas toda la teoría de las negociaciones, pero la habilidad en estos campos solamente se hará evidente cuando desarrolles cierto grado de maestría en estos temas por medio de la práctica continua y la constancia. Hay que aclarar que hay personan que vienen al mundo con ciertas habilidades latentes, este es el factor genético que también forma parte de la ecuación. Sea cual sea el campo donde quieres triunfar (negocios de red, tecnología, cosmetología, etc.) debes tener habilidades propias de ese campo, o también puedes relacionarte con personas que tengan las habilidades que te hacen falta.

Estrategia de negocios. Esta parte es fundamental, ya que sin ella no podrás llegar a ningún lado. Estudiando la vida de los hombres más ricos, verás que todos crearon –o le copiaron a otros- una estrategia ganadora que ha logrado sobrevivir y convertirse en tendencia (Microsoft, Coca-Cola, Apple, General Electric, Amway). La estrategia abarca tanto el producto como la forma de fabricarlo, venderlo, distribuirlo, publicitarlo, etc.

Liderazgo. Aunque tengas una muy buena estrategia, se requiere del liderazgo -que incluye habilidades como la proactividad, efectividad, eficiencia, trabajo en equipo, influencia, etc.- para poder conducir a un grupo de personas a convertir esa estrategia en realidad. Daniel Goleman explica muy bien acerca de estas habilidades en su Best Seller: “Inteligencia Emocional”.

Conocimientos de finanzas. Entender cómo funciona el dinero y cómo administrarlo e invertirlo es básico. En esto son muy buenos los japoneses, quienes –en vez de enloquecerse con las ganancias iniciales de su negocio- se ponen un salario con el que puedan vivir y reinvierten el capital en su estrategia de negocio hasta que este crezca lo suficiente. En este punto es donde muchos fallan. Es obvio, necesitas desarrollar inteligencia financiera para que no tires tus recursos a la basura con una mala inversión.

Actitud. La actitud es la forma como afrontas la vida. Aquí entra en juego la imagen que tienes de ti mismo, el optimismo, la seguridad que proyectas a otros, etc. En otras palabras, podríamos decir que es en este factor donde entra en juego el pensamiento positivo. Personalmente creo que no basta con repetir afirmaciones poderosas o hacer un “Mapa del tesoro” para tener una actitud positiva. Creo que eso requiere de un trabajo a un nivel mucho más profundo que permita que te conectes con tu Ser autentico. Algunos desarrollan una actitud positiva que es solamente una máscara que esconde por dentro mucha inseguridad. Con un trabajo a nivel más profundo los Mapas del tesoro y las afirmaciones cobran sentido, de lo contrario, serán meros adornos.

Oportunidad. Además de tener el conocimiento, las habilidades estratégicas, la estrategia de negocios, el liderazgo, el conocimiento en finanzas y la actitud, necesitas estar en el lugar correcto en el momento correcto. La oportunidad es el “factor suerte” que siempre ha sido decisivo en el éxito de cualquier persona.

Un caso famoso donde influyó la “suerte” fue el de Alexander Fleming quien observó que un cultivo de bacterias de sus laboratorio dejó de crecer después de contaminarse accidentalmente por un hongo. Esto llevó al desarrollo de la penicilina. El mismo Bill Gates, refiriéndose a su éxito, reconoció que: “La suerte tuvo un papel inmenso. El momento en que elegimos para crear la primera empresa informática dedicada al ordenador personal fue un factor esencial para nuestro éxito (…) la elección del momento no se debió del todo a la suerte, pero sin mucha, no hubiera sucedido”

Para explicar este tipo de situaciones donde la suerte juega un papel decisivo, Louis Pasteur sentenció: “El azar únicamente favorece a los espíritus preparados”. Puede que una gran oportunidad se presente ante ti, pero si careces totalmente de los factores del éxito antes enunciados, no te servirá de nada. No tienes que ser un maestro en todos estos factores, pero debes estar abierto a aprender, lo cual requerirá tiempo y disciplina.

Volviendo al tema que nos interesa, de si el pensamiento positivo influye o no en el éxito, podemos ver la relación que tiene la “suerte” con el concepto de sincronicidad desarrollado por Carl Jung. Para este psicoanalista la sincronicidad es una coincidencia significativa que carece de una explicación causal. Jung atribuye la manifestación de semejantes coincidencias al inconsciente del individuo el cual es alimentado por sus pensamientos y sentimientos. (Vea: "Para cambiar algo afuera antes debes cambiarlo adentro)

Lo que estaría indicando Jung es que la forma en que pensamos y sentimos sí importa. El poder del pensamiento existe, pero requiere de los otros factores para concretarse en éxito. Solamente alguien con el conocimiento y la habilidad de Alexander Fleming podría haber descubierto un famoso medicamento a partir del moho de pan. Cualquier otro hubiese limpiado el moho considerándolo suciedad.

La actitud positiva es un elemento fundamental en el éxito de un negocio, pero no el único. Ahora, reevalúa las historias de todas esas personas como Napoleón Hill u otros que crees que se hicieron ricos únicamente porque tenían un pensamiento positivo. Si miras de nuevo verás que eran muy hábiles negociando, escribiendo, comunicando ideas, reconociendo oportunidades de inversión, influyendo sobre otros, etc. Se trata de un conjunto de habilidades que no todos poseen. Aunque creo sinceramente que cualquiera que sea lo suficientemente disciplinado y constante las puede obtener.

Éxito. Finalmente está el éxito, que es el resultado de la suma de todos estos factores. Aunque tengas éxito financiero, eso no significa que seas feliz ya que esta depende de otros factores que no analizaremos aquí. Éxito es una palabra relativa cuyo significado varía según las aspiraciones de la persona que la pronuncia.


Reconociendo tus limitaciones
Así que una vez que tengas todos estos factores puede que llegues a ser millonario y aparecer en la revista Forbes. Pero aun así estarás sujeto a otras limitaciones como el envejecimiento, la enfermedad, los accidentes, los desastres naturales, que la persona que quieres no te quiera, etc. Afirmar que con el pensamiento positivo todo se puede lograr es afirmar la ilusión de omnipotencia del ego.

Este artículo no busca desanimar a nadie sino ayudarle a poner los pies en la tierra a aquellos que sueñan con hacerse ricos solamente con el pensamiento positivo. También quiero decirte que puedes alcanzar muchas metas que hoy te parecen imposibles, puedes lograr cosas maravillosas que jamás habrías imaginado antes, pero nunca podrás lograr todo lo que se te ocurra. Recuerda a Steve Jobs quien tuvo todos los elementos de la ecuación del éxito pero fue sorprendido por una enfermedad que el dinero no pudo curar.

Algunas personas que leen libros del pensamiento positivo pueden llegar a hacerse exigencias demasiado altas a sí mismos, lo cual genera sufrimiento al no poder llegar a cumplirlas. La clave es sencilla: Si estás decidido a alcanzar un objetivo, esfuérzate y hazlo. Y si… después de una evaluación objetiva, te das cuenta que no es posible lograrlo, suéltalo y déjalo ir.

La palabra “imposible” está prohibida para los que leen libros de pensamiento positivo. Pero hay una realidad: hay cosas imposibles, al menos en este momento. Ya lo decía Tony García en tono de broma:

“Si desea comprobar lo imposible que son algunas cosas dese una vuelta por la Antártida en bermudas o vaya a Fukushima y respire hondo.”

El Universo tiene límites claros y eso es parte de su equilibrio. La Felicidad se da cuando aprendes a aceptar los límites y a convivir con ellos de forma armoniosa. Por ejemplo, si tienes 80 años y deseas ser campeón mundial de atletismo en la categoría de jóvenes, es hora de poner los pies en la tierra.

No importa cuántas veces repitan que “No existen cosas imposibles sino hombres incapaces”, con todos sus pensamientos positivos, ninguno de estos optimistas ha hecho crecer un brazo amputado.


Vivir sin límites
Claro que los limites desaparecen cuando pierdes la noción de ti mismo como un “yo” separado y te das cuenta que eres el Universo mismo. Entonces, sin la necesidad del ego como el centro de tu mundo, puedes entregarte al fluir natural de la vida y practicar las palabras del Tao Te King:

Quienes practican el Tao disminuyen a diario, disminuyen más y más. No hacen nada y sin embargo no queda nada sin hacer. 

El dominio del mundo se logra dejando que las cosas sigan su curso natural. Nunca puede lograrse interfiriendo.

sábado, 24 de octubre de 2015

¿Debo ser consciente las 24 horas del día?

Interlocutor: me resulta imposible ser consciente constantemente.
Krishnamurti: ¡no lo sea constantemente!, solo sea de a poco. Por favor, no existe un ser consciente constantemente, ¡es una idea espantosa! Este terrible deseo de continuidad es una pesadilla. Sea consciente solo por un minuto, por un segundo; y en ese segundo de consciencia puede ver la totalidad del universo. Ello no es una frase poética, podemos ver las cosas en un destello, en un instante único; pero cuando hemos visto algo queremos capturarlo, retenerlo, darle continuidad; ello no es ser consciente en absoluto. Pero cuando dice: “debo ser consciente constantemente” lo ha convertido en un problema; entonces en realidad debe descubrir por qué quiere ser así. Vea la avidez que implica el deseo de obtener; y al decir: “bueno, soy consciente constantemente” no significa nada.

Krishnamurti, Las Obras Completas, Volumen XIII, página 184, La Conciencia que no Elige

viernes, 11 de septiembre de 2015

Todo se resume en Amar



Toda la cuestión de la Consciencia, la iluminación, o como quieras llamarlo se reduce a dos cosas: 
(1) Sufres porque estás fragmentado. Estás fragmentado porque a lo largo de la vida has aprendido a rechazar partes de ti mismo, aspectos de tu personalidad. 
(2) La cura al sufrimiento se reduce a una sola palabra Amor. Cuando aprendes a Amar cada emoción tuya (depresión, ansiedad, rencor, etc.) entonces tú y la emoción se hacen Uno. De esta forma, la parte rechazada revela toda su belleza y te otorga la inmensa vitalidad y poder que estaban atrapados en ella. 
Todo se resume en Amar todo lo que llegue a tu vida, ya sea en la Zona interior, la Zona exterior o la Zona intermedia.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Todo cambia

Una de las trampas más comunes del ego es la de crear una imagen mental estática de una persona y mantenerla por mucho tiempo. Cuando hacemos esto ignoramos que todo, incluyendo la gente, está en constante cambio. Cuando mires a alguien no lo hagas basado en la imagen mental que has guardado. Míralo en el Ahora, así podrás descubrir aspectos que jamás podrías ver a través de los lentes oxidados del pasado.

Para ilustrar esto quiero dejarlos con una historia de Buda:

Buda tenía un primo perverso, se llamaba Devadatta, siempre estaba celoso y se empeñaba en desacreditarlo.

Un día, mientras Buda paseaba tranquilamente, Devadatta arrojó a su paso una pesada roca con la intención de acabar con su vida. Sin embargo, la roca cayó al lado de Buda y no le hizo daño.

Buda se dio cuenta de lo sucedido pero permaneció impasible, sin perder la sonrisa. Días después, volvió a cruzarse con Devadatta y lo saludó afectuosamente. Muy sorprendido, este le preguntó:

- ¿No estás enfadado? 

- No, claro que no. 

Sin salir de su asombro, Devadatta le preguntó el por qué.

Buda le dijo:

- Porque ni tú eres ya el que arrojó la roca, ni yo soy ya el que estaba allí cuando fue arrojada. 


viernes, 21 de agosto de 2015

Indra y los cochinitos

El siguiente texto ha sido tomado del capítulo VI del libro "Ser Consciente de lo inconsciente"


La mitología hindú es muy rica en símbolos y metáforas. Una historia cuenta que Indra, el dios del trueno, bajó a la Tierra encarnado en la forma de un cochino. Él debía cumplir una misión con ese cuerpo para luego regresar a su forma original y volver al cielo. Pero después de llevar por cierto tiempo la vida de un cochino, olvidó que era un dios y tenía una misión que cumplir.

Indra se unió con una cerdita y se pasaban el día comiendo sobras y revolcándose en el lodo. Era una vida muy placentera para él. Después tuvieron una camada de cochinitos a los cuales amaba el dios con todas sus fuerzas. Pero el padre de los dioses necesitaba que Indra regresara al cielo a cumplir su función. Entonces bajó a la Tierra y habló con el cochino, pero este no quería escucharlo. Él amaba su vida de cochino, amaba a su cochina y a todos sus cochinitos. Así que le dijo al padre de los dioses que lo dejara en paz porque él había decidido quedarse para siempre en la Tierra.

Brahma, al ver esto, tomó una decisión drástica, hizo que uno a uno sus cerditos fueran muriendo hasta que finalmente murió la cerda también. Indra lloró de dolor largo tiempo pero finalmente, al ser despojado del objeto de su apego, escuchó a Brahma y recobrando su forma divina regresó al cielo a cumplir sus funciones como dios del trueno.

Esta historia nos muestra el inmenso poder que tiene la identificación. Cuando nos identificamos con la mente nos hacemos presa de sus recuerdos, creencias y programaciones. Cuando nos identificamos con el ego perdemos de vista nuestra verdadera identidad en Dios y quedamos atrapados en los múltiples juegos que tiene el ego para sobrevivir.

En cambio, cuando nos convertimos en el Observador de la mente y el ego, nos liberamos de la creencia de que somos el ser mortal y entramos en el campo de lo infinito, el campo de la Consciencia.

Otra cosa que podemos hacer es observar nuestro cuerpo, hacernos conscientes de sus movimientos y sus procesos. Sentir sus movimientos desde adentro como si fuéramos el observador de una película. Esto hace que nos desidentifiquemos con el cuerpo y nos reconozcamos como el vacío en el cual danzan los átomos que componen la materia del mismo. Observemos el cuerpo durante sus diferentes actividades, incluso cuando excretamos los desechos del mismo, esta es también una actividad sagrada.


Cuando vivimos identificados con los pensamientos quedamos presa del ego como le sucedió a Indra en su cuerpo de chanchito. La autoobservación nos lleva a recordar que somos mucho más que eso, nos libera de la prisión de los pensamientos.


 



jueves, 13 de agosto de 2015

Pensar en chocolates cuando quiero comer chocolates


Durante años, las religiones y enseñanzas espirituales tradicionales, nos han enseñado a reprimir nuestros pensamientos y emociones considerados inmorales. Esto es cierto, particularmente en Occidente donde las religiones que imperan son el cristianismo, judaísmo e islam. Dichas religiones promueven la lucha contra nuestros pensamientos “inmorales”. Por otro lado en Oriente, el budismo –especialmente el Zen- y una pequeña rama del hinduismo llamada Vedanta Advaita enseñan a observar los pensamientos y emociones como método para que estos pierdan su poder.

Siempre he defendido que una práctica espiritual, para ser fiable, debe demostrarse por medio de la ciencia. Por ello quiero citar un experimento que muestra hasta qué punto el enfoque Zen o el Vedanta pueden validarse.

En el programa de la BBC “Confía en mí, soy médico”, hicieron un experimento diseñado por el profesor Carey Morewedge de la Universidad de Boston. Se invitaron a 200 amantes del chocolate y se dividieron en dos grupos. Al primer grupo se le pidió que imaginara que se comían 30 chocolates uno a uno. Al segundo grupo se le pidió que hicieran lo mismo pero con sólo 3 chocolates. Después se pidió a los dos grupos que llenaran un formulario. Adrede, los científicos dejaron tazones con chocolates frente a los participantes mientras los vigilaban con cámaras escondidas.

La lógica religiosa que dice que debemos reprimir los pensamientos inmorales para que pierdan fuerza, podría afirmar que los participantes que imaginaron comiendo 30 chocolates, comerán también más chocolates del tazón. “Si alimentas un pensamiento, alimentas el deseo”, dirán. Pero sucedió exactamente lo contrario, este grupo comió un 37% menos que los que imaginaron comer sólo tres. Para explicar este resultado cito a la BBC:

"Dice el profesor Morewedge, "cuando tratamos de evitar algo o tratamos de dejar de pensar en ese algo, inmediatamente comenzamos a pensar en ello". "Si yo digo: "no voy a pensar en un oso blanco", de inmediato empiezo a pensar en osos blancos".
Cuando la gente trata de suprimir pensamientos, tiende a activarlos. Así que en lugar de luchar contra el antojo de chocolate, el profesor Morewedge piensa que debemos forzarnos a pensar repetidamente en su sabor, en masticar y tragar ese alimento que ansiamos.
El mismo experimento se llevó luego a la vida diaria, donde se pidió a los participantes que aplicaran la misma técnica cuando sintieran deseos de consumir chocolate. Se encontró que esto redujo el antojo en la mayoría de los participantes.

Este experimento nos ayuda a hacer un contraste entre la tradición judeocristiana y la visión del Vedanta y el Zen. En la primera enseñan a luchar contra los pensamientos considerados “inmorales” y en las dos segundas instruyen acerca de observar los pensamientos que emergen a la mente sin entrar en conflicto con ellos. Dejar que los pensamientos vayan y vengan mientras los observamos equivale a dejar que la mente piense en comer chocolates cuanto sentimos antojo de ello. Puedes probar por ti mismo ambas prácticas y evaluar los resultados de forma objetiva para saber qué funciona mejor en tu vida. Espero tus comentarios al respecto.

lunes, 3 de agosto de 2015

Intensamente, una película para enseñar a los niños y niñas a ser Conscientes

“Intensamente” es la última película de Pixar, la cual trae un mensaje muy importante sobre el manejo de las emociones. Algunos conceptos como que buscar la felicidad nos hace infelices, la importancia de acoger todas las emociones sin juzgarlas como “buenas” o “malas”, y la aceptación del cambio en nuestra vida; guardan muchas semejanzas con los principios del Zen o del Vedanta Advaita que publicamos en este Blog. Por ello quiero compartir el siguiente artículo de la Revista Semana, el cual nos muestra cómo esta película puede ayudarnos a educar a los niños para que sean más Conscientes.




Las lágrimas son tan importantes como la risa. Esa es una de las grandes enseñanzas que deja Intensamente. La película de Pixar que desde su estreno, en junio pasado, despertó la simpatía de todos los públicos. Y, por supuesto, puso a adultos, jóvenes y niños a preguntarse por las emociones en su mente. “Cuando miras a alguien ¿no te preguntas qué estará sucediendo en su cabeza?”, es la frase más popular del largometraje.

Ahora, ¿cómo aprovechar el encanto de Intensamente con los niños? Aquí algunas ideas para trabajar las enseñanzas de la película. 

Cada una de las emociones es importante:
Todas son primordiales para enfrentar las situaciones cotidianas, pues desempeñan un papel específico. Ninguna se puede suprimir. En vez de esconder o evadir sentimientos como la tristeza, la furia y el disgusto, hay que conocerlos. Entender por qué reaccionamos de cierta manera frente a determinadas circunstancias contribuye a que podamos manejar nuestros conflictos. Principalmente, porque analizar lo que sentimos en momentos difíciles nos permite la respuesta más sana. Aceptar cada una de las emociones es la principal lección de la película. Todas ellas hacen parte de nuestra identidad. Si los niños empiezan por conocerse ellos mismos, su relación con el entorno y los demás podrá ser más armónica. 

No hay que forzar la felicidad:
Simplemente, no se puede ser feliz el 100 % del tiempo. Además, tratar de serlo es agotador. Comprender que no hay nada malo en sentirse triste o frustrado puede ser una buena lección para los niños. Empezando porque la felicidad perfecta, como concepto idealizado, no existe. Según el portal The Huffington Post, la investigadora June Gruber encontró que la idea de alcanzar la felicidad como un objetivo explícito en la vida termina generando altos grados de decepción. Por eso, lo mejor es entender que este emoción viene en empaques muy diferentes y que se debe disfrutar cuando llega. De hecho, es importante resaltar que en la película la emoción se llama Alegría y no felicidad, justamente porque la primera es apenas una parte de la segunda. 

La tristeza es necesaria para el bienestar:
No existe nada más liberador que llorar cuando realmente lo necesitamos. Sin embargo, en la mayoría de contextos el llanto es entendido bajo un concepto negativo y como un signo de debilidad. Por eso hay quienes lo evitan a toda costa. Aun así, es importante explicarles a los niños que las lágrimas son sólo la expresión de una emoción, así como lo es la risa. Se debe recalcar que es muy sano expresar los sentimientos. De ahí que sea fundamental construir un ambiente seguro en el que ellos se sientan cómodos contando lo que les ocurre y lo que piensan. También hay que abordar la diferencia entre tristeza y depresión.

El cambio es una constante en la vida:
Es apenas natural que todos le tengamos miedo al cambio. El terreno incierto nos llena de preguntas, ansiedad y temor. Sin embargo, es algo con lo que todos tenemos que aprender a vivir. Construir en los niños una visión positiva del cambio contribuye a la fácil adaptación. Eso sí, siempre y cuando se explique por qué ocurrió la nueva situación y lo favorable que puede resultar. “Al mal tiempo, buena cara”, sería el refrán popular que se ajusta a este caso. La vida se transforma en cualquier momento y debemos asumirlo. Esa es otra de las lecciones en las que insistióIntensamente.

Respetar la diferencia:

Si hay algo que logró la película de Pixar fue exponer cómo la cabeza de cada ser humano es un mundo propio y altamente complejo. Por eso, todos somos diferentes. Un hecho que se debe respetar a toda costa. Entender que el otro no tiene que pensar como yo ni sacar las mismas conclusiones es un aprendizaje que aplica para todas las edades. Respetar las diferencias y tratar de construir un puente de comunicación en el que se aborden es una lección que sirve para el resto de la vida.